miércoles, 30 de junio de 2010

EL CALLEJÓN / Por Antolín Castro

Los micrófonos conviven cuando está el toro en el ruedo, visible en un brindis



Antolín Castro
España

El callejón de una plaza nos parece un lugar muy serio para que se llene de figurantes. El callejón de una plaza solo debe ser habitado por profesionales. Y estos podrán serlo de las distintas actividades que conforman el quehacer en una tarde de toros. Si es la primera plaza del mundo, como con el trapío de los toros, la responsabilidad de los toreros, etc., con mucho más motivo.

Seguramente a nadie le extraña ver en el callejón a toreros de oro y de plata, picadores, mayoral de la ganadería o incluso el propio ganadero, empresario, apoderados de los toreros, monosabios, areneros, mozos de espada, mulilleros, administradores de puyas y banderillas, torilero, encargados de puertas, médicos de la enfermería, alguacilillos, fotógrafos de prensa, policías de servicio y casi pare usted de contar.

Los micrófonos conviven cuando está el toro en el ruedo, visible en un brindis
Cuando los festejos son televisados por allí estarán cámaras y reporteros micrófono en mano. En muchas plazas pueden verse cronistas taurinos ya sean de prensa escrita o radio, pero no es indispensable que se les habilite ese lugar. Por supuesto, salvo los toreros y sus mozos de espadas y poca gente más, todos deben estar a resguardo en los burladeros interiores, a buen recaudo, cuando se produce la lidia de los toros. Pues no es así habitualmente y suelen llenarse de gentes que no cumplen función alguna y que además suelen entrar de gañote y para dejarse ver un poquito mientras presumen de sus influencias.

Dicho todo esto como posición de partida, este pasado domingo se produjo un incidente en el callejón de la plaza de toros de Las Ventas, cuando el reportero de Telemadrid, que retransmitía la corrida, fue expulsado del callejón a empujones, y le abrieron las correspondientes diligencias, por dos policías uniformados a instancias del delegado gubernativo D. Juan José Niño. El motivo no fue otro que hacer su labor periodística de entrevistar al matador Frascuelo.

Había sido advertido previamente de que esa labor no podía hacerla estando un toro en el ruedo y con discreción, dado que en los intermedios pone anuncios la cadena, lo hacía mas o menos a cubierto estando el toro en la arena. Cierto que está prohibida esa situación, pero no es menos cierto que se cumple en un escaso tiempo y por quien ya lleva años ejerciendo dicha actividad profesional; por tanto, sin ningún exceso.

Entendemos que se sobrepasó con creces la actuación policial, dado lo sucedido y los antecedentes que sobre ese menester existen en esta plaza y muchas otras. No es que fuera con el micrófono de un lado para otro en actitud desafiante a la orden recibida, sino que pretendía cubrir la información que la retransmisión demandaba. El delegado gubernativo está para lo que está y no se discute, pero las formas no pueden ser las mismas para un espontáneo que para quien ejerce una labor periodística de forma puntual.

Dado el movimiento que solemos ver en las plazas con gente que lo mismo saca un pañuelo que una fotito para enseñar a los amigos no podemos por menos que solidarizarnos con el reportero José Luis Ramón que fue quien sufrió en sus carnes el acoso y casi derribo. Hablando de fotos, OyT sufre el no poder situar a nuestros compañeros fotógrafos en el callejón porque se tienen limitados esos puestos a una docena. Para ilustración del lector digamos que existen, a ojo, cinco o seis docenas para personajes, personajillos y personajetas en Las Ventas.

Tampoco queremos dejar de señalar que el comentarista de la cadena, Miguel Ángel Moncholi, también sobrepasaba la norma, según nuestro criterio, al utilizar reiterada y despectivamente el apodo de Billy El Niño para nombrar al delegado, incluso llegando a utilizar algún otro calificativo subido de indignación, pero también de tono. Le asistiría la razón de protesta, como al delegado con su petición de no realizar trabajo con el toro en la arena, pero las formas podían y debían haber sido diferentes.

El callejón es lugar de estancia, repito, de los profesionales acreditados para estar allí, entre los que se encuentra el periodista taurino de televisión y que la desmedida actuación de un policía hizo que el foco en ese festejo estuviera fuera de lo que sucedía en el ruedo. Buena ocasión para poner orden, de verdad, en las personas que deben habitar esos espacios.


Fuente: 0pinionytoros.com

LA UNIVERSIDAD DE TODOS / Por Fermín González


La Universidad de todos


Polémica desatada por la decisión de la Universidad de Salamanca
que veta un curso de tauromaquia.

Por Fermín González

Resulta cuanto menos paradójico, y también frustrante que esta Universidad de siglos de historia, con una relevante categoría, y un prestigio bien reconocido en el mundo entero.

Salamanca si algo tiene a gala y puede presentar credenciales culturales es por su Universidad.
Por tanto creo que la negativa a que la tauromaquia, su historia, su cultura, sus conferenciantes, incluso esos cursos, últimos que los presidentes de algunas asociaciones han querido impartir en dicho centro, no tiene razón de ser. Y sus responsables se han equivocado, en su "Recto...R" y "Vicerrecto...R" proceder.

Señores académicos- la Universidad es patrimonio de todos- y, si en sus aulas debe impartirse con la mayor solemnidad, respeto, y atención una lección, no se le puede negar a nadie que lo solicite, aunque haya quien discrepe, de la misma o no le guste el tratado a impartirse, o tenga otros prejuicios; de los que legítimamente puede protestar cívicamente, o expresarse en los foros convenientes.-

Verán Ustedes-, hace unos cuantos años, servidor y otros muchos aficionados asistíamos a una charla que sobre toros iba a pronunciarse en la Universidad. El grupo Tendido Universitario, organizó el evento, que tuvo como ponente ni más ni menos, que, a Don Antonio Ordóñez Araujo. Fue ni más ni menos (repito), que en el aula de otro "aspirante"- permítanme la broma- Don Miguel de Unamuno, donde el viejo luchador, impartía sus clases. Yo la había visitado en otras ocasiones; pero les aseguro que ver a Ordóñez sentado a la mesa- (por cierto no era un orador aventajado), pronunciarse sobre su vida y milagros, sobre la estirpe familiar y torera que le rodeaba y del cómo y el porqué del toro y la fiesta.

Fue como digo; una sensación de grandeza, de poderío de la fiesta taurina, de la Salamanca ganadera y torera, de reconocimiento a la tauromaquia, a su historia, a su cultura y al valor de sus personajes, también queda en mi recuerdo, que pude cambiar unas palabras, y estrechar su mano.

Luego la misma Universidad nos dio la espalda con motivo de la Capitalidad Cultural junto a Brujas, era Rector Ignacio Verdugo, pero ni este, ni la alcaldía, ni aquellos nombrados comisionados para desarrollar y potenciar eventos culturales, nada quisieron saber de la cultura, de los programas, de la dehesa y del campo charro, ni tan siquiera se dieron cuenta que en el escudo de esta ciudad, lo forman el toro y la encina. Todos los estamentos y sus "paladines" fueron requeridos, con el fin de que la tauromaquia figurase en el programa de fastos… No hubo manera… aun presentando más de cinco mil firmas… Nos dieron la callada por respuesta…(Todos estos "paladines" acuden cada año a las barreras de la Glorieta)…

Por eso todo resulta tan paradójico, tan lamentable y tan trasnochado. Porqué además mucho antes que cualquier otra Universidad, esta de Salamanca, al frente de un profesor de apellido Ortega – no recuerdo ahora el nombre- quiso que se implantara la cátedra de tauromaquia en esta ciudad, pero ante el ánimo de muchos de conseguirlo, salieron aquellos "correveidiles", envidiosos, y cercenaron la idea, que después otros centros universitarios con buen acierto lo declararon posible.

Lo cierto es que la negativa a recoger estas últimas jornadas ha desatado mucha polémica, y no pocos pronunciamientos casi todos en contra de tal decisión; y no porque dichos cursos sirvan de mucho. He asistido a unos cuantos de ellos, y lo cierto es que pocos son los criterios que unen sobre todo a los presidentes de plazas, donde se puede comprobar cada tarde, y donde lo reglamentado y la defensa de los intereses, se ven vulnerados también cada tarde. Y donde muchas veces la autoridad, toma un camino exagerado y en otros no llega a la responsabilidad libremente contraída. Toda una contrapartida de exigencias, donde en primer lugar deben defender al aficionado, al que pasa por taquilla, y dentro de la plaza situarse a la cabeza del mejor aficionado.

Pero esto también puede y debe decirse en la Universidad patrimonio de Todos. Vale…
Fermín González comentarista Onda Cero Radio. Salamanca

Via: Mitaurored.com

martes, 29 de junio de 2010

El indulto, la suerte de varas y la prensa / Por Carlos Crivell

Miguel Ángel Perera y el indulto del cuvillo


"...Los públicos incultos (en materia taurina) piden los indultos y se conceden con el argumento de que quien paga debe ser siempre contentado en sus peticiones. Esta afirmación es otra falacia. El que paga no tiene el derecho de tergiversar o manipular el espectáculo..."

El indulto, la suerte de varas y la prensa

Carlos Crivel
Sevillatoro.com
El indulto de un toro de Núñez del Cuvillo en Algeciras vuelve a poner sobre el tapete ese asunto tan controvertido del perdón de la vida de los astados. El llamado Lanudo fue noble y duró mucho. Sin embargo, puedo afirmar que el animal no se picó. Se pueden ver las fotos. Hay una divisa, las banderillas (colocadas de forma muy deficiente) y no se aprecia puyazo en ninguna parte. El toro duró mucho porque, además de buena casta, no se picó porque el picador marró de forma voluntaria y Perera se llevó el toro al tiempo que solicitaba el cambio. Si un toro no cumple con unos mínimos en el tercio de varas no puede ser indultado.

Si se admiten este tipo de indultos, estamos en puertas de la desaparición de la suerte de varas. No creo que haya ningún aficionado de verdad que esté de acuerdo con abolirla. El indulto debe llegar como consecuencia de la bravura medida en todos tercios de la lidia. Ese concepto de que la bravura es la lucha permanente hasta el final es una de las muchas falacias que han propagado los ganaderos y taurinos en general. Nadie debe sorprenderse. El propio Álvaro Núñez del Cuvillo, en declaraciones posteriores, minimizó la importancia del caballo.

¿Y por qué se indultan estos toros que son tan buenos colaboradores de los toreros por su bondad y duración? Hay una evidente confabulación entre los ganaderos y los toreros, pero también es cierto que los públicos lo solicitan de forma enfervorizada. Son estos públicos modernos cuyos conocimientos taurinos son exiguos y que tampoco son capaces de realizar un examen de la lidia desde el prisma de buenos aficionados. Quiero salvar a un presidente tan malo como el de Algeciras, ya que negarse a la petición de la masa sólo puede acarrear problemas personales a quienes ocupan los palcos.

Los públicos incultos (en materia taurina) piden los indultos y se conceden con el argumento de que quien paga debe ser siempre contentado en sus peticiones. Esta afirmación es otra falacia. El que paga no tiene el derecho de tergiversar o manipular el espectáculo. No ocurre en ningún otro tipo de actividad. Por otra parte, los que gritan pidiendo arbitrariedades deberían ser contrarrestados por los que entienden de la materia.

Y este momento llega el papel de la prensa. Se supone que debería tener algún grado de influencia en la buena educación de los públicos. Sin embargo, cuando se lee o se escucha que el toro Lanudo fue una maravilla, que el indulto se veía venir desde que salió y cosas parecidas, se llega a la conclusión de que quienes deberían ser el motor para la formación de los públicos de toros tienen unos criterios erróneos, que posiblemente están amparados en razones más profundas que merecerían otro artículo más detallado.
En definitiva, quienes asisten a las plazas están logrando que la suerte de varas sea un trámite, lo que conviene a ganaderos y toreros. Estos indultos son una lacra grave para el futuro de la Fiesta. Y de nuevo conviene recordar que el que paga no siempre tiene razón. La mejor información taurina en http://www.sevillatoro.com/

ESPAÑA APUÑALADA POR LA CASTA POLÍTICA



¡Mírala..!

Carta a La Polaca / Por Manolo Herrero





En la celebración de una misa en la Iglesia parroquial de San Andrés de Madrid por el alma de la Polaca, recientemente fallecida, se echó al ruedo su amigo Manolo Herrero, el amigo de su marido Pepe, el amigo de todos, todos, y allí en el altar mayor se despachó con emoción recordando a Pepa ante cientos de amigos que allí fuimos a rezar.
Manolo hizo lo que tenía que hacer, escribirle al cielo:
Pepa :

Recuerdo el día que murió tu padre “El Coti”, hace como treinta y tantos años. Se contaban por “miles” las personas que acudimos. El “todo Madrid” fue desfilando de noche y de día por tu chalet de Monteclaro. En el cementerio de Boadilla, prácticamente no se cabía. Estaban personajes como Lola, Rocío, Luis Miguel, Ordoñez, Curro, Camino, Curro Girón (prácticamente todo el escalafón del toreo), Manolo Lapique, Alfonso e Ignacio Fierro, todo el Atlético de Madrid, jugadores del Real Madrid, diversidad de empresarios y muchísimos artistas de todas las ramas. Personajes que arrastraban masas por sí solos. Figuras universales. Todos amigos. Recuerdo la anécdota de la espera a que los albañiles terminaran de agrandar el nicho, porque la caja no cabía. Como se iba alargando un poco la “obra”, Lola, Picoco, Diego Pantoja y la mayoría de los asistentes, nos sentamos sobre las tumbas vecinas . ¡ La que formaron Lola, Picoco, Diego, Pepín, Bojilla, Luis Miguel en esa “espera”!.

Era la época dorada de Madrid, de ESPAÑA. Todos teníamos, como digo, treinta y tantos años menos, sobre todo tú, que eras una belleza que “ rompías “.
Tú , y muchos de nosotros, tuviste la suerte de vivir las décadas, irrepetibles, de los 60, 70 y 80. Tiempos en los que convivíamos, como una gran familia, toreros, futbolistas, artistas, magnates, empresarios, literatos, “caninos”, boxeadores, tenistas, motociclistas, actores, políticos, periodistas y muchos que formábamos parte del buen ambiente madrileño

Tú, que eras una marca como persona, como amiga, como artista, “La Polaca”. Eras algo fuera de lo común. Tú, que eras admirada, que embelesabas al mundo con tu cara, tu figura, tu arte, tu “ verde que te quiero verde”, tu “ me va, me va, me va”, fuiste un bien necesario. Musa, en muchísimas cenas-fiestas de negocios, dando colorido y amparando a tus amigos. Has sido, como otras grandes figuras nuestras, embajadora de España en otros países. Tenías a tus “pies” a México, Marruecos, y sobre todos, Venezuela.
Desde Presidentes, hasta el último de la fila.

Pero esa época, por desgracia para todos, terminó.

Tú, después de luchar en varios negocios de hostelería , y viendo que cada vez más , han ido desapareciendo de este mundo la gente que a ti te llenaba, te daba vida, y que formaban parte de ti, decidiste trasladarte al aljarafe sevillano, con Pepe, tu marido. Me imagino que con la idea de vivir el resto de vuestra vida juntos, en un lugar apacible, con una calidad de vida que no la teníais, ya, en Madrid, recibiendo el cariño de los pocos amigos que os quedan en Sevilla ( Cristina Hoyos, Juan Antonio, Diego Carrasco, Chiquetete, Caminantes, Albahaca, Los del Rio, Antonio Donaire, Carmen Ledesma, Pansequito, Aurora Vargas, Pepi, Esperanza etc…).

A la vez contabais con las visitas y las llamadas de vuestros amigos de Madrid ( Julio Álvarez, Lucio, José Luis, Esteban, Cari, Trapote, Cuqui Fierro, Ana Castor, Jesús Rivas, Tauro, Juan Quintero, Miguel de Viña P, Finito, Antonio Rey, Arturo , Elvira, Juan Palacios, José Emilio Higueras, Rafael Vega etc….
Pero, por desgracia, tu enfermedad rompió ese ultimo deseo que teníais.
Has sufrido y padecido tu enfermedad con una dignidad y entereza ejemplar. Has tenido, junto a ti, demostrándote el amor que siempre te profesó, a tu marido Pepe, cuidándote, mimándote y sufriendo por ti, porque sabía, de sobra, y veía, que te ibas acabando poco a poco. Has tenido a tu hermana Aurora y a tu sobrina siempre a tu lado.

Pepa, he empezado esta carta recordando lo de tu padre y añorando tiempos pasados , porque vi a Pepe muy “herido” en tu funeral de Sevilla, creyendo que te habían olvidado algunos. Le he dicho que la vida ha evolucionado, que es mas fría, que todos estamos más distantes, que prácticamente no nos vemos, que no convivimos como antiguamente, que muchos, de verdad, no se habían enterado a tiempo, que el 70 u 80 % de los que nombré y que fueron al entierro de tu padre, han desaparecido (ley de vida).

Pero, fíjate Pepa cuantos amigos han venido hoy para recordarte y para acompañar al Polaco. Algunos que faltan hoy a esta misa, me han llamado o me han dicho que no podían venir por diferentes motivos. José Mª García está en León en un asunto ineludible. Juan Lamarca en un acto en Ciudad Real, pero veo que acaba de entrar en la iglesia ( habrá anulado su viaje), Luis Aragonés me ha enviado un abrazo para Pepe, desde Sudáfrica.

Quiero contar algo que muy poca gente sabe de ti, Pepa. Tú nunca tuviste hijos porque tu naturaleza no te lo permitió, pero sí “habéis tenido” un hijo “negrito” precioso, guapísimo, de nombre Tony, que junto a su madre biológica, Celestina , habéis ido criando con sacrificios, con amor de madres y padre, con esfuerzo, a pesar de que la economía no era para tirar cohetes, ese niño ( tiene hoy 25 años) es un universitario a punto de terminar la carrera de Medicina Deportiva.

Pepa, ahora donde te encuentras, junto a la del Rocío, la Almudena y al Gran Poder, seguro que estarás muy bien acompañada de Lola, Rocío, Juana, Alfonso e Ignacio Fierro, Manolo Lapique, Antonio Blasco, Marita, Manolo Prado, D. Alvaro, Luis Miguel, Gitanillo, Ordoñez, Carmen, Curro Girón, Valentina y Julio García Vallenilla, José Goyanes, La Paquera, Camarón, Caracol y muchísimos amigos mas, y sobre todos, ya estoy oyendo las voces de Picoco diciéndote “ barbaridades celestiales” y tú, metiéndote con él, para oírlo.

Quédate tranquila, Pepa, que cuidaremos a Pepe, porque tiene muchos amigos, y tú, sabes de verdad, que es muy buena gente. Procuraremos que no pierda mas caballos de Alvarito y también , si hay que beberse todo el vino que venda, lo haremos.

Como ves, hoy han venido muchos veteranos de tu Atleti ( Adelardo, Ufarte, Pepe Navarro etc…) con su presidente. Enrique Cerezo, al frente.

De eso se ha encargado uno que te quiere a rabiar, Miguel San Román.

Por cierto, Pepa, ahora que hablo de futbol ,

¡¡ Hay que ver la que me ha “formao” mi Beti !!

¡¡ QUE ME DEJES !!

P.D. En mi casa también te queremos . Manolo Herrero


Imágenes de la película "Los Tarantos"

Que echen a todos / José Ramón Márquez



José Ramón Márquez
Martes 20 de Junio de 2010.-
Se dice pronto. Toda la vida lleva el pobre Manolo preocupado por que no haya conflictos de orden público en Las Ventas, que lo ha repetido hasta la saciedad, por activa y por pasiva, y resulta que precisamente le monta el lío uno de sus subordinados, llamado Niño, que además ha conseguido que se le echen encima las fieras del periodismo guay, del cuarto poder, a defender la sacrosanta libertad de expresión, que hay cosas que claman al cielo.
Si Randolph Hearst fue capaz de montar la guerra contra España, vamos a ver la que pueden montar estos en la campaña contra Manolo y contra Niño, que se preparen por malos.
Resulta que en la corrida de ayer, ante la estupefacción de mil quinientos tíos que no habían pisado una plaza de toros en su vida y que posiblemente no repitan jamás la experiencia, la fuerza pública desalojó del callejón al periodista Ramón por órdenes del policía Niño. Como se puede comprender de inmediato, ese ataque a la libertad de prensa, al inalienable derecho a la información, comparable al cierre del diario Madrid, al secuestro de la película El crimen de Cuenca, ha causado una honda indignación, especialmente en algunos de los, llamémosles, periodistas que curran en la cosa de los toros, que se han puesto a dar bufidos y resoplidos llenos de ira en sus, llamémoslas, columnas.
Como cualquiera puede suponer, la misión del buen Ramón consistía tan sólo en ir por el callejón con su micrófono en la mano recabando esas opiniones prescindibles, manidas y sobadísimas que dan los matadores de toros, opiniones que van de ‘el toro tenía un peligro sordo y además no transmitía’ hasta ‘este triunfo es muy importante para mi carrera y se lo dedico a mi apoderado y a los que han tenido fe en mí’, así como de otras personas que andan por allí, cuyo registro no se aparta en lo esencial de los polos de máximos y mínimos que hemos indicado para los matadores, y que al decir de los expertos en las cosas de la televisión, sirven para dar ‘ritmo’ a la retransmisión, pese a su nulo interés.Pero, claro, dirán los de la televisión que paga a Ramón, nosotros somos de la misma empresa que es la propietaria de la plaza, Comunidad de Madrid, S.A., y resulta que nos echan a patadas y mientras tanto llevamos viendo toda la feria a los lacayos del fenicio Dr. Zaius enseñoreados del callejón, los amos del callejón, el tío ése de los pelos grasientos, el de pinta de guarrete de la camiseta, que se le sale medio culo cuando se agacha, el que hace quince días que no se afeita; vamos, un montón de tíos más el de la cámara y el que porta el micrófono ése que lo lleva forrado con una funda como de lana mugrienta, media docena de tíos toda la feria por allí estorbando, y resulta que al que echan es al pobre Ramón en una corrida de chicha y nabo.
Pues bien, yo creo que como los niños siempre dicen la verdad, lo de ayer del buen Niño simplemente señala un camino, el de la verdad: expulsemos a Ramón, a Moncholi y sus palmeros expertos en naderías, a los de las cámaras, al Dr. Zaius, al viejo Gargajos, al clon del hijo de Victorino, al tío ése que se sube en la grúa, expulsemos de una bendita vez a la TV de los toros, a los que nada da, y dejemos que quien quiera saber de la corrida lea la crónica de alguien en quien confíe y deje volar la imaginación. Como siempre fue. Como algunos seguimos haciendo.
¡Qué razón tenía Tomás en esto

lunes, 28 de junio de 2010

Canorea, 'cum laude' en periodismo taurino / Por Francisco Mateos


Canorea, 'cum laude' en periodismo taurino
Por Francisco Mateos
Sevilla Taurina
25/06/2010
"...Eduardo Canorea es que tine hasta gracia. Cuando quiere. Bueno, gracia 'de la casa'. Con guasa. Pero la tiene. Siempre he pensado que es mucho más fácil entenderse con Eduardo Canorea. Es más transparente, más claro... para lo bueno y para lo malo. Además, es un tipo que viene por derecho, se le ve venir... para bien y para mal..."
Lo 'malo' de Eduardo Canorea es que tine hasta gracia. Cuando quiere. Bueno, gracia 'de la casa'. Con guasa. Pero la tiene. Siempre he pensado que es mucho más fácil entenderse con Eduardo Canorea. Es más transparente, más claro... para lo bueno y para lo malo. Además, es un tipo que viene por derecho, se le ve venir... para bien y para mal. Y también sabe mantener las formas y los modos... para lo bueno y para lo malo.
Muchos piensan que con la actual situación de 'máxima tensión' que existe entre la empresa y yo incluso se ha roto el saludo. No, no es así; o al menos con Eduardo. Eduardo Canorea y quien escribe jamás nos hemos dejado de saludar y mantener una posición de mutuo respeto. ¿Que hay tensión?, sí. Pero muy respetuosa. Y cuando hay que estrechar la mano y decir un 'hola', se dice; por ambas partes.Y ya digo que es más fácil 'entenderse' -para lo bueno y para lo malo- con Canorea.
Ayer estuvo sembrado. Más que sembrado; ayer Canorea estuvo cumbre. Y hablo con sinceridad. Se presentaban los carteles de las novilladas de promoción de verano, las tradicionales de julio -bueno, para la delegada de la Junta Carmen Tovar, las de septiembre, como ella las ubica..-, aunque el empresario, como los últimos años, aprovechó para 'largar' el resto de la temporada. Ya hiló fino cuando le dio un tirón de orejas a los asesores taurinos de la Maestranza: Finito de Triana, Luis Arenas y este año, también el fotógrafo cofrade Martín Cartaya.
Dijo Eduardo que los asesores deben evaluar a los mejores chavales para elegir a los tres finalistas del ciclo de forma completa, su disposición, sus formas, el fondo, "más allá de las orejas que corte; para eso bastaría con una calculadora".
Cumbre, ya digo. Lleva toda la razón. Hay chavales de los que torean las sin caballos que meten en la plaza medio pueblo suyo, y la petición que inician los ppaisanos con poco fundamento contagia al resto del personal y el presidente de turno termina concediendo orejas de muy desigual calado. Bien Canorea, bien.
Pero cuando estuvo cumbre Canorea fue cuando se desveló el cartel de la noche del 14 de agosto.
Acababa Ramón Valencia -su cuñado y socio empresarial- de adelantar que el cartel estaba compuesto por los toros de Peñajara y los espadas Luis Vilches, Salvador Cortés y Javier Cortés. Todos esperábamos tres sevillanos. El nombre de Javier Cortés chirriaba tremendamente. Deja el cartel con bastante menos atractivo que el del año pasado.
Fue entonces cuando Eduardo hizo lo que no se hace últimamente en las ruedas de prensa de esta peculiar empresa: preguntar. Ya saben lo que duró la rueda de prensa de Feria de Abril:
5 minutos y ninguna pregunta. Es el resultado a las 'formas' de la empresa a preguntas de la prensa que no le son 'agradables': para malas y desagradables respuestas, mejor ya ni se pregunta.
Pues Canorea no quiso que se repitiera la escena y se puso en plan periodista:-Bueno, como todos pensáis la misma pregunta pero quizás no la preguntáis, voy a hacer yo de periodista. A ver, Ramón -que ponía la misma cara de sorpresa que el resto de asistentes ante la genial ocurrencia de Canorea-:
¿Por qué viene a esta corrida Javier Cortés? -la carcajada general se oyó hasta en el bar Taquilla-.
-Pues mira Eduardo, te voy a ser sincero. Javier Cortés viene a Sevilla en esta corrida porque lo ví en Madrid y me gustó. Creo que estuvo muy bien y es un torero que puede sorprender en la Maestranza. Yo confío en él.-
Muy bien Ramón. Gracias. Y una segunda pregunta que también nos hacemos todos:
¿por qué no está contratado Oliva Soto?
-de nuevo entre una carcajada general por la genial faceta de periodista taurino 'incisivo' de Canorea-
.-Pues es muy fácil. Tras su triunfo en la Feria de Abril al muchacho le están saliendo muchas cositas y nosotros nos alegramos de que así sea y le haya servido Sevilla. Desde un principio quisimos contar con un cartel de tres sevillanos, y Oliva Soto era quien redondeaba el cartel. Hablamos con su apoderado y nos comentó que el 14 de agosto lo tenía hecho en la Feria de Málaga, por lo que no ha sido posible contratarle
.-Muchas gracias Ramón. Has sido muy amable -concluyó el 'periodista' Canorea'-
.Aprobado 'cum laude' a Eduardo Canorea en periodismo taurino... y en gracia. He de reconocer que hacía tiempo que no me reía tanto. La ocurrencia sólo puede venir de un tipo como Canorea. Hacer públicamente a Ramón Valencia lapregunta que todos pensaban pero nadie se atrevía a preguntar: ¿qué coño pinta Javier Cortés -con todos los respetos, que después puede salir a hombros; ojalá- en ese cartel?. Está claro que Vilches, Cortés y Oliva Soto era un pedazo de cartel para el 14 de agosto, pero ya que se cae Oliva se podría haber optado por un sevillano como Pepe Moral, Miguel Ángel Delgado, Corpas, Agustín de Espartinas -aún sin debutar de matador- o César Girón, entre otros sevillanos. Redondeaba mejor el cartel.
Pues ya que nadie se atrevía -y seguramente no se hubiera hecho la pregunta- fue el propio Eduardo el que se la hizo a su socio, haciéndose pasar por periodista taurino de forma excelente.
Más allá de la simpatiquísima broma -que por la cara que puso le cogió a contrapie a su cuñado Ramón Valencia-, parecía que Eduardo Canorea transmitía un guiño a la prensa sevillana para que tengamos la absoluta libertad de preguntar en sucesivas ruedas de prensa todo lo que deseemos; hasta lo que no les sean 'agradable', y que no suceda como la última vez ante una presentación de toda una Feria de Abril y que no hubiera ni una pregunta... Si es así, perfecto detalle para adelantar una postura más abierta y receptiva a las preguntas de la prensa.La lástima es que con la locuacidad y el desparpajo del intrépido reportero taurino -por un día- Eduardo Canorea la delegada de la Junta de Andalucía, Carmen Tovar, no asistiera al acto de presentación de las novilladas de promoción, como sí hizo el año pasado. Quizás quiere evitar preguntas 'molestas' de la prensa en sus horas más mínimas de credibilidad -que se les harán tarde o temprano en público-.
Pero lo que no se puede imaginar ella es que en cualquier momento no es la prensa, sino el propio Canorea el que le pregunte delante de todo el mundo:
"A ver, señora delegada. ¿Explíquenos a todos por qué su familia y sus amigos de Castilleja entran gratis a los toros aprovechándose de su burladero institucional de la Junta de Andalucía y los demás aficionados tienen que pagar las caras entradas que nosotros ponemos?"... Cumbre, Canorea; cumbre.

La crisis y los hijos / Por Juan Manuel de Prada





El «Estado servil» necesita destruir la comunidad
organizada en torno a la familia


JUAN MANUEL DE PRADA

ABC.-Día 28/06/2010 - 04.05h
EL sistema esclavista se fundó sobre la destrucción de la familia. Basta que estudiemos someramente las leyes romanas para que salte la evidencia:
esclavo era quien no tenía derecho a formar una familia, quien podía ser separado sin titubeos de sus hijos y condenado a satisfacer sus instintos en la promiscuidad más turbia y bestial.
Aquel sistema entró en crisis cuando los esclavos, por influjo del cristianismo, empezaron a preservar su dignidad, cuando se resistieron a ser separados de sus hijos y de las mujeres que los habían concebido. Y, al fundar una familia, aquellos esclavos se sintieron «enraizados» en algo; y, como siempre ocurre que los hombres se «enraízan», anhelan una tierra que los nutra y haga más firme su vínculo: así nació, como corolario natural de la familia, la noción del reparto o distribución de la propiedad.

El «Estado servil» —híbrido resultante de la coyunda entre capitalismo y socialismo— se funda sobre la misma premisa que el esclavista. Sólo que, en su propósito de esclavizar a los hombres, ya no puede arrebatarles crudamente su dignidad, como hacían los propietarios de esclavos de antaño; necesita «sobornar» su dignidad, necesita procurarles placeres anestesiantes (incluida la promiscuidad más turbia y bestial, que ya no se vive como una condena, sino como un premio), necesita garantizarles un cierto grado de bienestar material que los aborregue y someta.
Pero el fundamento del «Estado servil» es exactamente el mismo que el del sistema esclavista: se trata de destruir la familia y, con ella, los vínculos de pertenencia que enraízan a los hombres. Todos los formuladores del pensamiento económico liberal coinciden en este extremo:
desde Adam Smith a John Stuart Mill, pasando por David Ricardo o Malthus, consideran que la institución familiar es una amenaza para el desarrollo económico; y postulan una sociedad desvinculada, en la que las personas ya no sean inteligibles desde los vínculos comunitarios, sino «reconstruidas» como
individuos que se guían por sus actuaciones volitivas autónomas. De este modo, la moralidad se determina por la preferencia subjetiva; y la libertad es concebida como ausencia de toda constricción.
Por supuesto, la familia se erige en la principal constricción para la supuesta «libertad perfecta» del sistema económico, que consiste en la implantación del trabajo obligatorio, legalmente exigible a los que no poseen la propiedad de los medios de producción, para beneficio de los que la poseen. Y en la entronización de ese «trabajo obligatorio» como máxima aspiración humana, lograda a costa de cualquier otra aspiración... sobre todo, a costa de la más humana de todas las aspiraciones, que es la de formar una familia y tener hijos.

Para su perpetuación, el «Estado servil» necesita destruir la comunidad organizada en torno a la familia, reduciéndola a una masa amorfa, sobornada y sumisa, incapacitada para otra aspiración que no sea la satisfacción de sus preferencias subjetivas. Todos los sucesivos engendros que ha ido expeliendo el «Estado servil» —feminismo, consumismo, estancamiento demográfico, etcétera—, no son sino estadios progresivos de esa labor destructiva, que alcanza su expresión más desesperada en épocas de crisis.
Porque quienes han sido «sobornados» están dispuestos a sacrificar su aspiración más humana —casarse y tener hijos—, con tal de seguir disfrutando del soborno, incluso cuando el soborno se acaba, desvelando su triste y terminal condición servil.

www.juanmanueldeprada.com

domingo, 27 de junio de 2010

EL ÍNCLITO MONCHOLI Y LA PUTA PEDAGOGÍA / Por Francisco Callejo

El ínclito Moncholi.
""...El más esclarecido ejemplo de engolada ignorancia.
Moncholi es un infeliz desinformado, un lego en todo lo que con el toro tiene que ver, un profano en materia que le viene grande, un mostrenco con serias lagunas. Pero también es un oportunista sin escrúpulos, un ambicioso sin dignidad y un trepa de manual...""
LA PUTA PEDAGOGÍA

Por Francisco Callejo


Existe algo peor que la suficiencia, y es el deseo de manifestarla. Hay tipos que no se conforman con mirar al resto desde su atalaya de vanidad, sino que precisan hacer público su famélico bagaje de sapiencia. Pírrico en la totalidad de los casos.Quien realmente sabe -y se sabe-, difícilmente extiende el tenderete de sus conocimientos para venderlos por cuarto y mitades. La posesión de una ciencia es un logro, un don tan sustantivo que el mercadeo de tan valioso botín no es acto que baraje una mente despejada.


En derredor de los Toros, abunda el estúpido que precisa subrayar sus carencias cognoscitivas a través del cacareo de manidos tópicos. Suele tomar impulso desde la húmeda barra de un bar donde, acodándose de espaldas a la misma y con un pie flexionado como si de un ave zancuda se tratara, ladea el palillo astillado de caries para rebuznar sus agudezas.


A ese mismo tipo podemos verle a continuación en el tendido de una plaza de toros, cubierto el caletre por pajizo sombrero, escenificando aspavientos, bramando zafiedades y sentando cátedra de su plomiza y parda gramática. Todo este andamiaje gestual responde a un nutrido conjunto de carencias que nos llevaría a teorizar acerca del triste bagaje existencial del exponente de marras, pero la tara que se postula como prólogo de este conglomerado deficitario es su palmaria falta de conocimientos y modales.


Esta es la versión grunge del aficionado que se tiene por depositario de las esencias primigenias de este espectáculo, y quiere extender su concepto en derredor de su tendido.


También prolifera el petimetre que se tiene por custodio de los mismos preceptos que postula el exaltado, pero tamizados por una aparente erudición que pretende salpimentar de ironía. Suele hablar bajo en el tendido a su compañero de localidad, tributando una sonrisa encopetada en derredor de sí. Este tipejo, en ocasiones, deja constancia en blogs altaneros de su entumecimiento conceptual. Habla y junta letras ex cathedra, orgulloso de escucharse y leerse, además de muy pagado de sí.


Y hay un subgénero que se nutre de los dos expuestos, marinado de una absurda imitación del tipo que aspira a ser. Me refiero, naturalmente, al ínclito Moncholi. El más esclarecido ejemplo de engolada ignorancia.


Moncholi es un infeliz desinformado, un lego en todo lo que con el toro tiene que ver, un profano en materia que le viene grande, un mostrenco con serias lagunas.


Pero también es un oportunista sin escrúpulos, un ambicioso sin dignidad y un trepa de manual. Puestos a cocer todos estos nutrientes en el mismo cazo, el resultado no es otro que el que termina padeciendo el ninguneado contribuyente que, si además tiene la mala fortuna de ser aficionado a los Toros y residir en Madrid, penará las majaderías que es capaz de eructar el critiquillo de la autonómica en cada ocasión que abre la boca.


A su desclasada forma de narrar lo que acontece en el ruedo, se suma el impenitente deseo de explicar todo lo que en él tiene lugar, como si respondiera a un guión pautado. Cree que todo tiene explicación y lo que es peor, trata él mismo de dársela. El resultado no puede ser otro que el de un pastiche aparente y cochambroso que transforma en caricatura la seriedad de lo ocurrido.


Me sorprende que a pesar de que son bastantes las personas que se han dirigido a él para reprenderle por la sandez, no sólo de explicar lo inexplicable, sino de hacer pedagogía de cada lance, las haya tomado por el pito del sereno y siga haciendo de su capa un sayo. Pretende defenderse a través de la peregrina argumentación de que su forma de hacer aspira a arrojar luz sobre aquellos que comienzan a deambular por el entorno taurino y no disponen de conocimientos.


¿Acaso ha visto él que los comentaristas de un partido de tenis expliquen en qué consiste un ace, un golpe liftado, o el gran willy?.


¿Habrá asistido a la emisión de alguna ópera en televisión en el que la voz que sirve de epílogo a la pieza explique en qué consiste una obertura, un preludio, o un intermezzo?.


La emisión de un espectáculo debe circunscribirse a eso, porque la imagen ya crea el suficiente caldo de cultivo para que el receptor se forme su propia opinión, o composición de lugar. Y bien puede estar, en ocasiones, el apostillar algo en concreto pero, eso sí, delegando el peso de la narración en los datos objetivos.


Lo contrario es insultar al aficionado, subestimar al espectador curioso y pretender darse un absurdo y engolado baño de grosera vanidad.


Ese es Moncholi. El gomoso doctor en Ciencias de la Información que sólo viene a hacer mejor aquel verso de Rubén Darío que decía “de las Academias, líbranos señor“.
Francisco Callejo


******************

Fotografías del Blog de Salmonetes ya no nos quedan:

""..el ninguneado contribuyente que, si además tiene la mala fortuna de ser aficionado a los Toros y residir en Madrid, penará las majaderías que es capaz de eructar el critiquillo de la autonómica en cada ocasión que abre la boca..."

MALABAR, EN SEVILLA: MI ATALAYA DEL TOREO / Por Joaquín Albaicín



MALABAR, EN SEVILLA:
MI ATALAYA DEL TOREO


Por Joaquín Albaicín - Escritor y aficionado

Raro es que llegue el viernes o sábado y no esté ya telefoneando Manuel Loreto para regalarme dos entradas para el festejo dominical de la Maestranza.
Este fin de semana, como Manuel holga en su nido de águilas de Rota, es Curro Volapié quien me echa el capote. ¡Pedazo de quite, sí señor! Siempre me he sentido como en casa en el coliseo del Arenal. Un coso taurino –ya lo percibió Cañabate- está concebido para acomodar en amigable concordia una representación por cuotas de la nación entera y configurar, pues, una suerte de astro habitado cuyas fronteras impalpables aíslen al aficionado de la realidad circundante, es decir, del valle de lágrimas.
El toreo es, por tanto, manjar para paladares exquisitos e inteligencias bien engrasadas, mas también asunto de multitudes. Es difícil que, entre estrecheces y apreturas, devorados por el aura colectiva del gentío, los rostros no se difuminen en el anonimato del abono. No obstante, pese a su condición de planeta y, pues, de receptáculo de muchedumbres, la de Sevilla es plaza recoleta, íntima, acogedora, en la que a los mitos les resulta más fácil hacerse visibles que en otros enclaves del sistema solar en que nos ubicamos los aficionados.
A diez metros de ti reposa los antebrazos, sobre la barandilla, Curro Romero. A siete u ocho -no más- toma asiento Paco Ojeda. En el tendido de al lado charla Espartaco con su vecino de localidad, Ahora, llega y planta la almohadilla sobre la piedra José Antonio Campuzano. Desde su sillón de tendido, agita el pañuelo blanco don Eduardo Miura. Y a dos burladeros de distancia puede uno, como es hoy el caso, reconocer -hilos de plata ciñendo sus sienes- nada más y nada menos que a Juan Silveti, que no ha querido perderse el debut de su nieto, hijo del Rey David, sobre el hispalense albero.
Pero el tendido desde el que con más frecuencia veo toros en Sevilla es el de Malabar, elegante bar de copas de la calle Betis, a media voz de la casa donde naciera Manuel Jiménez Chicuelo y cuya barra preside un hombre delgado, pero de enorme peso específico: mi tocayo Joaquín, una leyenda en la preparación del gin tonic y observador nato que, aunque parezca tener la vista clavada en el extremo opuesto del local, no quita ojo a uno solo de los muletazos de la pantalla. Miren por dónde, uno, antaño impenitente devorador de kilómetros, se ha convertido gracias a Malabar y a las retransmisiones de Molés en un aficionado de pies quietos, como de pies quietos es el toreo de los lidiadores de mi gusto.
Acodado en la barra, y entre café y café intercalados con un chupito de Johnny Walker, de charla con Pansequito, Ricardo Cadenas, Paco Dorado, Ignacio Bolívar, Pablo Palomo, Pedro Díaz o Pepe Sánchez, transcurre mayormente mi vida de devoto de Tauro. Ya no cojo ni el AVE… En Malabar hemos visto todo San Isidro: la competencia veroniqueadora entre Morante y Luque, la gallarda y encendida respuesta en los medios de Cayetano, la espeluznante cornada de Julio, las embestidas de los de Dolores Aguirre y Cuadri, el trasteo a cámara lenta de El Juli al toro de La Quinta, el entonadísimo juego de la pañosa de Rafaelillo, la rotundidad escarlata de Curro Díaz, la vuelta de Juan Mora, el resurgir de El Cid… Allí, a Malabar, acudiremos a tomar el pulso a los Sanfermines y, en mi caso, muy en especial a las muñecas y el temple de Oliva Soto, que, entre los matadores de la nueva hornada, es indudablemente mi torero, y también a ver las novilladas madrileñas del Plus.
Anunciado está en una de ellas Luis Martín Núñez, único novillero que ha cortado esta temporada una oreja aquí y al que, claro, sí vimos sentados en la almohadilla. Tras convertir en abril la plaza de toros de Sevilla en un manicomio, Oliva Soto salió a hombros en Antequera, en la corrida organizada por el también malabarista Paco Dorado, que este año va a llevar la Carmen de Távora por un montón de plazas. Últimamente, sin proponérmelo, voy pisando los talones a Paco. Él ha montado Carmen en la Maestranza y yo un recital de mi mujer en el antiguo Álvarez Quintero, así que, cuando entro en un hotel o un restaurante y diviso lo que sería un emplazamiento óptimo para plantar mi cartel, antes de sacar el celofán me percato de que ya se me ha adelantado Paco. La corrida de Antequera fue, por cierto, de Piedras Rojas, hierro galo del que no tenía referencias y que, según testigos presenciales de confianza, embistió.
Otro malabarista, otro aficionado fijo en las jornadas taurinas de Malabar es, ya decía, Pansequito, a cuyas manos acaba de ir a parar el prestigioso galardón a la solera en el cante concedido por Cruzcampo. Una tarde entró y, al ver a un cliente ojeando el periódico, se interesó: -¿Cómo han quedado en las elecciones británicas? Lo preguntó con un empaque nada premeditado y diría uno que hasta con genuina solera de Westminster. Eso es entrar en un bar, y lo demás son tonterías. Panseco nunca deja de sorprender, no importa los años que se lleve escuchándole, por los acentos de su cante: siempre remata la letra donde menos se lo espera uno. Pero también con salidas como la antedicha.
Servidor, que todos los días lee al menos un periódico, ni siquiera tenía noción de que en Inglaterra hubiera entonces elecciones. Bueno… De hecho, no me entero ni de cuándo se celebran las de aquí. Malabar, calle Betis… Antes, cafetito en Volapié. Después, pelotazo donde Pepe Donaire, otra barra con tirón. Pues eso: que aquí, en Malabar, está mi barrera. Por supuesto que no descarto subir a un coche para poner dentro de unos días rumbo a El Puerto a ver a Oliva Soto, o a Julio allá donde le dé por reaparecer, o a un Manzanares a quien hay que procurar no perderse, o a Manuel Amador o Antón Cortés, toreros de estío cuya época adviene siempre por estas fechas. Pero vamos, que esos son casos concretos. Concretísimos.

VENEZOLANO ALEJANDRO CHACÓN A HOMBROS EN SORIA / Por Rubén D. Villafraz

Triunfal salida en hombros del joven Alejandro Chacón, el novillero venezolano más internacional de los momentos, con paso firme de cara a su inminente doctorado.

Triunfal actuación con salida a hombros el pasado viernes
ALEJANDRO CHACÓN CORTA TRES OREJAS EN SORIA


Rubén Darío Villafraz

MERIDA (Ven.).- En la reanudación de su dilatada campaña novilleril, nuevamente el espigado coleta de Maracay, Alejandro Chacón se hace sentir, esta vez en la localidad de Soria, donde este pasado viernes en festejo sin picadores matinal, cortó tres orejas, saliendo en hombros de los costaleros.

Con buena entrada en los tendidos, se han lidiado reses del hierro de Montecillo, el cual dieron buen juego en su conjunto, lo que permitió entretener a los presentes con momentos de gran interés.

El balance artístico del festejo fue el siguiente: Alejandro Chacón:
Dos orejas y una oreja. Juan Bellido “Chocolate”: Silencio y dos orejas. Miguel de Miguel: Silencio tras aviso y una oreja.

Este sábado pasado vio acción de nuevo en la localidad madrileña de Las Rosas de Puerto Real, en la sierra de Madrid.

LA GRITA DA A CONCER SUS FESTIVOS CARTELES

Uno de los rincones de la geografía andina de singular y mayor simpatía al lio del toro, lo viene hacer la localidad tachirense de La Grita. Sus festividades feriales en honor al Santo Cristo son una referencia ya obligada en el calendario taurino venezolano, que sirve de prolegómeno a lo que serán las citas restantes de la temporada nacional.

En este sentido la junta de feria que conforman los grítense Sr Ángel Pernia, Dr. Eduardo Pérez, Sr. Teodoro Soto, Sr. Néstor Melani y Sr. José Melani han estructurado cuatro festejos taurinos programados a lo largo del mes de agosto del presente año.

El sábado 7 se abre la programación con la conocidísima cuadrilla bufa Fulichan y los Enanitos Toreros.
El domingo 8, se llevará a cabo la primera corrida de toros, con la actuación de los espadas Paquito Perlaza de Colombia; “El Torero de Seboruco” Cesar Vanegas, junto a los jinetes José Luis Rodríguez y Willy Rodríguez. El ganado aun por definir.

El sábado 14 tendrá lugar el esperado Festival Taurino con vaquillas de casta para las numerosas Peñas Taurinas del municipio.
Al día siguiente, el último festejo del serial lo compone un festejo mixto, con la actuación de los matadores Javier Cardozo y Cesar Vanegas, además de un novillo para novel espada Manolito Vanegas, con ganado aun igualmente por designar.

Precisamente del ganado a lidiar se barajan hierros locales como son el caso de Rancho Grande, Campo Pequeño (para rejones), San José de Bolívar y Los Marañones.


rubenvillafraz@yahoo.com

RUBÉN DARÍO A GOYA



Rubén Darío
a
A Goya

Poderoso visionario,
raro ingenio temerario,
por ti enciendo mi incensario.

Por ti, cuya gran paleta,
caprichosa, brusca, inquieta,
debe amar todo poeta;

por tus lóbregas visiones,
tus blancas irradiaciones,
tus negros y bermellones;

por tus colores dantescos,
por tus majos pintorescos,
y las glorias de tus frescos.

Porque entra en tu gran tesoro
el diestro que mata al toro,
la niña de rizos de oro,

y con el bravo torero,
el infante, el caballero,
la mantilla y el pandero.

Tu loca mano dibuja
la silueta de la bruja
que en la sombra se arrebuja,

y aprende una abracadabra
del diablo patas de cabra
que hace una mueca macabra.

Musa soberbia y confusa,
ángel, espectro, medusa.
Tal aparece tu musa.

Tu pincel asombra, hechiza,
ya en sus claros electriza,
ya en sus sombras sinfoniza;

con las manolas amables,
los reyes, los miserables,
o los cristos lamentables.

En tu claroscuro brilla
la luz muerta y amarilla
de la horrenda pesadilla,

o hace encender tu pincel
los rojos labios de miel
o la sangre del clavel.

Tienen ojos asesinos
en sus semblantes divinos
tus ángeles femeninos.

Tu caprichosa alegría
mezclaba la luz del día
con la noche oscura y fría:

Así es de ver y admirar
tu misteriosa y sin par
pintura crepuscular.

De lo que da testimonio:
por tus frescos, San Antonio;
por tus brujas, el demonio.
Corrida de toros [Toros en un pueblo]

El Dos de Mayo de 1808 en Madrid

La Carga de los mamelucos en la Puerta del Sol de Madrid


Autorretrato

Don Francisco el de los toros

QUITO Y SU AMBIENTE TAURINO / Por Santiago Aguilar

Quito y su ambiente taurino

El gusto por el espectáculo de los toros
marcó la vida y la historia de la ciudad
Por Santiago Aguilar
Especial para el diario Hoy
Publicado el 27/Junio/2010
Quito se caracteriza por el extraordinario ambiente que genera el espectáculo taurino, clima de cordialidad sostenido en la inmensa afición a la fiesta de los toros y en la hospitalidad de los quiteños.
La ciudad durante los días de toros vive una suerte de convulsión, al punto que la rutina de la urbe y su gente se ven condicionadas por la agenda taurina.Este fenómeno no es nuevo, se remite a los primeros espectáculos taurinos coloniales y continua en las "nuevas" plazas de toros, mención muy especial merece la etapa marcada por el funcionamiento de los cosos Belmonte y Arenas con la presencia de toreros españoles que se domiciliaban en la ciudad por largas temporadas y repetían sus actuaciones en una y otra plaza, inclusive en ruedos provinciales.
Uno de aquellos coletas fue el español Mario Carrión, quien actuó en varias corridas junto a su compatriota Victoriano Posada.
Carrión tuvo el acierto de publicar su experiencia ecuatoriana y registrar las circunstancias sociales que rodeaban a los espectáculos taurinos. Citemos a Carrión y volvamos la vista al pasado.
"Mi primera aventura taurina en América se extiende desde el 12 de diciembre del 1956, cuando dejé España rumbo al Ecuador, hasta que en mayo del 1957 pisé de nuevo el suelo español. Esta aventura americana me permitió conocer un acogedor nuevo mundo en donde me realicé como torero, y en donde las circunstancias me permitieron madurar como persona. Después de acomodarme en el hotel, descansé un rato. Este descanso sería quizás el único que tuviera durante dos días y medio antes vestirme de torero, pues "el Pando" y su equipo habían preparado una continua serie actividades para que Victoriano y yo promocionáramos la miniferia, entre ellas una comida con la prensa, visitas a los locales de losperiódicos, entrevistas en los programas de radio, y un almuerzo con aficionados y políticos importantes. Sobre todo, nos impresionó ser recibido en una audiencia en la Casa Presidencial por el presidente del Ecuador, don Camilo Ponce, quien nos dio la bienvenida y nos deseo suerte en el ruedo. Me encontraba a gusto en Quito pues, además de disfrutar de la popularidad ganada en el ruedo, para entonces ya había hecho buenas amistades que transcendían el asunto taurino, con quienes convivía.
El elegante salón del hotel Majestic, en donde Posada y yo residíamos, era uno de los locales más selectos para ir a tomar el té. Así que la mayoría de las tardes nos instalamos en una mesa del salón rodeados de amigos y taurinos. Poco a poco el grupo creció y se convirtió en una informal tertulia taurina a la que se consideraba un privilegio formar parte de ella".
Al margen del relato de Carrión, cabe señalar que los toreros llegaron para actuar en dos corridas los días 16 y 30 de diciembre de 1956.
Su desempeño determinó que su estadía se extienda hasta abril de 1957 con nuevas actuaciones en Quito, Riobamba y Salinas.

Tirando "cornás" no se llega a ningún sitio / Por José Ramón Márquez

Perera y "Lanudo" de Cuvillo

Tirando "cornás" no se llega a ningún sitio


José Ramón Márquez

Nos informan en los portales taurinos que El Cuvillo indulta a un toro con una sola entrada al caballo.
Dios mío, ¿cómo sería de tonto ese toro? ¿De baba? ¿Del haba? ¿Del carajo? ¿De capirote? ¿De las narices? ¿De nacimiento? ¿De remate? ¿Del bolo? ¿Del culo? ¿Cómo poder conceptuar la bravura de ese Cuvillo merecedor de indulto en Algeciras (Al-Jazeerah, la isla o la península) en esta tarde de verano; de ese Lanudo del Cuvillo que mereció el indulto con una sola vara y una larga faena en la que puso sobre el ruedo las virtudes de su casa, toro tonto de baba, del haba, del carajo, de capirote, de las narices, de nacimiento de remate, del bolo, del culo, que cuando sane de sus heridas, si es que acaso se toman la molestia de curarle, lo llevarán a El Grullo, reserva de toros bobos e indultados, junto a Padre Idílico, el Señor de las Adelfas, para que explique a sus congéneres que hay que echar una mano en esto, que hay que colaborar, que de esa forma se retorna a la dehesa, que tirando cornás no se llega a ningún sitio, que hay que tener buena disposición y talante y ser dialogante.

¿Tendrá el valor el ganadero de poner a padrear a Lanudo o le hará la vasectomía?


Fuente: Blog Salmonetes ya...


Argumentos en defensa del toreo / Por Jesús Zamora

El famoso toro "Joyerito" de la ganadería Partido de Resina
Del administrador:
Jesús Zamora Bonilla, solo es un aficionado español, eso sí también el hombre se entretiene ejerciendo como Catedrático de Filosofía. Vicerrector de Planificación y Asuntos Económicos de la UNED. Director del postgrado en Periodismo científico y comunicación científica, y se le ha ocurrido escribir una tesis en defensa del toreo.
Hubiera tenido más suerte de no ser español, y pertenecer a alguna universidad extranjera de nombre rimbombante. Así hubiera sido ya invitado a pronunciar pregones taurinos en ferias de postín, a dictar ponencias en prestigiosos foros académicos, a gozar del auspicio de Comunidades y Ayuntamientos no renegados de la Fiesta, y a recibir galardones y premios por fatuas asociaciones y entidades taurinas. No caerá esa breva, no, además Jesús Zamora no se será invitado a los callejones de las plazas, en definitiva no irá de gorra a los toros, el profesor Zamora solo es un intelectual español.
Jesús Zamora, argumentos para el toreo


Los animales no son conscientes de que pueden morir, ni parece que sean capaces de comprender siquiera la noción de estar muerto. Ellos sufren por el dolor o el estrés, pero, al contrario que los humanos, no añaden al sufrimiento de estar experimentando un dolor, la agonía que sentimos los humanos al pensar que ese dolor puede conducirnos a la muerte. Una muerte súbita e indolora no representa, por lo tanto, ningún "mal" desde el punto de vista del animal que muere.
El Catedrático de Filosofía Jesús Zamora, Director del postgrado en Periodismo científico y comunicación científica de la UNED, expone con manifiesta claridad sus Argumentos en defensa del toreo.



CON DIVISA VERDE Y ORO:
ARGUMENTOS EN DEFENSA DEL TOREO

1. MATAR UN ANIMAL NO ES UN MAL PARA ÉL

Los animales (tal vez con la excepción de los elefantes) no son conscientes de que pueden morir, ni parece que sean capaces de comprender siquiera la noción de estar muerto. Ellos sufren por el dolor o el estrés, pero, al contrario que los humanos, no añaden al sufrimiento de estar experimentando un dolor, la agonía que sentimos los humanos al pensar que ese dolor puede conducirnos a la muerte. Una muerte súbita e indolora no representa, por lo tanto, ningún "mal" desde el punto de vista del animal que muere. Y el hecho de morir al final de un proceso doloroso no representa absolutamente ningún mal "añadido" al del dolor experimentado en el proceso.

¿Qué consecuencias sacar de esta tesis?
Con respecto a la fiesta de los toros, una muy importante. Imaginemos que las corridas no terminaran con la muerte del toro, sino que, tras las banderillas, el picado y los pases, cada toro fuese devuelto a su dehesa, a retozar tranquilamente como había hecho durante los cinco o seis años anteriores.
La experiencia con numerosos toros indultados (antes sobrevivían menos, por la infección de las heridas, pero ahora se les trata con antibióticos enseguida), que se valoran como los mejores sementales, muestra que les quedan pocas o ninguna secuela (de hecho, seguramente para el toro produce mucha más ansiedad psicológica la experiencia de ser transportado en camión que la pelea en la plaza: para lo segundo, su sistema cognitivo está preparado con la respuesta oportuna (el ataque), mientras que para lo primero, no).
Si esto fuese lo habitual, no nos parecería que el toro que ha sido toreado es un animal que, en general, ha recibido un trato cruel, en comparación con la vida y la muerte de otros animales (p.ej., el pescado, que muere por asfixia; las serpientes que se comen en china y que se pelan vivas; los tiburones a los que se cortan las aletas y se devuelven al mar; los piojos a los que intoxicamos con venenos; etc.).
Es decir, gran parte del rechazo visceral (ciertamente, no todo) que experimentan los críticos de la fiesta ante el trato que reciben los toros se debe al hecho de que el toro MUERE. Pero esto, como digo, no es un mal PARA EL TORO, al contrario que las otras causas de sufrimiento que se el infligen, pero que, si no acabaran en la muerte, seguramente no se considerarían TAN graves.

Por supuesto, el argumento sirve, aún más que para la defensa del toreo, para la defensa del sacrificio de animales con fines económicos (alimentación, vestido, etc.): el hecho de que los animales MUERAN para aprovechar su carne y su piel no es un mal para los animales. Lo que sí es un mal es el sufrimiento que se les causa ANTES de su muerte; así pues, en la medida en que se evite dicho sufrimiento, el consumo de animales no es moralmente condenable.

2. LA IMPLAUSIBILIDAD DE UN PACTO SOCIAL MAXIMALISTA SOBRE LOS DERECHOS ANIMALES

Ya dijo Tertuliano que el "alma es cristiana por naturaleza", lo que se ha confirmado con el descubrimiento de las neuronas espejo. No es que nuestro cerebro venga equipado de serie para descubrir la verdad de los dogmas del credo niceno (supongo que, para eso, tendría que ser un mac), sino que el mandato cristiano por antonomasia (y todo lo demás son virus) es el de "amaos los unos a los otros", y, en sabiendo el Creador que tal cosa habría de ser difícil por narices, nos introdujo un applet que nos haría sufrir por el sufrimiento ajeno y regocijarnos por la alegría ajena. Naturalmente, entre tanto cableado no todo iba a marchar como una seda (mecachis, si es que vamos a ser windows al final), y el funcionamiento de las neuronas espejo dista mucho de ser tal como habría querido mi tocayo más famoso, tanto, que no le quedaron más uebos que bajar a recordárnoslo.
El caso es que todos (salvo excepciones) podemos experimentar por nosotros mismos cómo sentimos que se nos contrae el escroto o la parte inguinal cuando vemos a alguien recibir un golpe en el mismo sitio, o cómo nos compadecemos por la heroína de una novela que está siendo maltratada por sus antagonistas, pero también cómo nos regodeamos cuando alguien que nos cae como una patada en el hígado fracasa en alguno de sus planes.

El fenómeno de la compasión es tan fuerte desde el punto de vista emocional, de todas formas, que, quizá con la excepción de los fremanianos, todos tendemos a sufrir con el sufrimiento de los demás, y tanto más cuanto más inmerecido nos parezca. A lo largo de la historia, las sociedades han hecho auténticas virguerías de ingeniería pedagógica para evitar que sintiéramos demasiada compasión por los sujetos "incorrectos" (enemigos, esclavos, subordinados, animales destinados al consumo o al sacrificio, e incluso nuestros propios familiares cuando eran llamados a "morir por la patria"), de modo que la compasión no se hiciese en dichos casos con el control de nuestra conducta. Pero una de las pocas cosas relativamente seguras que podemos afirmar sobre el progreso de la historia es que se ha ido extendiendo el alcance jurídico de la compasión, de tal modo que cada vez más formas de causar sufrimiento a los demás han sido condenadas legalmente, y cada vez más formas de evitar el sufrimiento de los demás o de fomentar su satisfacción han sido promovidas por la organización de la sociedad.
Como todo el mundo que haya tenido algún cachorrito sabrá, el funcionamiento de nuestras neuronas espejo no está limitado por la consideración de los miembros de nuestra especie (ni siquiera por la de los seres vivos: también sentimos compasión y alegría por seres imaginarios, y hasta por artefactos), sino que nos apena, a veces muy profundamente, el sufrimiento de los animales. Dado que todo aquello que nos haga de alguna manera sufrir es susceptible de ser prohibido o limitado legalmente (p.ej., el abandono de basuras en la Antártida), es obvio que las sociedades pueden razonablemente legislar sobre la evitación del sufrimiento de los animales, como así lo han hecho la mayoría de los países. Pero hay una razón (bueno, son varias, pero hoy me centraré sólo en una) por la que me temo que esa legislación nunca llegará al extremo de considerar cualquier "maltrato" a un animal como igual de condenable que un maltrato análogo ejercido sobre un ser humano.

Se trata del hecho de que los derechos de los seres humanos a no sufrir maltrato han sido promovidos a lo largo de la historia mediante el mecanismo de la reciprocidad, pues no hemos de olvidar el elemento esencialmente contractual de todas las legislaciones. Al fin y al cabo, la sensación de "obviedad" y de "verdad profunda" que el contenido de un derecho puede producir en algunas personas cuando piensan en él no es un fundamento suficiente para que el tal derecho sea convertido en ley: para esto último, tienen que estar de acuerdo también quienes no lo consideran como tan evidente, o en quienes el convencimiento no llega a ser tan intenso como para disuadirles de lo adecuado de algunas posibles excepciones.

Así que los derechos humanos son, en definitiva, el resultado de un "pacto de no agresión y ayuda mutua": yo te respeto y te ayudo, a cambio de que tú me respetes y ayudes.
El problema con respecto a los derechos de los animales no es la trivialidad de que éstos no pueden hacer, ni siquiera pensar, un pacto semejante con las personas, sino el hecho de que muchos seres humanos no tendrán interés en sellar "un pacto de no agresión a los animales" con los seres humanos defensores de los animales.
Es decir, aunque es cierto que el poder de nuestras neuronas espejo en hacer que nos compadezcamos del sufrimiento ajeno nos conduce a la solidaridad con otros seres, esta solidaridad está limitada por dos cosas: por la intensidad de nuestro compadecimiento (que, p.ej., es habitualmente mayor hacia los niños humanos que hacia las ratas, y hacia los miembros de nuestra familia que hacia otras personas), y por la fuerza de nuestros demás deseos.
Así, yo puedo razonablemente esperar que mis congéneres firmen conmigo un pacto por el que me comprometo a no perjudicarles, a cambio de un compromiso igual por su parte, porque deseo intensamente no ser agredido por ellos, y el pacto es una forma de conseguirlo. Pero, en cambio, no tengo necesariamente un incentivo igual de fuerte para firmar un pacto de no agresión a los mosquitos con un jainista, pues no siento compasión por los insectos en la misma medida que él, y tengo interés en evitar las molestias que los mosquitos me producen.

3. NO ES POR SU CAPACIDAD DE SUFRIR POR LO QUE LOS SERES NOS MERECEN RESPETO.

El carroñeo nos parece una forma de alimentación moralmente aceptable (aunque poco higiénica, lo reconozco), salvo cuando los cuerpos que carroñeamos son humanos (eso sólo lo nos parecería admisible en casos de extremísima necesidad). Es decir, el cadáver humano nos parece más digno de respeto que el cadáver de un animal.
Pero, obviamente, ninguno de los dos cadáveres sufre absolutamente nada por el hecho de que nos alimentemos de él.

¿Qué tiene esto que ver con el toreo (veo que os estáis preguntando ya, ansiosillos), donde el problema moral fundamental se plantea precisamente porque el toro está vivo y sufre?

Pues tiene que ver porque el ejemplo de los límites morales del carroñeo nos señala hacia el hecho de que AQUELLO que nos hace experimentar respeto hacia los humanos NO ES si sufren o no, ni siquiera si tienen la capacidad de sufrir, sino alguna otra cosa (¿el qué?, no lo sé; imagino que algún efecto de nuestro cableado neuronal, que tiene que ver con el reconocimiento de nuestros semejantes), que nos hace distinguir entre "humanos-(y-por-lo-tanto-dignos-de-respeto-moral)" y "no-humanos-(y-por-lo-tanto-menos-dignos-de-respeto)".
Es DESPUÉS de haber establecido esta distinción, que las consideraciones sobre QUÉ acciones o hechos suponen una "falta de respeto" entran en juego.

Por supuesto, esa intrincada maraña de cables y chips neuronales que nos hace experimentar emociones morales, puede ser modulada por el entorno, y, de hecho, podemos llegar a sentir una gran repugnancia por alimentarnos de animales con los que hemos estado jugando y a los que hemos cogido cariño (todo este tema me recuerda y reconfirma en la hipótesis de que el instinto moral procede evolutivamente del instinto de la náusea), como también hay casos de culturas que han instituido el canibalismo (aunque normalmente en ausencia de otras fuentes asequibles de proteínas, y rodeando el consumo de carne humana de unas prácticas protocolarias muy especiales), pero todo ello no obsta para que, en general, clasifiquemos a los animales como "posible comida" y a los humanos no, y por tanto, a los segundos como más merecedores de respeto que los primeros.

4. SI EL TOREO NO EXISTIERA, HABRÍA QUE INVENTARLO (RAWLS DIXIT).

Seguimos con la serie de argumentos en defensa del toreo. Hoy me voy a poner un poco rawlsiano.
Como sabréis, el filósofo John Rawls es conocido por su criterio de justicia conocido como "la hipótesis de la posición original", o más popularmente, "el velo de la ignorancia": un sistema social, una ley, etc., son "justos", si se da el caso de que los aceptaríamos bajo el supuesto de que ignorásemos totalmente en qué puesto de la sociedad, o de la distribución de renta y riqueza, fuésemos a quedar una vez que se implementara dicho sistema, ley, etc. (No es que yo esté muy de acuerdo con este criterio como definición del concepto de justicia, pero creo que capta relativamente bien el modo en que nuestra mente funciona a la hora de clasificar las situaciones como justas o injustas).

En el caso del toreo, la pregunta rawlsiana sería más o menos la siguiente: si te fueras a reencarnar en tu próxima vida en algún animal no humano, ¿en cuál te gustaría reencarnarte?; o, un poco más sutil, ordenando a los distintos tipos de animales desde aquel en el que más te gustaría reencarnarte, a aquel en el que menos, ¿dónde colocarías a los toros de lidia, más bien hacia arriba, hacia abajo, o por el medio?

Y todavía más sutil: imagínate que haces dos clasificaciones de animales como la de la última pregunta: una suponiendo que existe el toreo, y otra suponiendo que no existe. Ante estas dos ordenaciones, el malévolo croupier que organiza el cotarro de la "posición original" te hace la propuesta siguiente: si eliges la clasificación en la que existe el toreo, te tocará ser un toro de lidia (no es seguro que te toreen; tienes tantas posibilidades de ser toreado como las que tienen de hecho los toros individuales, pues no todos ellos acaban en una plaza); si eliges la clasificación en la que no existe el toreo, tienes la misma probabilidad de acabar siendo cualquiera de los animales de la clasificación.
Ante estas dos opciones, ¿elegirías la lista de animales con toreo (y acabarías siendo un toro)?, ¿o elegirías la otra lista (y podrías acabar siendo un animal de cualquiera de los otros millones de especies)?

Lo relevante para hacer esta elección es pensar cómo es de apetecible la vida de cada tipo de animal. Naturalmente, lo importante no es cómo nos parece a nosotros de apetecible esa vida si siguiéramos teniendo nuestras propias preferencias, sino cómo es de apetecible desde el punto de vista del animal.
Conviene recordar que la principal causa de muerte de los herbívoros es el ser cazados y devorados (lo que, normalmente, no es mejor que ser toreado, con la diferencia de que se pasan la vida huyendo de los cazadores y peleando con ellos... hasta que la última vez).
La principal causa de muerte de los carnívoros, es, por el contrario, el HAMBRE (una vida buscando jodidamente cosas para comer, a menudo sin éxito, y al final morir por una dolorosa infección provocada por una pelea o un accidente o una enfermedad, o de pura inanición, no me parece nada envidiable).
En cambio, el toro de lidia vive sin preocupaciones, con toda la comida que pueda querer, sin enemigos, y todo a cambio de unos breves minutos de pelea (peleas sangrientas, por cierto, que no dejarían de darse si los toros vivieran una vida salvaje, tanto contra los depredadores como contra otros machos).

En mi caso, yo no sé si elegiría la vida del toro para mi próxima reencarnación, pero sí que estoy seguro de que la colocaría entre las primeras (de entre los varios millones de posibles variantes). Y en la elección propuesta por el croupier malévolo, casi estoy seguro de que elegiría la lista con toros de lidia que la otra. Esto último es lo más importante: la vida (típica) de un toro de lidia me parece más aceptable que la vida (típica) de un animal; eso significa que, si creásemos la institución del toreo en un mundo en el que esta institución no existiera, estaríamos aumentando el bienestar de los animales.

Y aquí no vale el contraargumento de que "estaríamos aumentando el bienestar de unos animales a costa del sufrimiento de otros", porque es la introducción de cierto tipo de animales -o un cambio en su modo de vida y de muerte- la que aumenta el bienestar medio de todos ellos, es decir, lo que estamos haciendo es aumentar el bienestar medio de los animales, aumentando el bienestar de una de sus especies o razas; en realidad, lo que hacemos es aumentar el bienestar medio de la mayoría de los miembros de esa especie -el toro de lidia-, proporcionándoles una larga vida muy cómoda, a cambio de un rato de sufrimiento a algunos de los miembros de la especie, sufrimiento que (¡incluso considerando sólo el rato de la lida!) NO ES MAYOR que el que esos animales tendrían ocasionalmente en una "vida salvaje".

Por lo tanto, puesto que la institución del toreo incrementa el bienestar de los animales (con respecto a la situación en la que no existiría el toreo), se sigue que es justa la existencia del toreo.

(*) Jesús Zamora Bonilla. Catedrático de Filosofía. Vicerrector de Planificación y Asuntos Económicos de la UNED. Director del postgrado en Periodismo científico y comunicación científica. Junio/2010.