miércoles, 30 de septiembre de 2009

LOS SILENCIOS DE LA MAESTRANZA: LA MEDALLA A RIVERA ORDOÑEZ AÚN COLEA

Morante se negó a guardar el minuto de silencio homenaje a Paquirri en Sevilla
¿Y qué pinta el presidente del festejo? Ay Sevilla, ¡qué maravilla!

BARCELONA: FERNANDO DEL ARCO.....AL QUIEBRO

PLAZA DE TOROS MONUMENTAL DE BARCELONA

PROGRAMA Nº 13

FERNANDO DEL ARCO

E L T R A P Í O

La presencia del toro, anchura, longitud, cornamenta, badana, musculatura, su aspecto externo en general forma lo que empíricamente llamamos en la Fiesta “el trapío del toro”......... no cito su peso pues no es cantidad empírica sino numérica y exacta que nos proporciona directamente la báscula. (El reglamento fija el peso mínimo de los toros en plazas de 1ª 2ª y 3ª categoría)

El trapío está fundado, por empírico, en mera práctica visual, es por tanto subjetivo en el mundo taurino, e incluso varía notablemente de una plaza a otra. Toro que en Barcelona presenta trapío para ser lidiado en su plaza de 1ª categoría, no pasa el reconocimiento en Bilbao.

Por definición del Diccionario de la Lengua Española el trapío puede ser: 1º) Conjunto de velas o trapos de una embarcación. 2º) Aire garboso que suelen tener algunas mujeres. 3º) Buena planta y gallardía del toro de lidia.

Lógicamente ni las embarcaciones ni las mujeres con trapío son el objeto de este artículo, nos quedamos con la 3ª acepción: buena planta del toro de lidia (en cabeza, morrillo y culata), y gallardía en su cuerpo, buen aire, con movilidad y elegancia.

Mi buen amigo Ramón de Pablo, veterinario que ejerció como tal en nuestra Monumental barcelonesa, define el trapío como: “Conjunto armónico del individuo que se corresponde con el “biotipo constitucional” del encaste de donde procede.
En breves palabras se refiere al animal en plenitud, que luce todos los atributos de la edad y goza de una buena constitución y estado sanitario. Toro con trapío: aquel en el que no existen planos musculares excesivamente desarrollados, tiene poca grasa, y cuando el volumen y la forma dibujan planos en cascada, finos, múltiples y armoniosos.”

El morrillo o parte superior del cuello, tiene que estar bien formado y musculoso, en su parte central está situado el “hoyo de las agujas” o hueco que forman las extremidades anteriores con sus omoplatos en la parte superior, lugar por el que debe de introducir la espada el matador de turno si desea hacer bien la suerte.

Las piernas firmes y ligeramente separadas. La caja ancha.

La parte central del toro con trapío presenta una columna vertebral donde convergen fuertes músculos que sujetan todos sus componentes internos protegidos por el costillar, incluidos sus pulmones que tanto trabajo desarrollan durante la lidia.

La culata o tercio posterior del animal, formado por dos ancas asentadas sobre las extremidades traseras, potentes y bien conformadas, sobre las que se apoyará cuando quiera meter los riñones y empujar en la suerte de varas.

Como ya he escrito el peso no conforma el trapío, pero cada encaste, casi cada toro, tiene su peculiar morfología, y debe tener un peso adecuado a la misma.

La edad es fundamental para que el trapío pueda adquirir todo su desarrollo, y también viene fijada , como el peso, por el reglamento vigente. Un toro de lidia debe tener más de 4 y menos de 6 años para que pueda ser toreado públicamente.

El trapío del toro de lidia salta a la vista del público aficionado, pero los miopes de espíritu no saben verlo; ni en exceso ni en defecto el trapío es bello, el término medio, el perfecto, es difícil de conseguir..........pero bastantes ganaderos de lidia lo consiguen.

Fernando del Arco de Izco.

Socio fundador del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida de Barcelona





"VICTORINOS" PARA MADRID / FERIA DE OTOÑO 2009

Núm. 094, de nombre "Hostelero"

Núm. 097, de nombre "Moñudo"

Núm. 140, de nombre "Mataco"

Núm. 131, de nombre "Verdulero"

Núm. 065, de nombre "Bodoquero"

Núm. 013, de nombre "Plumero"
PLAZA DE TOROS DE LAS VENTAS
DOMINGO 4 DE OCTUBRE DE 2009
6 TOROS DE D. VICTORINO MARTÍN ANDRÉS
PARA LOS ESPADAS
JOSÉ LUIS MORENO
DIEGO URDIALES
SERGIO AGUILAR


La corrida comenzará a las cinco y media de la tarde

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Fuente: Burladero.com

EL CARTEL DE TOROS: MADRID 1895

A BENEFICIO DE LOS NÁUFRAGOS DEL "REINA REGENTE"


EL CARTEL TAURINO (1)

PLAZA DE TOROS DE MADRID

Martes 11 de Junio de 1895

GRAN CORRIDA EXTRAORDINARIA

ORGANIZADA POR EL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE LA VILLA
A BENEFICIO de los náufragos del crucero "REINA REGENTE"
y de los fallecidos e inutilizados en la guerra de Cuba

E S PA D A S
Luis Mazzantini, Antonio Arana Jarana, Antonio Reverte, Emilio Torres Bombita, Juan Gómez de Lesaca
Con sus correspondientes cuadrillas de picadores y banderilleros
La corrida empezará a las TRES YMEDIA EN PUNTO.
(1) El Cartel taurino, La Sociedad y Los Toros
Madrid 2008.- Pág. 141 (Unceta)
Autor: Ángel Sonseca

martes, 29 de septiembre de 2009

FORGES, EL LLORÓN. EL LISTO, Y EL TONTO

Toro llorón
Toro listo
Y es que el tonto no descansa..............

PAQUIRRI / JOSÉ UTRERA MOLINA

FRANCISCO RIVERA "PAQUIRRI", BRINDAR POR ESPAÑA
"Por la unidad de la Patria, por la paz de España, por la que ofrecería agusto, si fuese necesario, la vida por ella"
Por LFU en Blog "ARRIBA" -http://www.arriba-lfu.com/
25 Septbre. 2009
Mañana sábado hará veinticinco años que un toro de Sayalero y Bandrés de nombre «Avispado» le arrancó trágicamente la vida a un torero poderoso y de raza que ocupa ya un lugar de honor en el escalafón de la historia de nuestra fiesta.
Recuerdo, de pequeño, aquellos carteles tan repetidos de Paquirri, Manzanares y Capea en la feria de Málaga y la imagen que tengo de Francisco Rivera es la de la fortaleza, el dominio y la honestidad.
Recuerdo la consternación que me causó su muerte, no sólo por sus caracteres de tragedia, sino por el dolor que adiviné en mi padre y en mi hermano José Antonio, que tantas tardes le había acompañado por las plazas de toda España y sentía por él una sincera amistad.
Hoy, cuando su vida y su muerte se recuerda por los cuervos rebuscando en el morbo de su intimidad, yo quiero rendirle mi modesto tributo reproduciendo a continuación el artículo que mi padre, José Utrera Molina escribió una tarde de julio de 1978 bajo la emoción de un gesto noble, valiente de todo un torero y un caballero español. LFU
"Brindar por España"
José Utrera Molina (El Alcazar 22 de Julio de 1978)
Creo, y lo proclamo con el dolor que siento, que no puede existir una amargura más lacerante ni una angustia más profunda que la de contemplar, cercana e irreparable, la pérdida de la sagrada unidad de España, la ruptura de su ser nacional, la vergonzosa aniquilación de su integridad, la mutilación próxima de su cuerpo físico y hasta, incluso, el secuestro de su alma metafísica.
Pues bien, el espectáculo bochornoso de esta entrega increíble, la sonoridad culpable de tantos silencios, la falta significativa de palabras de compromiso, tuvo el jueves una notable excepción.
Una excepción que, lejos de ser una anécdota, adquiere valor de verdadera y esencial categoría.Desde la plaza de toros de Barcelona, un torero español, Francisco Rivera «Paquirri», tuvo el coraje, el valor y la gallardía de brindar, ante los micrófonos de radiotelevisión española, y, por lo tanto, ante millones de espectadores, por la unidad de la Patria, por la paz de España y afirmar, a continuación, que él ofrecería a gusto, si fuese necesario, la vida por ella.
Resulta estremecedor este bello gesto, limpio y antirretórico, del diestro de Barbate y contrastan sus palabras, pronunciadas con firmeza, con lentitud y sin cautela, sin timidez, pero también sin orgullo y, sobre todo, sin asomo de flamenquismo, con la jerga desvergonzada, con los términos ambivalentes, con las expresiones equívocas que hoy se alzan en la vida de España con la amenaza de liquidar para siempre cualquier asomo de dignidad y de hombría.
No sé si «Paquirri» habrá dado en la arena una lección de arte taurino. Tal vez sus verónicas no tuvieron el temple de otras veces y sus manos no estuvieron bajas y seguras del todo, posiblemente ese natural de frente, abierto al compás, no haya estado engarzado esta vez con un pase de pecho largo, profundo y definitivo, quizás no cuadrara del todo, ante la arisca y descompuesta cabeza del toro, a la hora de clavar sus reiletes, pero lo que nadie puede negar es que, desde el centro del ruedo de España, un torero andaluz, que no es de derechas ni de izquierdas, sino, simplemente, español, escribió una lección de valor y de patriotismo espléndida y bella, una lección de dignidad, que contrasta con tantos envilecimientos, una lección de valor a los que tienen ya, incluso, miedo a la esperanza.
Decía Ortega y Gasset que sólo dos cosas pueden realizarse con garbo: la historia y el toreo. La historia hoy se hace sin gloria, con mediocridad y con miedo y, tal vez, un torero, en Barcelona, haya hecho, con garbo, la historia que otros están manchando sin compostura y sin honor.
JOSÉ UTRERA MOLINA(«El Alcázar», 22 de julio de 1978).

PAQUIRRI / PEDRO JAVIER CÁCERES


LA DIVISA.-
por Pedro Javier Cáceres.-
Madrid, 27/9/2009 - lanacion.es
Paquirri
EL mejor homenaje a un icono, un referente, en cualquier orden social, debe ser breve pero intenso, y sin caer en la apología, o hagiografía, responder a la realidad humana y profesional del mismo que argumenta la grandeza del personaje para ser recordado permanentemente aunque el tópico nos instala en este tipo de “renacimientos” cuando se cumplen aniversarios del negociado de lo cabalístico.

Por ejemplo, los 5, 10, 20 o de singular manera los 25 años de un suceso de cualquier naturaleza.
El 25 aniversario, no deja de ser el siguiente al 24 y el anterior al 26, pero “el cabalismo” da cobertura a todos los olvidos inconfesables anteriores y permite una redención a la desmemoria.

Al mismo tiempo una coartada de la más baja ralea, de corte soez, a todos los oportunistas que aprovechando que la SGAE no cobra derechos de autor por la utilización de artistas muertos cuya obra no controlen ni el Gobierno de la ceja auspicie y mime de forma sectaria.

Un ejemplo de síntesis, en aras de lo rotundo, del significado de Paquirri en el arte de la tauromaquia lo dio ABC el día de su entierro con su portada y un titular elocuente: “Paquirri, su última salida en hombros en la Mestranza” (más o menos), ilustrando la foto, expresiva, de una inmensa multitud acompañando el féretro, por supuesto, izado en –en ese momento- por “voluntarios anónimos”.

Simplemente la conmoción, la expresión popular masiva de dolor, e suficiente para asimilar la grandeza de figura máxima del torero muerto en acto de servicio.
25 años, se cumplieron ayer, de la desafortunada tarde de Pozoblanco en que Paquirri caía mortalmente herido.
En los últimos años, con la mayor naturalidad, su hijo Francisco le ha homenajeado de la mejor forma posible: toreando en el mismo escenario de la tragedia. Con naturalidad sin alimentar ningún morbo ni sobredosis demagógica, con dolor interno.

Ayer, no cuadró. Sí lo hizo por él, con toda la verdad que encierra el arte de torear, José Luis Moreno encerrándose con seis “victorinos”.

Su hijo Cayetano, de vocación tardía, lo hacía de la mejor forma posible en Barcelona, yéndose a la puerta de chiqueros en un supremo esfuerzo por falta de hábito, porque en los genes algunos de los del valor y la capacidad se pierden por el camino.

Homenajes y recuerdos en exposiciones como las de Las Ventas, o artículos de calidad de ilustres escritores en los principales diarios, serios. Buen programa el de Tendido Cero de TVE.
Todo con la medida justa en espacio pero generosa en el respeto a la verdad y la desdramatización de los hechos como un tributo de un señuelo en tauromaquia para la reivindicación y fortalecimiento de su credibilidad de la misma, a costa de su vida. El sacrificio de los grandes asumido con grandeza de miras.

Otros miserables y ayunos morales, aunque sean de comunión diaria, Aletxu, por mucho que te confieses no creas que en el Cielo están muy contentos contigo, han hecho de su cinismo bandera para bajo la nomenclatura de “homenaje” rellenar con garrafa informativa espacios basura donde lo que menos cuenta es él, y si una serie de circunstancias deformadas en su planteamiento y desvirtuadas en su narración.

El desarrollo no puede ser más burdo, con una película hecha por becarios y unos programas debates al uso con tufo a mariconeo y meretrices de plató, trufándolo con mercenarios de ocasión, impostores de amistad y complicidad vital con Paquirri.

Todo, principalmente, en una Cadena, podía ser la antigua del wáter, que presume de promocionar la Fiesta con una página web dentro la de informativos, con un director de los mismos servicios, que mira para otro lado, incluso en la humillación de tildar, como ayer sábado el “especial” como informativo y por lo tanto de su jurisdicción.
Claro que aunque hilarante no te deja de sorprender por actuar la Cadena en “el tipo de la casa”.

Y que vas a esperar de conductas permanentemente abyectas, cuando ayer, sábado, los minutos de silencio guardados en Madrid, Barcelona, Pozoblanco…. no tuvieron su cuota en La Maestranza sevillana.

Y es que los Maestrantes, cofrades de la empresa, capillitas de la autoridad y fuerzas vivas del taurinismo de Sevilla- Dr. Vila, hay que estar más “al loro”-, toreros que por escupir al cielo les puede caer encima,…. curritos todos, son un “bluff” en sentimientos y sensibilidad.

Es de esas ocasiones que recuerdas a Cernuda con lo de “Sevilla que maravilla”, por dos o tres veces en estribillo.

Rematando, “Sevilla, sin sevillanos; Sevilla, ¡qué maravilla!”

Y mira que me gusta la jaula…¡pero los pájaros!

lunes, 28 de septiembre de 2009

BARCELONA: DALÍ ¿TIENE USTED HORA? / J.R. Márquez

RELOJES QUE NO SE PARAN

DALÍ, ¿TIENE USTED HORA?

José Ramón Márquez:

Lunes 28 de septiembre de 2009

Brisas de otoño con aroma del mar viejo, del mar de Ulises, sobre la ciudad de los layetanos. Las hojas de los árboles se arremolinan haciendo espirales mientras las buenas gentes, venidas de todas partes, se acercan de nuevo a la ceremonia. En la puerta del circo, los cien de siempre gritan ‘fora’, ‘fora’, como siempre. En la distancia, los mil de siempre esperan las noticias de la tarde, como siempre. En la plaza los diecinueve mil de siempre –alguno menos, quizás, esta vez- esperan, como siempre, la misma epifanía de siempre.Y dentro del viejo coso del Sport, más de lo de siempre.

El tiempo se para, los relojes se escacharran, las muñecas vuelan como molinillos, los muletazos se siguen los unos a los otros. Mientras, las piernas del derviche giran y giran y se produce toda esa sucesión de revoluciones, de mundo en movimiento, de mantra repetido –“ole, ole, ole, ole”-, que hace que los conversos, todos de acuerdo, entren en su éxtasis de siempre.Nuevamente no hay sorpresas porque, en este país de siempre jamás, todo lo que ocurre es siempre lo mismo de siempre.

El novillo corretea con su inocencia de siempre, con sus menguados pitoncitos que no asustan a los niños, con sus patitas y sus pezuñitas prestas a galopar a la llamada, con sus intenciones puras, como de niño confesado para hacer la primera comunión, con su deseo claro de echar una mano, una pata, para que aquello sea santo y glorioso, para que no sea él quien estropee la tarde de tiempo detenido, bañada en brisa de otoño con aroma del mar de Odiseo.

El oficiante impávido, vestido de oros y con gesto adusto aplica, como siempre, sus fórmulas de siempre, su rito, el introito, el brindis, el acto penitencial, las manoletinas, el Kyrie, los derechazos, la homilía, los naturales, y la oración final: el adorno inspirado, la única señal de vida más allá de la vida en esta tarde de unción y comunión.

Y los fieles, la asamblea, responden con sus fórmulas, con sus jaculatorias “ole, amén”, “el poder y la gloria por siempre, ole amén” para que una vez más se verifique el sacrificio del domingo en la forma canónica, el sacrificio en el que la víctima nunca es víctima.

Una vez finalizado el rito, cuando los fieles vuelven al AVE, al auto, al transporte público, camino de sus hogares con la gracia de la unidad en la fe, cuando las luces del coso se apagan y las canales de los novillos cuelgan, ya frios, de un gancho en alguna cámara frigorífica, quizás alguno, con melancolía pueda pensar que, tristemente, la única sorpresa que de verdad se podía esperar de esta tarde de otoño era la de saber si acaso esta sería la última tarde.

En una habitación de hotel, un hombre tañe un caramillo velando los sueños de ida y vuelta

BARCELONA, CRÓNICAS APASIONADAS

BARCELONA, UNIDOS PARA SIEMPRE

Y unos naturales a pies juntos

ZabaladelaSerna.com.-Lunes, 28/09/2009. En tardes de tanta emoción, en la condensación de sentimientos, siempre se queda algo en el tintero si se quiere describir verso a verso cada pasaje. Los versos sueltos de unos naturales de seda a pies juntos al quinto no salieron de la pluma a la crónica y quedaron flotando en el aire de Barcelona. Hoy los he encontrado en mi pecho al enfretarme al espejo.-

(Es bueno rematar las crónicas, de interés general, vamos, y los lectores lo agradecemos. Hala, a pecho descubierto, sí señor).

ABC.- Lunes 28 sptbre. 2009
Y José Tomás paró los relojes del mar

ZABALA DE LA SERNA / BARCELONA Y si muriese el mar que sea en esta arena de Barcelona a los pies de José Tomás. Si quieren degollar la Fiesta, cuánta belleza van a matar. De una sola tacada, pureza, verdad y libertad. Derrochar el talento, los pianos de Larrocha, Alicia, el toreo. El toreo es José Tomás. ¿Por qué os duele tanto? ¿Por qué castigáis el espacio donde el alma vuela como voló ayer en la Monumental?
A JT le latió el corazón en las muñecas esta vez. Como la última ola. El aire vibraba, entre sus dedos las telas, la caída de una muleta lacia, aquilatada ingravidez. Devolvieron un toro descoordinado, con unas hechuras perfectas y su cara armada. Corrieron turno las musas. Y los lances a pies juntos mecieron hasta los medios al otro también de Núñez del Cuvillo, más ancho de sienes, con un temple excelso. En los medios cayó la montera de canto primero, boca abajo después, en dos tiempos. Como la misma moneda al aire, el dios de piedra de Galapagar se clavó en estatuarios unos metros más allá. La derecha ofrecida y ligada, por abajo. El nuñezdelcuvillo respondía en ese palmo de terreno, pero como queriéndola tomar con el otro pitón, con un tempo de espera que José Tomás esperó para vaciarlo en largo. Y cuando la izquierda surgió, como cosa sin importancia, permaneció para siempre. («No pongáis, oh muchachos, vuestro arrojo en la velocidad») Una cintura menos rota que otras veces, un recuerdo inmortal a David Silveti.

Medio compás arrastraba los flecos con un giro de muñeca final descomunal. El «Rey David», que yo lo vi en otra Monumental, toreaba así: clavada la aguja en el talón que hace rotar. ¡Qué tres series, Dios mío! Se pararon los relojes, Curro. Nada que ver contigo, pero sí un núcleo: torear es templar. Y también someter. Por debajo de la pala del pitón se vaciaban viajes que por la taleguilla salpicaban la espuma roja de la noble bravura. «¡Nos ha puesto de acuerdo a todos!», exclamó a toda prisa Manolo Lozano en fuga hacia el AVE cuando la luna se asomaba creciente al espejo de la fragua. Ya verás, Manolito, como a todos no, que alguno sacará un desarme como lacra descomunal. Algún idiota, claro, que tampoco sabría apreciar el epílogo rodilla en tierra tan ordoñista. Una trenza de broche envolvió la embestida con el reverso de la mano, y el volapié reventó al toro con tanta ansiedad que incluso contrario se fue. Contrario y mortal. La unanimidad de las orejas se desprendió del palco presidencial.

La cabeza de José Tomás funcionó lubricada a la perfección con el sobrero que hacía quinto y que basculaba siempre hacia toriles desde que saltó a la arena. Con permiso de Julio Aparicio, que dibujó las verónicas más apauladas que uno haya visto, un tanto asentado en el talón de atrás, JT enganchó lejos de las tablas las arrancadas por delante en dos verónicas y una media de clamor. Y otra vez hacia allá, hacia chiqueros, se lo llevó en un quite al delantal para luego traerlo a una mano al caballo. Y como el toro siguió con un puntito de manso hacia su campo, con la muleta le dio placer: dos trincherazos y un cambio de mano de cincel. Las neuronas dosificaron al toro en la palma izquierda, en su media altura, apretaron más con la diestra, que apagó el escaso fondo en tenue final. En la boca de riego pinchó, y como había pinchado corrigió la tensión con manoletinas antes del embroque definitivo. Fue el doble trofeo a la inteligencia superior, a una historia de amor que igual ayer sea una última ola.

Morante de la Puebla superó a un toro incómodo, no malo, poco a poco. Humillaba al principio de cada lance o pase para sacar la testa por arriba a últimas. Asentado, valiente, corrigió con arte y técnica, ojo, y bordó series diestras de arranque y más toreras que la madre que lo parió. Y el toreo a dos manos, tan gallista, que fascina a quienes camelan coles.

Fue larga la faena porque no era una pava el toro. Qué oreja más bella. Se cortó, o lesionó una mano al entrar a matar, y no regresó.

La cabeza de José Tomás funcionó lubricada a la perfección con el sobrero que hacía quinto y que basculaba siempre hacia toriles desde que saltó a la arena
Aparicio, después de aquellas verónicas para recordar, se puso al hilo, y con la muletita retrasada cumplió con el buen primero. Después, en su turno y en el de Morante, el hombre no se encontró ni consigo ni con el toro. Bronca antes de la apoteosis final.¿Final?


Fotos de "El País" (a ver de quién van a ser)

VALENCIA-VENEZUELA: MORENITO DE MARACAY / ENRIQUE BARRIOS


(Las Ventas 2 de Agosto de 1987)

CHARLA TAURINAS EN EL CÍCULO BIENVENIDA DE VALENCIA-VENEZUELA

NOTA DE TOROS DE ENRIQUE BARRIOS, PRESIDENTE
(Valencia 26/09/2009.-Diario NOTITARDE )

"MORENITO DE MARACAY"

PRESENTACION DEL TORERO.-

Con una concurrencia más allá de lo esperado, el pasado jueves 10 de Septiembre de 2009, en un espacio de la Hermandad Gallega de Valencia, previamente decorado con los símbolos distintivos del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida y del toque artístico de un cuadro taurino del famoso pintor López Canito, se realizó la reunión convocada por dicho Círculo como medio de promover y difundir la Fiesta Brava, para escuchar la disertación del torero aragüeño José Eleazar Nelo Almicidiana –Morenito de Maracay-, acerca de su actuación profesional en los ruedos taurinos del mundo. Después de un sentido homenaje al aficionado desaparecido Mario Alberto “Gato”Guerra, da comienzo al acto el joven y entusiasta aficionado César Sánchez Roig, quien recuerda que Morenito de Maracay tomó la Alternativa un 24 de Septiembre de 1978, en la ciudad española de Barcelona y que la confirmación de la misma ocurre dos años después, en la plaza de toros Las Ventas de Madrid.
Afirma luego que el matador despachó más de doscientas corridas de toros en España, constituyéndose por tanto, en el diestro venezolano con mayor número de actuaciones en los ruedos ibéricos y cosos taurinos del mundo.

ACTIVIDAD TAURINA DEL MAESTRO.- Interviene Morenito de Maracay mostrándose complacido ante la asistencia de tantos aficionados que le han dado la bienvenida, comentando diversas anécdotas de su vida torera, que inicia como becerrista y actúa por primera vez como novillero en su ciudad natal de Maracay, el 31 de Marzo de 1974 al lado de Fredy Girón y Alfonso Galán. Dos años después, viaja a España donde torea sesenta novilladas aproximadamente, antes de recibir la alternativa en la fecha y ciudad arriba señaladas.

En Venezuela se estrena como matador de toros precisamente aquí en Valencia, alternando con Paquirri y Niño de la Capea y en Caracas lo hace un 12 de Octubre de 1979, en cartel integrado además por el Mito y Bernardo Valencia. El triunfo más importante de su carrera, lo obtiene en Madrid el 2 de agosto de 1987 cuando abre la puerta grande de Las Ventas, acontecimiento que motivó al cronista Joaquín Vidal para afirmar, que Morenito “interpretó el toreo con arreglo a los más puros cánones de la tauromaquia”. También da cuenta de sus intervenciones en Francia, Portugal, México, Colombia, Ecuador y Perú.

BROCHE FINAL.- Concluido el coloquio, los asistentes pudieron disfrutar las bondades de un caldo caroreño de Bodegas Pomar, junto a las delicias gastronómicas de múltiples pasapalos especialmente confeccionados para la ocasión, por el veterano y destacado chef Zapata de la Hermandad Gallega valenciana. El dichoso final, en gran parte se debe a la participación eficiente de Herminda Martínez, Presidenta de la Peña Taurina del nombrado Club Social.
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HEMEROTECA:
Diario "El País".- Lunes 3 de Agosto de 1987
Joaquín Vidal
LAS VENTAS
La tarde torera de Morenito de Maracay
Ficha del Festejo:
S. Cobaleda/ Nimeño II, J.A. Esplá, Morenito de Maracay.
Cinco toros de Manuel Sánchez Cobaleda y quinto, sobrero de Terrubias: con trapío, manejables, flojos.
Nimeño II tres pinchazos bajos, otro en el brazuelo y estocada trasera baja (silencio); estocada corta baja (silencio).
Juan Antonio Esplá: estocada corta y dos descabellos (algunas palmas); pinchazo y estocada ladeada (silencio).
Morenito de Maracay: buena estocada (oreja); estoconazo (oreja y petición de otra).
Salió a hombros por la puerta grande. Plaza de las Ventas, 2 de agosto.
Desde que se abrió de capa en el tercer Cobaleda de la tarde estuvo torerísimo Morenito de Maracay y fue una sopresa gratísima, pues de este diestro, ya muy conocido de la afición madrileña, podían esperarse alardes de diversa índole, pero torería, menos. No había precedentes terminates para ello.
El precedente terminante, sin embargo, a partir de ahora, será ayer, su tarde torera, la mejor que haya cuajado el ruedo de Las Ventas.
El capote de Morenito fue un aleteo continuo de arte, principalmente en las chicuelinas ceñidas, garbosas, suaves que instrumentó a sus dos toros; en las revoleras, en las largas, en las medias verónicas.
La media verónica rodilla en tierra que dio al sexto tuvo usía: parecía reproducción de las estampas de principio de siglo, y aún mejoró el clasicismo del bello daguerrotipo pues, recogido el capote una mano, prendió en sus bambas al toro, lo corrió templándolo por el diámetro del ruedo y lo dejó en suerte frente al caballo.

El público de Madrid se puso en pie entonces y ovacionó al torero con la misma fuerza y la misma emoción que en pasados fastos a maestros consumados. Pues el público de Madrid no tiene prejuicios, ni guían paisanajes, y lo mismo le canta glorias a un veterano del foro que a un venezolano de color, si interpretan el toreo con arreglo a los más puros cánones de la tauromaquia.

Torería
Qué transfusión de torería le haya hecho últimamente a Morenito de Maracay su apoderado, Luis Álvarez, constituye un misterio. El hecho cierto es que Morenito la llevaba ayer en la masa de la sangre y le rezumaba en los lances dichos, pero también en la brega, en la lidia perfecta que dio a sus toros. Por supuesto también en los pares de banderillas, de los cuales dos al quiebro fueron sencillamente sensacionales. Y en el toreo de muleta, mucho más cuando ejecutaba el natural que el redondo; mucho más aún en los pases de pecho, en los cambios de mano, en las trincherillas, en los desplantes.
Alguna nubecilla debía tener la luminosa tarde torera de Morenito de Maracay -nada es perfecto-, y fue la escasa construcción de sus faenas, consecuencia de un barroquismo innato en el diestro, que moderará en cuanto su apoderado le haga la segunda transfusión. Se trata de su propensión a torear sin unidad, por todo el ruedo; a ponerse retador en mitad de las tandas, apabullando al toro brazos en alto, como si fuera el coco. Al verle así de farruco, los toros se llevan unos sustos de muerte.
De cualquier forma Morenito iba ayer a por todas, incluída la hora de la verdad o suerte suprema, y la consumó manejando brillantemente la bella tizona de acero toledano, con la que fulminó a los Cobaleda por el hoyo de las agujas, marcando limpia, pausada, honradamente los tiempos del volapie.

Los Cobaleda fueron una preciosidad, paradigma del toro de lidia, que no requiere arrobas, sino el trapío inconfundible del ejemplar serio y bien rematado, empezando por las bien desarrolladas y astifinas defensas. Casi todos se dejaron torear.

Juan Antonio Esplá, que se alivió en banderillas y prendió bajísimos los pares, con la muleta marcó algún apunte de su buena clase pero no se decidió a fajarse con los toros.
Otro tanto le ocurrió a Nimeño Il (más seguro en banderillas, en cambio) sólo que ni siquiera marcó apuntes de buena clase.
El ejemplo de Morenito no les valió tampoco. Es una pena, pero parecían de la cuadrilla: tan poca ambición demostraron Esplá y Nimeño, tan seguro, artista y torero estuvo el diestro venezolano de color.


domingo, 27 de septiembre de 2009

SEVILLA: LO QUE SE PERDIÓ "EL CID"

UNA RUINA DE PARLADÉ
(Foto: El torillo y Castella)
Feria de San Miguel de Sevilla
Oreja de pueblo a Castella y ruina ganadera de"Parladé"

Carlos Crivell Sevilla
Domingo 27/09/2009

Si hubiera seriedad en la Fiesta, después de la primera de San Miguel al aficionado bueno le gustaría saber que algunos taurinos han tomado algunas decisiones. Sería gratificante saber que los dueños de Parladé, la familia de Juan Pedro Domecq, han dado la orden de sacrificar las vacas que han parido a los toros lidiados y también a los sementales que las preñaron.

La seriedad también supondría que la empresa haría un anuncio, para tranquilizar a la afición, con la noticia de que en la temporada próxima no se comprará ninguna corrida ni de Juan Pedro ni de Parladé.

En un paso más de coherencia, los matadores que se enfrentaron a este tipo de reses nos harían llegar su decisión de no volver a exigir en mucho tiempo un encierro de Parladé.

Si hay seriedad, habría que exigir responsabilidades a la música por tocar sin motivo; al presidente, por conceder una oreja propia de un pueblo sin luz, y también organizar un cursillo acelerado de conocimientos mínimos para los que pidieron la oreja del sexto para Castella, para que sepan que después de una faena sólo decorosa y un bajonazo no se puede reclamar trofeos en el templo del toreo.

Pero la seriedad no existe casi en ninguna parcela de esta sociedad. Si para entender cómo está España basta analizar cómo anda la Fiesta, se vuelve la oración y la Fiesta es el fiel reflejo de un estado de cosas lamentable a todos los niveles.

Seis toros de Parladé para el matadero, carentes de los necesarios atributos del toro de lidia.
No hubo ni bravura ni fuerzas; de casta, ayunos, pero tampoco estaban bien presentados. El toro debe ser el reflejo de su encaste. Algunos de Parladé, altos y zancudos, perecían de cualquier ganadería menos de Domecq.

La tarde prometía. Se cayó El Cid, por cierto, uno de los triunfadores de la tarde, y la taquilla no se resintió. La Maestranza tenía el aspecto de las grandes tardes. La ilusión se palpaba en los tendidos. Todo se hundió conforme salían al ruedo los toros de la divisa amarilla.

Morante fue desparramando pinceladas sueltas de torería y calidad. Lo hizo en el primero, tan flojo como noble, al que enjaretó tres naturales soberbios de entrada. Parecía una faena grande, pero ya no hubo limpieza en los derechazos ni por la izquierda surgieron muletazos parecidos. Quedó un torero con voluntad y algunos de pecho para enmarcarlos.

Al tercero, sólo dos verónicas y la media como detalle de su consumado estilo con el percal. El de Parladé embestía a cabezazos. Morante hizo una faena de aliño. El quinto era un tío por delante. Sólo tenía presencia, porque fue manso y descastado. El torero de La Puebla dibujó un enorme muletazo por bajo con la rodilla en tierra, se echó la franela a la izquierda y dibujó dos pases limpios, pero todo duró un suspiro. El animal se frenó, levantó la cabeza y se paró. Hizo el esfuerzo y lo sacó al centro. El toro ya era una basura.

Castella estuvo toda la tarde dispuesto, valiente y fiel a su estilo. Con el capote, apenas unos detalles en las chicuelinas del quite al cuarto. El sobrero segundo fue malo, soso y con el freno echado. Castella se llevó una voltereta y se arrimó con ganas.

Recibió al cuarto con unos estatuarios solemnes, muy quieta la planta, vertical como un poste, con un valor seco de impresión. En adelante, de nuevo un toro sin recorrido, siempre con la cara alta y sin posibilidades. Acabó gazapón y rajado. A estas alturas, el francés parecía descorazonado, al menos se fue muy pronto por la espada.
Lo mejor de su labor fue el comienzo de la faena al sexto con los pases por al espalda, los de la firma y el de pecho en una loseta. Se mostró valiente, pero apenas pudo consumar algunas tandas medio completas porque el de Parladé embestía sin vida. Animó el cotarro con un circular y lo mató de un bajonazo.
La gente, para olvidar la ruina, sacó el pañuelo en minoría y el palco, sin criterio ni categoría para presidir en la Maestranza, sacó el suyo.

La plaza se había convertido en una verbena. Lo más curioso es que, a la salida, la mayoría se echaba las manos a la cabeza por la oreja concedida. En fin, que si hubiera seriedad, en pocos días habría noticias sobre este festejo. Pero, tranquilos, no pasa nada. La seriedad es una virtud que está en extinción.

BOCANEGRA: ACOSO AL "EL CID"

(El Dr. Vila reconoce al Cid)

ACOSO A “EL CID”
Bocanegra.-
27 Sptbre. 2009
Esperemos que no lo derriben. Manuel Jesús viene demostrando que puede con “todo”, y en el logro de su sacrificado triunfo, nadie le ha regalado nada. Pero “lo pícaro” del toro no cesa y de su fondo cutre nunca consigue desprenderse.

(Foto: Evacuando consulta)
Siempre se ha dicho que “el tonto no descansa”, bueno, pues los pícaros tampoco, son inasequibles al desaliento, pero aún es más doloroso cuando su miserable acción se urde sobre plazas de la categoría de la Real Mestranza de Sevilla, sobre una afición de tanta solera y sobre un torero de tan acrisoladas virtudes profesionales y humanas.

El Cid, por su concepto de torero puro, responsable, sin trampas ni cartón, está pagando con sangre el triunfo por lo que tanto tiempo luchó; el toro está legitimado para dar cornadas, los que no lo están son los que, por el contrario, debieran protegerle, aquellos que están obligados a defender sus intereses, y a ofrecerle respeto.

El Cid sabrá lo que ha tenido que sufrir, convaleciente por las graves heridas de su último percance en los ruedos, por las presiones recibidas para no faltar a su cita con la corrida de abono de la Feria de “San Miguel” de Sevilla, y así quedar descartado un peligro para al empresa como es el de la devolución del importe de las localidades por causa del “caída” del espada anunciado.

¿Qué El Cid no está “pa torea”? Hay que recordarle que tiene cinco corridas para el próximo año, y que tiene que “h’asser un ejfuersso”, si no el palo a la taquilla va a ser serio.

El Cid, con la que tiene encima, sin un suspiro que consuele su ánimo, por sujetar el aire que se quiere escapar de su pulmón herido, se sentirá como la liebre cuando la sueltan en el campo en un concurso de galgos, ¡hala!...todos a por él.
Manuel, “arma mía”, zi no ee ná”, “zi te sirve le pegaa pazee, y zi no pue lo mataa”.
Habrán sido capaces hasta de recordarle que en Sevilla hay “güena” enfermería, y que allí está el afamado, pinturero, y llorón Doctor Vila, pendiente, atento, vigilante, como siempre, vamos; no se sabe si para animar al torero le dirían que, en caso de cloroformo y quirófano, la escena y su herida saldría a los cuatro vientos, y que a lo mejor le meterían hasta una cámara en la femoral.

Mientras tanto, en las vísperas, aparecían en los medios la argucia de hacer creer a la gente que El Cid iba a reaparecer, que se recuperación era cierta. Y El Cid en la cama.

El Cid no fue a torear, por Dios, como iba a hacerlo. Al final se libró de los “Parladés”, pero ¿se ha librado de los acosadores?, ¿jo…..qué tropa”!, por “dessir argo”.


(El Cid forzando su recuperación el patio de su su casa)


sábado, 26 de septiembre de 2009

"POZOBLANCO:TOREROS Y TORERITOS", POR BOCANEGRA

RECORDANDO A PAQUIRRI

JOSÉ LUIS MORENO

6 OREJAS A 6 VICTORINOS
En la plaza de Pozoblanco, 25 años después, un torero, un hombre, rinde su mejor homenaje a la hombría y torería de Francisco Rivera.

´"Toreros y toreritos"

Bocanegra
Sábado 26 sptbre. 2009
El matador cordobés protagoniza una gesta lidiando como único espada una corrida de la ganadería de Victorino Martín, y logra un triunfo acorde al significado de la fecha conmemorativa de la tragedia de Paquirri, en el mismo escenario que quedara regado por la sangre del recordado torero de Barbate.

La noticia no ocupará el lugar más destacado de la prensa especializada, ni la del papel couché, ni las cabeceras de los telediarios, no, eso quedará reservado para otros acontecimientos taurinos de fin de semana, dónde la frontera que separa a los toreritos de los auténticos toreros quedará camuflada, y dónde el reconocimiento de los méritos de unos se confundirá en juegos de titulares y frases falaces, en claro desprecio del verdadero protagonista de la jornada, un torerazo como José Luis Moreno, enfrentado a una auténtica corrida de toros, es decir...TOROS.


CRÓNICA DE LA CORRIDA

POZOBLANCO A HOMBROS MORENO Y EL MAYORAL

Tarde importante de José Luis Moreno en su encerrona con victorinos en Pozoblanco




El torero cordobés de Dos Torres, José Luis Moreno, ha salvado su encerrona con victorinos en la segunda de la feria cordobesa de Pozoblanco con nota alta, después de evidenciar una actitud sobresaliente del primero al último, cuajando pasajes de buen torero también y cortando un total de seis orejas que pudieron ser más de haber acertado con la espada en alguno de los ejemplares.

La foto final fue la de Moreno saliendo a hombros con el mayoral de Victorino que intercaló toros muy potables entre otros más complicados y exigentes.

Mucha disposición desde el principio, sin dosificarse el cordobés salió con una muy sólida actitud con ese abreplaza. Dejó algún capotazo bueno ante un toro que se orientó algo en banderillas, echando la cara arriba, pero que encontró a un torero muy firme desde un principio que terminó convenciendo al toro de Victorino en un trasteo en el que soportó el handicap Moreno del viento que sopló en varias fases de la faena.

Fundamentó el trasteo en el pitón derecho, el más claro de los dos. Mató de pinchazo y entrera caída, lo que pudo costarle el segundo trofeo.

El segundo fue un toro dulce de Victorino, de muy buena condición al que Moreno lo cuajó por los dos pitones, mejor por el derecho donde llegaron muletazos muy buenos, dinde se relajó el torero y se hartó de torear. De nuevo la espada le robó la segunda oreja.

Al tercero, altón, le costó descolgar algo más pero en la faena de muleta duró lo suyo y regaló un manojo de buenas arrancadas por el izquierdo que Moreno le cuajó en muletazos de frente al natural realmente notables.

Muy valiente con el cuarto, un toro más exigente y listo que los anteriores, que miraba y amenazaba a un José Luis Moreno que no se amilanó nunca, le plantó cara y robó los muletazos para rematar de una gran estocada que le puso en sus manos las dos orejas.

El quinto, soso de salida, sacó complicaciones y se destempló el animal, sotando derrotes y echando la cara arriba, costándole pasar. Sin embargo, de nuevo Moreno se impuso tirando de una ferrea actitud y decisión que le hicieron dueño de las circunstancias. Cortó las dos orejas, algo excesiva la segunda aunque la petición fue fruto del conjunto de la tarde.

El sexto fue otro toro de dulce de Victorino, con gran temple en su embestida, y con el que el torero se pudo explayar al natural en varias series de naturales a pies juntos, cogiendo la muleta a mitad del palillo y cuajando sensacionales naturales. Dejó media estocada de la que salió trastabillado y hubo de utilizar varias veces el descabello, lo que le impidió rubricar su tarde con más trofeos. Salió a hombros junto al mayoral de la ganadería.

FICHA DE LA ENCERRONA DE MORENO EN POZOBLANCO

Pozoblanco (Córdoba). Sábado 26 de Septiembre. 2ª de Feria. Casi Lleno.
Toros de Victorino Martín, bien presentados y de juego variado. El 1º, exigente. 4º y 5º, complicados. 2º, muy noble y 6º, boyante. 3º, manejable.

José Luis Moreno, como único espada, oreja, oreja, ovación con saludos tras aviso y dos orejas, dos orejas y saludos tras aviso.
(Fuente: Fidel Arroyo en burladero.com)

PAQUIRRI: 25 AÑOS DE POZOBLANCO

NACIDO PARA MORIR (1)
Prólogo:
José Carlos Arévalo y José Antonio del Moral

El llanto por la muerte de Francisco Rivera, no tuvo palabras.
Fue un silencio de lágrimas contenidas. Eran las doce de la mañana y no había sombras en el ruedo, como si la muerte hubiera huido de la plaza. El silencio atronaba los oídos de mil hombres puestos en pie, y los toreros parecía estatuas luminosas sobe el dorado allbero.

Fue una corrida soñada, que se lidió en Sevilla el 29 de Septiembre de 1984. La ausencia de claroscuro dio a la lidia un hálito de de desnuda sinceridad. Había muerto el barroco, que es un arte de atardecer, mezcla de mañana y noche, e infunde a la liturgia taurina ardides mágicos. Parecía una corrida campestre, como si la Maestranza fuera un templo matinal en el cielo. Nunca hubo en las plazas de toros un minuto tan sentido, un silencio tan gritado, una muerte torera con tantos aires de amanecida.
El éxtasis duró lo que el callar. Cuando la música atacó el pasodoble y disolvió el paseo, volvió el temblor humano que precede siempre a la salida del primer toro.
A Paquirri lo enterraron un mediodía de toros. Estaba escrito. Los carteles anunciaban la primera corrida de la feria de San Miguel: seis toros de Jandilla, para José María Manzanares, Tomás Campuzano y Espartaco. Pero esta tarde no hubo fiesta. La Maestranza había acogido al héroe muerto a la misma hora que se debió celebrar el apartado. La feria guardó luto ese día.
Manzanares, víctima de una fuerte depresión, no acudió. En su lugar acudió Pepe Luis Vázquez. ¡Qué contraste!: la multitud que acompañó a Paquirri hasta su tumba no quiso luego ir a los toros. En la Maestranza sólo estaban los cabales.
Lo maravilloso de aquella corrida de toros matinal fue que todos los toreros, absolutamente todos, se entregaron a la lidia con el más rotundo desprecio de sus vidas, y que los aficionados respetaron todos los lances de la corrida, sin dejar, por ello, de analizarla y degustarla. La fiesta de los toros está viva, porque la siembra la sangre de los toreros.
Los autores de este libro anduvieron a la salida como dos sonámbulos por las sinuosas calles del Baratillo. Llevaban el corazón partido por el amigo, por el torero muerto, y sentían el peso de más de mil corridas vividas en los infinitos osos de España. Pero la gallarda reciedumbre de los toreros les había devuelto el pulso firme de su afición. Aquella corrida vibrante y solitaria era una incitación a la vida, el triunfo del toreo sobre la muerte
----Tenemos que escribir un libro sobre todo esto. Se lo debemos a Paquirri y se lo debemos al toreo.
----Sí, tenemos que escribir un libro

----Conozco perfectamente la vida taurina de Paquirri, aunque me faltan sus orígenes. Le vi desde sus comienzos de matador, pero fue a partir de 1971 cuando le traté de cerca, a raíz de su noviazgo con Carmen. Mi amistad con la familia Ordóñez es antigua. Viene desde mi abuelo, que fue íntimo del Niño de la Palma. Naturalmente, al casarse Francisco con Carmen tuve la oportunidad de conocerle a fondo. Aunque nuestras relaciones acarreaban la dificultad de ser yo crítico y Paquirri matador en activo. La amistad es difícil así, o parece serlo para muchos. Sin embargo, me hice definitivamente amigo de Paquirri por mi condición de crítico. En 1975 tuvo una temporada pésima y le juzgué duramente. Mi sorpresa fue observar su trato. Carmen apenas me miraba. Paquirri seguía igual. Ni una mala cara. “José Antonio -me dijo-, yo sé mejor que nadie que estoy mal. No te preocupes. La amistad es una cosa y la profesión otra”. Años más tarde lo ratificó en un brindis que nunca olvidaré: fue en la corrida de Beneficencia de 1980, cuando mató seis toros en Madrid. Le regalé mi pluma, con una inscripción que repetía sus palabras: “Este no es un brindis de profesional a profesional. Es un brindis de cariño y amistad”.

----Yo no fui amigo de Paquirri. Le saludé en algunas ocasiones, e incluso compartí con él ese trance tenso de la habitación del torero en un día de corrida. Sí, le conocía en el ruedo. Frente a la superficial adicción a los toreros artistas, Paquirri era un lidiador de extraordinaria capacidad, que extraía de la lidia un discurso de amplio registro. Torear no es solo acoplarse al toro y rimar pases de embriagadora belleza. Es también un determinado comportamiento del hombre ante la muerte, que brota tan espontáneo como diferentes son los peligros que propone el toro. El toreo se asienta sobre una estrategia, una especie de ajedrez mortal, que exige al matador una inteligencia alertada, exteriormente geométrica –elección de los terrenos, sentido de las distancias, in tuición del “temple” que cada toro lleva dentro –e íntimamente sentida, como si el torero fuera espectador de sí mismo y se gustar toreando. A mi modo de ver, Paquirri era un lidiador excepcional y sustituía su ausencia de goce estético por un valor explicado con alardes y sustentado en el conocimiento. La belleza del toreo de Paquirri nacía de la razón y en el coraje. Creo que las faenas de Paquirri son tan memorizables como las de otros toreros más artistas, porque estaban llenas de contenido argumental. Reivindicar la figura torera de Paquirri me parece tan necesario como reivindicar la autenticidad del toreo. Por eso, el libro que escribamos no podrá ser sólo un canto ni un homenaje ditirámbico. Habrá que analizar su toreo, criticarlo, y buscar las relaciones que hay entre el hombre y el artista.

----Dicen que de toros nadie sabe nada. Si acaso los toreros. No sólo a Paquirri le debo lo poco que sé. La discusión con los toreros sobre la corrida, las condiciones de cada toro, sus cambios, sobre el cómo y por qué de cada lance, me ha enseñado a conocer la fiesta desde dentro. He recorrido miles de kilómetros con los toreros, en mi coche o en el de ellos. De ciudad en ciudad. Interminables noches de conversación apasionada. La observación atenta de la lidia, su análisis técnico y el campo han sido m i escuela. Con Paquirri después de cada corrida. Siempre le hable claro, y creo que a él le gustaba. En Valencia tras una mala tarde, subí a su cuarto y le vi callado. Estaba allí Carlos Corbacho tratando de justificar la agresividad del público. “Es que no has banderilleado --le decía--. Por eso la gente se ha puesto en tu contra””. Al marchar Corbacho, ya solos, le dije a Paco: “”No te engañes. La verdad es que hoy no te has cruzado con el toro ni una sola vez””. Paquirri dudó al principio. Pero luego, cenando en la Pepica reconoció mi versión

----Es curioso que cuando hablamos de Paquirri siempre terminamos por hablar de la entraña del toreo. Es decir que hablamos de la técnica precisa para que el torero entienda al mayor número de toros del valor necesario para que sea capaz a de desarrollar su inteligencia frente al toro; del sitio en que debe ejecutar las suertes para que el toreo sea, primero puro, y después, bello. Pienso sinceramente que Paquirri ha sido uno de los lidiadores más grandes de todos los tiempos, que negó el carácter de trámite a cualquier acto de la lidia y comenzaba sus grandes faenas en la misma puerta de chiqueros al abrirse el toril. Pero presiento que para cimentar todo lo que pensado ambos viéndole torear, y tú conversando muchas veces con él, hay que viajar al mundo dónde se nutrió el toreo de Paquirri, buscar los antecedentes en las dehesas, conversando con mayorales y vaqueros, con los toreros que fueron sus maestros, con los ganaderos que le <> sus primeras vacas.
----Es necesario. Además. Vamos a pisar el fondo. Sí, porque Sevilla, Jerez, El Puerto, incluso Ronda, son el brocal de un pozo hondísimo, cuyo fondo está en lo más bajo de Cádiz. Medina Sidonia y Vejer son dos faros que iluminan desde lo alto la comarca más profundamente taurina de España. Las gentes no saben allí de estadísticas ni de temporadas largas o cortas. Se cata, simplemente, la bravura y el toreo desde dentro. Porque allí el tiempo no existe. Solo el toro. Puede que Paquirri sea negado por los aficionados del asfalto, pero en el campo, dónde la destreza es la primera cualidad del torero, resulta incontestable.
Habíamos pasado la noche en La Barca-Vejer y la mañana con Álvaro Domecq en “”Mesa Baja””, una magnífica “tela” que sirve de corredero para el acoso y derribo, cerca de Benalup. Comimos al calor de una hoguera y al abrigo de unos árboles. Hubo tertulia con Don Álvaro, su hijo y varios jinetes jerezanos. Más tarde nos recibió Rafael Ortega, en “”Villagardosa””, una finca situada muy cerca del mar. En una rústica sala, coronada por impresionantes cabezas de toros, el maestro de la Isla evocó, junto a la chimenea, las andanzas de los toreros de la comarca, desde las marismas de Al-Ventus hasta las altas aldeas de la serranía de Ronda. Y recordó la forja torera de un Paquirri adolescente. Nuestras conversaciones habían tenido, inevitablemente, un tono crepuscular, rezumaban a pasado, como si la muerte de Paquirri planeara sobre este inagotable vivero del toreo. Pero el viejo torero nos contradijo: <>. También lo había comentado Álvaro Domecq: “Esto del toreo es un caso muy raro. Parece como si la muerte de Paquirri hubiera despertado a los chavales. Ha muerto el ídolo, y sin embargo, ellos quieren ser toreros con más ganas que nunca”.
Un día después tuvimos ocasión de comprobarlos. Caía la tarde sobre la plaza del Puerto de Santa María y habíamos ido para tomar una copa con Luis Ortega, en el bar del conserje de la plaza.. Cuando nos asomamos al ruedo, el sol pintaba las gradas de rojo y el coso era una concavidad azul. Dos muchachos toreaban al silencia ante la piedra callada de los tendidos. “Esperen ustedes, que van a ver algo grande”, nos dijo el conserje. Y por el patio de cuadrillas salió alguien muy chiquito. Un crio de seis años, su hijo. Toreó el carretón con aires agitanados y talante de torero recio. La simiente seguía dando fruto.
Hemos pasado un día en Sanlúcar la Mayor, con Rafael Muñoz y su hermano Manolo. Y hemos conocido a José Antonio, el nuevo vástago de la familia. Tiene la muleta que estrenó Paquirri, el domingo de Resurrección, en Sevilla.
---- ¿Te has fijado? Manolo lloró recordando la muerte de Paco. Y el niño queriendo ser torero, a pesar del llanto de su tío. ¡Qué picadores más grandes! Me han impresionado estos hombres tan sanos. Lo mismo que Antonio Torres, descansando definitivamente de varios infartos en su casa de La Algaba, rodeado de sus hijos, todos universitarios, aficionadísimos. Y Andrés Luque, orgulloso del par de banderillas que brindó a Paquirri en su última tarde en La Maestranza. Y Pichardo, que ya no va a torear. Ponce, en Aznalcóllar, también se ha retirado. Pero lo que más me ha llegado es lo que nos dijo Alfonso Ordóñez en el Patio del Hotel Alfonso XIII: “Hay que sentirse orgullosos de estar ante el toro, independientemente de la categoría que se tenga. Hasta un monosabio puede hacer lo más importante de la tarde”.
Juan Luis Bandrés se volcó, emocionado, en Algeciras. Parecía mentira verle lloroso en su despacho de naviero. Dudaba en mantener la ganadería. Entre maquetas de barcos y cuadros de buques, confesó que hacía sus primeras y únicas declaraciones sobre lo ocurrido en Pozoblanco. También Corbacho nos contó sus experiencias con Paquirri. Y en el bar del Hotel María Cristina, José Luis Rodríguez nos puso un nudo en la garganta. Él había sostenido la cabeza de Paco en la enfermería, mientras los médicos luchaban por salvarle.
Recorrimos Zahara de los Atunes y Barbate, y nos pareció que Paquirri iba a nuestro lado. Le hemos visto de niño, de mozo. Diego Reina, en Chiclana, le ha descrito con una sencillez pasmosa. Su madre. Doña Candelaria, nos ha dado la foto más importante de este libro. Y en “Los Derramaderos”, la finca más visitada por Paquirri, dónde hizo sus primeros tentaderos, hemos completado el pasaje del nacimiento de un torero.
----Ahora tenemos que subir a Pozoblanco. Qué paradójico final de trayecto. Pozoblanco es un pueblo para vivir, un Edén ajardinado, más allá de la bravía sierra de Córdoba. En todo caso, podría ser el regreso a Itaca, el final de la desventura, un inevitable regreso a la tierra, acogedora, sentida como lecho propicio para una muerte placentera, nunca para encontrarla en el combate.
Cuando regresamos, hundiéndonos por el Valle de los Pedroches, parecía que descendíamos a las entrañas de la tierra. Tuvimos que detener el coche para contemplar la inmensidad de aquel espacio con rumos de mar, que fuerza a mirar hacia dentro y sitúa al hombre en el límite de sus relaciones con el cosmos. Mala ruta para morir.
Más que la ansiada llegada a Córdoba es un dantesco descenso a los infiernos. José Antonio me ofreció un cigarrillo y trató de recordar unos versos de Federico García Lorca, escritos sesenta años antes y que parecían pensados para expresar la agonía de Paquirri.
----Era “una canción de jinete” y Paquirri había sido un hombre de a caballo, que sólo descendió a la tierra para torear. A la memoria me vino como suspiraba la palabra <>.

Córdoba.
Lejana y sola.

Jaca negra, luna grande,
y aceitunas en mi alforja.
Aunque sepa los caminos
Yo nunca llegará a Córdoba.

Por el llano, por el viento,
jaca negra, luna roja.
La muerte me está mirando
desde la torres de Córdoba.

¡Ay qué camino tan largo!
¡Ay mi jaca valerosa!
¡Ay que la muerte me espera,
Antes de llegar a Córdoba

Córdoba.
Lejana y sola.

----Son las cinco en punto de la tarde. Los héroes no escriben epitafios. Ni siquiera el suyo. Hace años, en 1925, un periodista de Sevilla encargó a Ignacio Sánchez Mejías sobre las corridas que toreaba. Delicioso error. La calidad literaria del sorprendente torero sevillano no pudo tapar su incapacidad crítica. Si un músico tuviera que criticar su música, lo sensato sería que volviera a escribirla. Las críticas de Sánchez Mejías hablaban, naturalmente, de otras cosas; descubrían esquinazos inéditos del inagotable universo de los toros; entraban en un territorio vedado al escritor, que nunca podrá escribir desde el ruedo.
Esta preciosa incapacidad del diestro para ser bardo de sí mismo, fue absoluta cuando le tocó describir la experiencia íntima de la cornada, el trauma del dolor, el desasosiego técnico provocado por el error taurómaco, la espiritual recuperación del “sitio”. De Sevilla le llegaban a Ignacio apremiantes cables que le instaban al cumplimiento de su deber como periodista. No tuvieron respuesta. El torero herido cavilaba, intentaba traducir sentimientos a palabras. Pro cuando releía lo escrito, más insustancial y fallido lo encontraba. Perseguía la búsqueda de un concepto indefinible, la clave desveladora. Tenía que haber un principio situado más allá del dolor, clave de un desfondamiento tan hondo, que lo había precipitado desde una cumbre vibrante a un vacío sentido como náusea.

----Seguro que el valiente sevillano no sabía que el torero es el héroe joven por antonomasia, y que la juventud no cree en la muerte. El hombre sólo es inmortal cuando supone serlo y la juventud es el único estadio inmortal de la vida humana. La muerte, ausente del propio cuerpo, está más allá del horizonte, es una noticia sin eco. No existe. Antonio Ordóñez me comentaba un día que no temía a la muerte, porque no la conocía Y cuando llegara, tampoco. Sería tan rotunda que no le daría tiempo.
Era en Santander. Las olas se quedaron quietas en la bahía, caía el sol, el mar estaba silenciosos como un cuadro y Ordóñez hablaba imbuido del mismo bienestar: “La muerte no existe en el torero. La trae el toro colgada en sus cuernos. En la plaza nadie quiere creer en la muerte y por eso se mata a los toros. Ésta es la razón más oculta, la que de verdad anima el juego de los toros. Los toreros que creen realmente en la muerte, sólo deben hacer una cosa: retirarse”.
----Otro, Antonio Bienvenida, pensó en la muerte y meditó sobre el significado más profundo de la cornada: “Es curioso que después de haber sufrido tantas cogidas me haya puesto a pensar en ellas, a saber valorarlas ahora que me he ido de los toros. Menos mala que esta manía no me dio entonces. Siento como un miedo retrospectivo, como si al recordarlas pusiera en peligro mi vida. Me llega el olor a éter de la muerte. Los toreros no sentimos la muerte como algo real, porque nuestro cuerpo está fuerte. Caemos enfermos sin estarlo. Esto es la cornada. Una agresión injustificable. Y entonces te preguntas: ¿por qué a mí, tan en forma, con tantas ganas de vivir, con celo de triunfos y una sed tremenda de ganar dinero? Sientes que se cuela de rondón. La cogida es un azar a contra estilo, lo contrario de la suerte, la única enemiga del hombre”.
Recuerdo que Bienvenida me dijo que las cornadas son una muerte pequeña y que por eso los hombres son inmortales: sólo los mata el mundo, la muerte siempre viene de afuera. El torero es el hombre joven acostumbrado a la muerte pequeña, sujetada por el orgullo que confiere el traje de luces, menos intensa que la pasión de torear. Sé que este libro será, página tras página, revivir la vida torera de Paquirri. Tengo la impresión de que a través del toreo podremos también descubrir al hombre. Y, sin embargo, este viaje al fondo de Paquirri nos ha mostrado muchas puertas cerradas. Tal vez queden lagunas, incógnitas por descubrir.
----No te importe. Este libro lo vamos a escribir Paquirri, tú y yo.

(1) NACIDO PARA MORIR.- Espasa Calpe.- Madrid 1985
Autores: José carlos Arévalo y José Antonio del Moral
(Youtube: Muerte de Paquirri: http://www.youtube.com/watch?v=jqpPQ7QDufs)

viernes, 25 de septiembre de 2009

1 OCTUBRE 2009: TROFEOS CÍRCULO BIENVENIDA


CÍRCULO TAURINO
AMIGOS DE LA DINASTÍA BIENVENIDA

ACTO DE ENTREGA DE TROFEOS
DE "SAN ISIDRO" - 2009
=====================

(Vía: Gabinete Prensa Círculo Bienvenida)
Se comunica a nuestros socios y amigos la próxima celebración del acto anunciado:

X “FÁBULA TAURINA”: Daniel Luque
II “FÁBULA GANADERA”: Toro “Camarito” de “Palha”
II “PEPE BIENVENIDA”: Pedro Gutiérrez “El Capea”
IX "BIENVENIDA A LA TORERÍA": Miguel Flores
VI "PAÑUELO DE ORO": Matías González Calvo

Tendrá lugar a las 15.00 horas del Jueves 1 de Octubre de 2009 en los salones del Hotel "Rafael Ventas de Madrid", situado en la calle Alcalá 269 de Madrid, dónde se servirá un almuerzo.

Antonio Martín.-Gabinete de Prensa
Madrid 15 Septbre. 2009

Confirmación de asistencia:
circulo.bienvenida@googlemail.com

BOCANEGRA: "A DON BULL...POR EL BUL"

"LOS TOROS SIN SANGRE" EN LAS VEGAS
(Don Bull con Zotoluco y el Conde)
"A Don Bull...por el bul"
Por Bocanegra
Viernes, 25 Septbre. 2009

Algunos dirán que no importaría se ejecutara tan gallardoniano acto, porque, en todo caso, se protegería la zona de castigo con el socorrido parche de velcro que evitaría la onerosa y cruenta acción, al igual que la “toricida” en la ya tristemente famosa feria de Las Vegas.

¡Anda y que le den….!
¿Es eso es lo que habrán pensado los toreros españoles contratados para El Dorado taurino, después del ver el fiasco de las primeras corridas celebradas?
Pues ya lo podrían haber pensado antes, hombre; porque Don Bull no le ha puesto a nadie una pistola en el pecho, a pesar de la mala reputación de la viciosa ciudad americana que ya hace tiempo se tapó con su particular velcro para disimular su negra y cruenta historia, tan bien llevadas a la filmografía de Hollywood.

Desde un principio, la opinión generalizada de los aficionados, ampliamente difundida, catalogaba el espectáculo anunciado en Las Vegas como una charlotada, una grotesca simulación de la corrida, un atentado contra la esencia misma de la Fiesta, que erosiona gravemente su imagen, al tiempo de originar nefastas consecuencias como el de reforzar la causa de los movimientos antitaurinos en Hispanoamérica.

Los toreros que se contrataron voluntariamente en pos del famoso y cuantioso dólar no tuvieron en cuenta las buenas razones expuestas por el común de la afición y por voces muy autorizadas.
“La pela es la pela”, que diría Balañá, y que seguro repetirá, tapado, desde su vergonzante burladero blindado por su velcro progresista, cuando ofrezca en venta la Monumental de Barcelona a su antitaurino ayuntamiento.

Con la “pela”, con cara de Lincoln, soñarían los cándidos españolitos cuando se comprometieron con Don Bull a pesar de todo.
Y por la “pela” se caen del cartel, ¡horror!...la plaza vacía, y a Don Bull…lo dicho, por el bul.


(Julio Benítez simula la suerte de matar con banderilla sobre velcro)
Ahora, algún espada “rajado” levanta la bandera de la dignidad para justificar su “ espantá” – desde luego que las hay más toreras - diciendo que “nadie se va a hacer publicidad a su costa”; “manda huevos”, que diría el beatón penitente cartagenero; y para que la desfachatez galope en collera, se le une el plumífero adosado de turno adobando de dignidad el gesto de los “rajados”, y "tocar los costados" a otros espadas que, de momento, mantienen su compromiso de cumplir con lo firmado.

Ya resulta paradójico que en la ciudad del vicio, dónde la mafia sangrienta ha cimentado un imperio en mitad de la arenas del desierto de Nevada, un estado forjado originariamente al son del Colt 45, dónde aún revolotean algunas plumas de bravos indios de piel limpia, sin un peto de velcro que la resguardara de la ira anglosajona, se exija como condición sine qua non para lidiar un toro, que no se le haga pupa: ”TOROS SIN SANGRE”, anuncian a clarín y timbal.

Ay la sangre en Las Vegas, la soga en la casa del ahorcado. Pedro Haces, alias Don Bull, ni cuelga de una viga, ni la ciudad, tabernáculo orgiástico, es su casa.
Don Bull es mejicano, es precisamente un hispano que se declara amante de la Fiesta Brava el que acomete el despropósito del simulacro festivalero incruento. Si al menos hubiera sido un gringo….., como aquel brigadier yankee que prohibió los toros en Cuba tras cubrir la isla de sangre de héroes españoles, a los que tampoco tuvieron la oportunidad de cubrir sus cuerpos con tan moderno elemento como el velcro.

Pero no, Don Bull irrumpe en el ruedo y emplea todo su brío en organizar y rematar su obra, lo que es muy libre de hacer en el país del zaíno Obama.
Quién lo iba a decir en el otrora terruño de la black blood, dónde sus antepasados tampoco gozaron del privilegio de los toritos de Las Vegas, y nada impedía que sobre su piel negra brotara la sangre esclava por la “lidia” que se les daba.

Don Bull no se arredra, salva todos los impedimentos habidos y por haber, hace inversiones millonarias, convence a las autoridades salvaguardando su hipocresía con el carácter incruento del espectáculo, obtiene todos los permisos y…..tararí a las cinco de la tarde.

(Cartel de la feria de Las Vegas)
Quizás Martin Scorsese, en la ficción del celuloide, recrearía una escena en el ampuloso despacho de un casino implorando Don Bull la bendición para sus “Toros Sin Sangre”.
Sería descabellado que para ello, el guionista le hiciera viajar hasta el lejano, aunque entrañable, pueblito italiano de Corleone.

Resulta imparable este Bull, brave bull, para preparar una guasa a costa de la dignidad de la Fiesta Nacional Española.
La feria, interrumpida por los “rajados por la pela”, se aplaza y se reprograma con los toreros que permanecen leales y otros nuevos contratados.

Bueno es cumplir un contrato, pero no es de recibo que se formalicen para este bodrio taurómaco.
¿Qué necesidad tienen las figuras del toreo en sumarse a semejante feria?
¿Acaso le han hecho una oferta que no podrán rechazar?
De Don a Don.