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martes, 19 de abril de 2011

CUANDO EL DOMINGO ERA DE GLORIA / Por Benjamin Bentura Remacha


CUANDO EL DOMINGO ERA DE GLORIA

Por Benjamin Bentura Remacha

Zaragoza, lunes 18 de abril de 2011
Como el tiempo, también las costumbres cambian muchísimo. Antes la Semana Santa en España era muy diferente a la de ahora. Se recorrían los Monumentos con el Santísimo, las mujeres se ponían las mantillas de encaje sobre las altas peinetas, los hombres vestían de oscuro, en los cines ponían películas sobre la Pasión y en la radio se oía música sacra. Había procesiones más o menos peculiares, las imágenes estaban cubiertas de telas moradas y, desde el elevado púlpito, el orador sagrado tronaba apocalípticamente el ambiente con la exposición del significado de las Siete Palabras de Jesús en la Cruz. El sacerdote se lavaba las manos antes de iniciar la Consagración y se volvía con los brazos extendidos hacia los fieles y en latín pronunciaba un “Domininus vobiscum”, el Señor sea con vosotros, que conmovía a los fieles. Y el sábado se rompían todos los velos, se lanzaban al viento los sones triunfales, los teatros y cines estrenaban sus mejores novedades y en muchas plazas de toros se abría la temporada con una gran corrida. En Zaragoza también, incluso llegaban las revistas de “varietés” a pesar de que la ahijada de Millán Astray, Celia Gámez, decía que el público de la capital aragonesa era el más complicado de España.

Esa tradicional corrida de Pascua se convirtió, por obra y gracia de los afanes innovadores de don Diodoro, el yerno de Pagés, en la Feria de Primavera y, aunque contrataba a los mejores con el trío de Puerta, Camino y El Viti como base, resulta que no llegó a cuajar nunca. La primavera por esas tierras no suele ser muy apacible y, aunque la cubierta podría haber sido un lenitivo contra el cierzo, no se ha conseguido que el coso de don Ramón Pignatelli se pueda considerar de temporada pese a los empeños oficiales de los pliegos de arriendo. Hubo un momento, a principios de los 80 del siglo pasado, en que parecía que no habría ni un solo empresario que se hiciera cargo de la explotación de la plaza. Aquello se soslayó de la mejor forma, luego se autorizaron los festejos populares que le añadieron algo de salsa al guiso pilarista y la citada cubierta le puso un poco de calor a las intemperancias del ambiente y de los llamados aficionados y sus sesudos mentores. La nobleza baturra convertida en una lucha navajera de la que yo mismo salí escaldado. Me parecía que aquello no podía ir a más y resulta que en estos momentos de penuria se ha acentuado la guerra de guerrillas y dos bandos se disputan los mandos del cotarro. Y, como tenemos estos medios de comunicación modernos, resulta que cada uno se ampara en su trinchera y dispara a todo lo que se mueve. Para más dolor sucede que cada uno puede dictarse su propio reglamento con el curioso resultado de que en Madrid se puede salir por la Puerta Grande si se corta una y una oreja y aquí es necesario cortárselas a un mismo toro, como si no fuera factible que hubiera que sacar a hombros a un torero que no ha cortado ninguna oreja. Un día de estos contaré lo que para mí es el toreo de capa y lo que recuerdo que era Antonio Gallardo en la plaza de Sevilla.

Bueno, como están las cosas tan complicadas por estos lugares, el empresario, Ignacio Zorita, se ha armado de valor y nos anuncia la temporada primaveral con una corrida concurso de ganaderías para que se luzcan los que pintan las rayas en el ruedo, se paseen los picadores de portón a portón, se guarden en el antiguo patio de caballos y se pique en una pequeña porción del albero frente a los chiqueros. Las dos rayas las inventó Domingo Ortega cuando se retiró. El peto no deja ver al toro y no es más bravo el que más veces entra al caballo al peso sino el que va al castigo con alegría y fiereza y empuja sin desmayo.
Para todo eso no hacen falta rayas ni ceremonias. El afán de mandar y gobernar. Hubo alguien en mis tiempos que se arruinó por eso, por querer mandar y gobernar la fiesta. Cosas. Pues, para iniciar esta temporada de 2011, el discutido señor Zorita nos ofrece un concurso de ganaderías: un toro de Concha y Sierra, veremos si de su origen vazqueño o de lo nuevo de Juan Pedro, otro de los Herederos de Felipe Bartolomé para recordar a los de Conde de Santa Coloma, otro de Juan Luis Fraile, en la misma línea por la vía de don Graciliano, otro de Adolfo Martín, los albaserradas distinguidos en el Levante hace unos días, un lisardo de Adelaida Rodríguez y el último de “Toros de la Reina”, de Trujillo (Cáceres), Domecq y Núñez. Esperemos que sean toros elegidos para competir en este campeonato de la bravura y que sus lidiadores, Javier Castaño, Serafín Marín y Alberto Álvarez, sepan darles la lidia adecuada. Difícil papeleta para ellos y sus cuadrillas y en especial para el último, el de La Valareña, barrio de Ejea de los Caballeros, que, como se dice en el argot taurino, “es el menos toreado”. Con perdón, don Alberto. Esta corrida se celebrará el próximo sábado, 16 de abril, vísperas del Domingo de Ramos. “El que no estrena no tiene ni pies ni manos".
El miércoles, el periódico me cuenta que Alberto Álvarez ha sufrido una voltereta en su necesario entrenamiento con resultado de fractura de cuatro costillas y luxación en el hombro izquierdo, lesiones que, lógicamente, descartan su participación en esta corrida. Pero ¿desde cuándo impera la lógica en este mundo? Veremos. Para el Domingo de Ramos, la empresa nos anuncia una corrida de Parladé, ahora portuguesa pero con un claro origen hispano de Vistahermosa con ganado procedente de Gamero Cívico, Tassara y Domingo Ortega y lo no veragüeño de don Juan Pedro. Es el cartel estrella con el renacido Juan Mora, el único matador de los últimos tiempos que no utiliza el estoque simulado, por lo que pudo rematar en el instante justo su medida faena madrileña, el interesante artista burgalés Morenito de Aranda y Daniel Luque, que nos sorprendió hace ya un par de temporadas en Madrid con su toreo a la antigua por ambas manos y sin espada. Un cartel prometedor. El día de San Jorge, fiesta nacional aragonesa, inglesa o rusa, Sábado de Gloria en la vieja liturgia, una corrida de rejones con los murubes de “Castillejo de Huebra” para Andy Cartagena, Álvaro Montes y Sergio Domínguez. Muy complicado este calendario festivo en el que coinciden tantos factores que no sé si van a quedar gentes en Zaragoza a pesar de la subida de la gasolina.
Y el 8 de mayo una corrida nacionalista con toros extremeños de la que ahora se conoce por “Peñajara de Casta Jijona” y de procedencia gloriosa de don Baltasar Ibán, un ganadero de raza. Los aragoneses Ricardo Torres, Daniel Cuevas y Carlos Gallego se encargarán de su lidia. Tanto el veterano Torres como sus más nuevos compañeros Cuevas y Gallego son puras incógnitas de una historia apenas vivida y menos contada. Y, en dos fines de semana de este mes de mayo, cuatro novilladas en las que figuran el mejicano Diego Silveti, saga torera de gran raigambre, el francés Dufau, con una sola efe, Juan del Álamo a punto del doctorado, López Simón y Víctor Barrio. A todos, matadores de toros, toreros de a caballo, novilleros y sus correspondientes cuadrillas, el valor se les supone. Al empresario, en estos tiempos y en esta Zaragoza, se le reconoce. Suerte para todos. Y para la fiesta.

Blog Barico

martes, 5 de abril de 2011

HA MUERTO LA GANADERA Dª ANGELES RODRÍGUEZ DE ARCE / Por Benjamín Bentura Remacha

 -Dª Ángeles Rodríguez de Arce con D. Joaquín Núñez del Cuvillo-

"...El bello recuerdo de su persona acompaña en estos momentos mi evocación 
de aquellos viejos tiempos, hace casi sesenta años..."

Por Benjamín Bentura Remacha

Zaragoza, 5 de Abril de 2011
Ha muerto Angelita Rodfríguez Arce, esposa que fue de Emilio Ortuño "Jumillano", hijo adoptivo de de don Isidro, un empresario muy experimentado que dirigía "El Empastre" y que siendo gerente de la plaza de Aranjuez tuvo que pagarle con billetes grandes a Chicuelo II el día de San Fernando porque, herido Luis Miguel y anuciado en el Real Sitio, tuvo que acudir al conquense que había cortado no sé si seis o siete orejas en Madrid para sustituirle. Llovía y la gente no se asomaba a las taquillas, pero Manuel Jiménez repetía que hasta que no tuviera todo el dinero en su poder no se vestía de torero: 

"Señor Jumillano, es el enano torero que más caro la va a salir", repetía Chicuelo ante un comentario que había hecho el empresario sobre su personalidad en los ruedos. Jumillano adoptó también a una chica que se casó con el matador de toros Paco Corpas.

Conocí a Angelita niña en el verano en el que yo hacía la milicia universitaria en el campamento de Robledo, al lado de La Granja de San Ildefonso y pasaba los días de asueto en casa de mi amigo y compañero José Antonio de la Fuente en El Espinar. Angelita era una chavala impresionante. Rubia, alta, de facciones dulces y encantadora de trato. Su padre tenía ganadería de reses y la anunciaba a su nombre, Angel Rodriguez Arce. En Madrid tenía buen predicamento y en los años 60 del siglo pasado eran muchas novilladas de su hierro que saltaban a la arena de Las Ventas, con la fatalidad de que uno de sus novillos hirió mortalmente al banderillero "El Coli", tarde en la que mi amigo Jesús Rodríguez, justamente motejado por "El Chato" y fotógrafo en la estela elegante de Arjona, que aquel día se llevó a la plaza un tomavistas y grabó toda la horrible secuencia de la impresionante cogida. Fue a la televisión, la única que había entonces, proyectarón el documento y le pagaron 300 pesetas menos un tanto por ciento de beneficios. ¿Pero - preguntaba Jesús- los beneficios de quién? Divorciada y muerto su padre, Angelita continuó su tarea ganadera y supo salvar aquel trágico bache que no doblegó su afición a los toros. El bello recuerdo de su persona acompaña en estos momentos mi evocación de aquellos viejos tiempos, hace casi sesenta años.

sábado, 2 de abril de 2011

NO HAY PRIMER TERCIO / Por Benjamín Bentura Remacha

"Suerte de varas" / Mariano Fortuny
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NO HAY PRIMER TERCIO

Por Benjamín Bentura Remacha

Sábado, 2 de Abril, de 2011.-
Leí hace unas cuantas semanas un artículo de Aquilino Sánchez Nodal sobre el picador Antonio Marín y Herrera “Farnesio” que se presentó a los 18 años en Madrid, su pueblo y en cuya plaza actuaba como monosabio, en una novillada en la que actuaron “Ostioncito” y Punteret y con el apodo de “Cachiporra Chico”. Cachiporra en España es un palo enterizo que acaba en una bola o cabeza abultada. En Chile significa farsante o vanidoso. No creo que lo de Farnesio viniera de farsante y más bien pienso que el promotor del cambio de apodo siguió la estela de los gitanos, a los que Carlos III, hijo de Isabel de Farnese (Farnesio en su origen italiano), obligó a registrarse con nombres y apellidos y se buscaron los más sonoros y rimbombantes, como, por ejemplo, el Ulloa del famoso “Tragabuches”, el etéreo octavo de los “siete niños de Écija”. Para probar la categoría artística de “Farnesio” basta recordar la lista de los matadores en cuyas cuadrillas figuró como picador de primera: Vicente Pastor, Rodolfo Gaona, “Joselito el Gallo”, Ignacio Sánchez Mejías, Manuel Granero, Marcial Lalanda, Victoriano Valencia y Vicente Barrera. Picó hasta 1951 y murió el 15 de abril de 1968.

Pero lo importante no es en este momento examinar la biografía de tan extraordinario varilarguero y las declaraciones que pone en su boca el señor Sánchez Nodal y que dicen así: “Luego llegaron los petos del general Primo de Rivera y … se acabó la suerte de varas”. Los caballos comenzaron a estar demasiado toreados, no se renuevan porque ya no mueren en el ruedo y resulta difícil ir al toro – comenta Farnesio. Antiguamente casi todas las tardes eran nuevos y se dominaban mejor. Hoy salen mal montados porque los de la vara saben que apenas existe riesgo y los aficionados no exigen la pureza de la suerte. En contra de lo que se oye por ahí no es la falta de fuerza o peso o la poca casta del toro lo que influye en la mala ejecución de la suerte. Es culpa del peto.

Yo no le echo la culpa al peto. Sin peto ya no existiría la corrida de toros. El público de hoy no aguantaría el tremendo espectáculo de los caballos arrastrando sus tripas por la arena. Pero lo que afirmaba “Farnesio” hace más de medio siglo se ha acentuado con el paso del tiempo y con el aumento de las defensas del equino. Se apunta el puyazo, no se manejan las riendas, el caballero no se preocupa de la defensa de su montura y de su propia integridad, los banderilleros no tienen que sacar al toro del caballo y la gente aplaude al que levanta el palo o simula la suerte de la fregona tratando de escurrir la sangre que brota del puyazo. Se ha desvirtuado totalmente el significado del primer tercio. Apenas existe y pocas veces se ejecuta un puyazo dando los pechos el caballo, andándole para ocupar el lugar idóneo para que el picador use adecuadamente el detener de la vara y desvíe el viaje del toro antes de que se produzca la reunión de esos dos preciosos animales. No puede ser que en muchas ocasiones la suerte de varas sea auténticamente imprescindible y mayoritariamente simulada.

La fiesta, desde luego, necesita de muchas mejoras organizativas al considerarse como tal fiesta española, no cabe duda de que hay que reclamar la atención de los medios de comunicación escritos, hablados, televisados o los más sofisticados y modernos, que hay que suprimir los profusos reglamentos que justifican los políticos de las comunidades, que hay que exigir el trapío y la casta de los toros, hay toreros para llevar la ilusión a los tendidos y unos ejercitan su arte o su esfuerzo con más genio o ingenio, con mas pureza o talento, con más verdad o mentira, pero a la lidia no se le puede escamotear un tercio de su desarrollo. Y para ello no hace falta suprimir el peto. Hay que implantar un peto anatómico de material resistente, sin faldones ni manguitos para que los toros no se topen con la muralla y se les cierren todas las salidas y posibilidades de pelea. Hay que volver a otros tiempos sin la expresión dramática de los caballos despanzurrados. El gran público de hoy no lo admitiría. Pero al toro bravo de hoy hay que darle más oportunidades y a la fiesta más emoción. El peto anatómico va también en favor de los auténticos picadores de toros.
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Imágenes del primer tercio de la lidia de
Real Maestranza de Sevilla, lunes de resaca, 25 de abril de 1988.


Topinero y Tomás Campuzano from cabaña brava on Vimeo.