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jueves, 1 de septiembre de 2011

BOE: Los toros en Cultura / Por Andrés Amorós



BOE: Los toros en Cultura

Lo más importante es lo simbólico, la razón que se aduce oficialmente para todo esto: proclamar que la tauromaquia es «una disciplina artística y un producto cultural».


En todo caso, no es una mala noticia para los aficionados a la Fiesta.
Esta vez, las venerables páginas del BOE nos han dado una alegría

Andrés Amorós

ABC.-Madrid, 01/09/2011
EL Boletín Oficial del Estado del 31 de agosto ha publicado el Real Decreto nº 1151/2011, del Ministerio de Política Territorial y Administraciones Públicas, que da forma jurídica al traspaso a Cultura de las competencias taurinas que hasta ahora tenía el Ministerio del Interior. No hay novedad alguna con lo que ABC ha publicado varias veces pero conviene reiterarlo:

1/ No se opone esto a las competencias asumidas por las Comunidades Autónomas porque se trata de una función de fomento y protección.

2/ Se concreta en las competencias que tenía Interior: registros administrativos y presencia en la Comisión Consultiva Nacional de Asuntos Taurinos (Presidencia, reservada a la ministra, y Secretariado).

3/ Lo más importante es lo simbólico, la razón que se aduce oficialmente para todo esto: proclamar que la tauromaquia es «una disciplina artística y un producto cultural». Y que es oportuno defenderla «en atención a la tradición y vigencia cultural de la fiesta». A estas frases nos agarraremos todos reiteradamente, a partir de ahora.

4/ ¿Quiere esto decir que la Fiesta es ya intocable respecto a las decisiones de los Parlamentos Autonómicos? Me temo que no. Otros, más optimistas, creen que sí: que esto, de haberse aprobado antes, hubiera impedido la prohibición catalana. Desde luego, no se afirma así literalmente en el Decreto. Si llegara a producirse otro intento de prohibición, el conflicto jurídico sería muy complejo. Hablarían los abogados. Y el tiempo. Y la voluntad política de los que, en ese momento, ejerzan el poder central.
En todo caso, no es una mala noticia para los aficionados a la Fiesta. Esta vez, las venerables páginas del BOE nos han dado una alegría.

domingo, 10 de julio de 2011

Miuras con poco motor / Por Andrés Amorós

 
-Fotografía de Emilio Méndez-

Miuras con poco motor 

La tradición pamplonesa lo impone: el domingo de Feria, toros de Miura; el día de mayor aglomeración, los toros más temidos


Andrés Amorós
 
ABC.-11/07/2011- PAMPLONA
La tradición pamplonesa lo impone: el domingo de Feria, toros de Miura; el día de mayor aglomeración, los toros más temidos. En el encierro, la masificación es muy peligrosa: se habla de más de tres mil corredores; bastantes, son arrollados por tropezar con sus compañeros. Todos los años se habla del «numerus clausus» y se deja para otra ocasión...

Los herederos de Miura traen no sólo la cabeza de la camada —como todos los ganaderos— sino algún toro descomunal, del que se habla en los mentideros taurinos. Luego, las reses salen como salen. Vemos hoy toros de gran presencia: largos, altos, abiertos de cuerna. Todos salen alegres, hacen buena pelea en varas, embisten con cierta nobleza, no están sobrados de fuerzas; en la muleta, se quedan muy cortos, se paran, impiden el lucimiento. Sólo Padilla, favorito de las peñas, logra aplausos.

Esta Feria se basa en repeticiones, en ritos, en ceremonias vividas con fervor: por eso son tan hondas sus raíces. Vuelvo yo todos los años a una que muchos —pamploneses incluídos— desconocen y por la que siento debilidad: el encierrillo.

¿Cómo llegan los toros del encierro a los corrales de Santo Domingo? La noche anterior, guiados sólo por los pastores, corren hasta allí desde otros corrales más lejanos, los del Gas. La escena parece fantasmagórica: en la oscuridad, en silencio, con pocos espectadores, se escucha, como señal del comienzo, un cuerno de pastor y, en seguida, el sordo resonar de las pezuñas de los toros. Pasan a nuestro lado los majestuosos animales sin desviarse un centímetro... Es una estampa bellísima y una reliquia histórica única. Así se trasladaban los toros, por ejemplo, cuando sorprendieron a Valle-Inclán, con sus amigos, y él, impávido, imitó a don Quijote: «¡Toritos, a mí!» Así lo hemos vivido anoche, en Pamplona.
Las peñas, con Padilla

Volvamos al ruedo. Juan José Padilla se siente aquí como en su casa. Lidia primero a un torazo de casi setecientos kilos, que intenta saltar la barrera. Lo pica bien Antonio Montoliú. Arranca aplausos Padilla con navarras y banderillas discretas. El toro es noble pero reservón, se queda cortísimo, derrota por alto. Sólo cabe mostrar oficio. En todo caso, tiene mérito torear a este toro y no estar aperreado.

En el cuarto hace el esfuerzo: faroles para la galería, mejora en banderillas , brinda al público. El toro es noble, suave, pero no transmite. Padilla provoca las arrancadas, se mete en su terreno pero... consigue poco. Mata con decisión: petición de oreja cariñosa, no atendida.

Apuntado permanentemente a corridas duras, Rafaelillo lleva una temporada un poco «achuchá». No tiene hoy más suerte. Su primero, tan alto como él, sale alegre, remata en tablas, se mueve bien... pero dura muy poco, no tiene recorrido, desarma al torero. Se justifica éste con alardes, en la cercanía. Mata alargando la mano, a cambio de recibir un pitonazo, que le abre la banda de la taleguilla.

El quinto, un precioso sardo, justo de fuerzas, se orienta pronto, vuelve rápido. Rafaelillo lleva a cabo una pelea ardorosa pero pasa un calvario en la suerte suprema, porque el toro se tapa. Y las peñas protestan, claro.

Serafín Marín es torero catalán: algo que, dentro de poco, será también una reliquia. Además, sabe torear. Lo demuestra con el capote en sus dos enemigos, lo poco que le permiten. El tercero se para ya en banderillas: es suave, soso, topa, se defiende al final de los muletazos. La faena es pulcra pero carece de emoción.

El sexto es un bonito castaño, que choca con el burladero. Está justo de fuerzas, echa la cara arriba en banderillas. Se mueve sin fijeza ni clase, no pasa: no hay nada que hacer. Las peñas se desentienden. Mata con habilidad.

En vez de defenderse, ante toros que transmitan la sensación del peligro, los tres diestros han tenido que esforzarse para provocar embestidas mortecinas. No es eso lo que esperamos de los miuras. La tarde se pierde en el limbo de las esperanzas incumplidas: toros preciosos para admirarlos, no para torearlos. El motor —lo sabe cualquiera— importa más que la carrocería. 

jueves, 2 de junio de 2011

Carta a José Ortega Cano / Por Andrés Amorós

David Mora saluda con el capote al tercer toro de Palha
Fotografía: PALOMA AGUILAR
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Carta a José Ortega Cano

"...Acudimos a Las Ventas con tu imagen grabada y pensamos en la grandeza, el heroísmo de esta Fiesta..."


Día 02/06/2011
Querido maestro: te escribo esta carta, aunque sepa que no la puedes leer, porque creo que recojo el sentir de muchos aficionados.

Al acudir a Las Ventas, esta tarde, en el día del quinto aniversario de Rocío, como oportunamente ha recordado Beatriz Cortázar, algunos no podemos borrar de nuestra mente tu imagen: una imagen de lucha, como ha sido toda tu vida. Nada te han regalado, nada te ha sido fácil. No digo que hayas sido perfecto —ningún ser humano lo es— pero todo lo que has podido conseguir ha sido a costa de mucho esfuerzo, de mucho valor, de tirar siempre para delante, por difíciles que fuesen las circunstancias. En esa lucha te has dejado, literalmente, mucha sangre pero también te has forjado como persona y como artista.
Porque eso es, sencillamente, lo que has sido, lo que eres: un artista que, con claros y oscuros, ha luchado siempre por expresarse y por crear algo de belleza, en este mundo tan duro, con tu sensibilidad y tu valor: con tu capote, tu muleta y tu espada. Esperamos todos que esa fuerza, tantas veces demostrada, te sirva también ahora para salir de este trance tan duro.

Acudimos a Las Ventas con tu imagen grabada y pensamos en la grandeza, el heroísmo de esta Fiesta. Por eso te escribo hoy, para darte cuenta de una corrida que tú, ahora, no has podido ver.

Ha sido una corrida dura, de esas que no son tan raras en esta Plaza y que tú has vivido más de una vez. Para empezar, un viento huracanado, que ha dificultado gravemente las faenas y ha puesto a veces en serio peligro a los diestros. ¿Cuántos años hace, José, desde que tú has oído hablar de que había que hacer algo para resolver este problema, que ya iban a hacerlo?... Pero las cosas siguen igual.

Los toros de Palha, esperados por muchos aficionados, han salido duros, difíciles, con muchos problemas. Y desiguales: del grandón quinto al segundo iban 135 kilos... Han aplaudido al primero, encastado, y al gigantón: a éste, opino, injustamente. Han pitado a los otros dos lidiados, porque dos se han ido para dentro. Lo siento pero el balance no es bueno.

Ha matado mal

Tampoco el de los toreros. Luis Bolívar ha estado discreto con el primero, el menos complicado, logrando algunos derechazos buenos en el centro del ruedo. Pero, como no encontraba el eco deseado, ha alargado demasiado la faena y ha matado mal.
Ha lidiado al cuarto cerca de tablas del «6». El toro ha sacado genio, embestía con la cara alta, daba arreones. No cabía lucimiento pero sí hemos echado de menos la palabra mágica, que ha recordado un vecino: ¡LIDIAR!

Salvador Cortés se ha enfrentado a un sobrero de Carmen Segovia manso, con tendencia clara a tablas. Ha saludado en banderillas Juan José Domínguez. Entre el vendaval y la cara alta del toro, todo ha quedado en nada y el personal se ha impacientado.
El quinto ha sido el gigantón, que embestía a arreones, con la cabeza por las nubes. La voluntad y el esfuerzo del diestro han sido inútiles: sencillamente, no ha logrado resolver la difícil papeleta que tenía delante.

El mejor librado, dentro de todo, ha sido David Mora. Al tercero, mirón,parado, le ha sacado muletazos con mérito. A pesar de ser el que menos ha toreado, ha mostrado una loable disposición. En el sexto, un sobrero jabonero, grande, enmorrillado, que ha resultado suavón, ha estado valiente de verdad. Es justo no olvidar a este torero.

Dos detalles más, maestro: ha asistido la Infanta Elena, buena aficionada, y le han brindado los tres primeros toros. Ha brillado en los quites, como siempre, Domingo Navarro, atentísimo a la lidia.
En una tarde áspera, maestro, tú habrías disculpado a los toreros. Pero en el arte —lo sabes de sobra— no todo vale igual: buscamos todos, creadores y público, la perfección que nunca se alcanza. Algunas tardes, tú, como los grandes, te has acercado a ese ideal...

Recibe, maestro, los mejores deseos de mejoría que te envían la afición y este humilde cronista.

lunes, 4 de abril de 2011

Con Victorino el toro llegó a Castellón / Por Andrés Amorós

-Alberto Aguilar cortó una oreja en su firme reaparición-

"...Dos semanas después, se ha repetido la historia de Valencia. Hemos tenido que esperar al final de la Feria de Castellón para que llegue a esta Plaza el toro: el toro serio...."

Por Andrés Amorós / ABC

¿Aprenderán alguna vez las figuras a qué toros hay que apuntarse?

sábado, 26 de marzo de 2011

TOROS: Las claves del paso a Cultura / Por Andrés Amorós

- La ministra Sinde -
(Foto de administrador/
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 Las claves del paso a Cultura

"...Banderilleros y picadores, preocupados por posible intrusismo con el nuevo registro, 
se reúnen esta semana con el ministerio..."

Competencias: 
no podría asumir el Ministerio las que legalmente están transferidas a las Comunidades.

Por Andrés Amorós / ABC

Aceptado por el ministerio el paso a Cultura de la Tauromaquia, siguen produciéndose reuniones con los profesionales para intentar llegar a un acuerdo, sobre la forma de concretarlo administrativamente. A la vez, se publican rumores que, muchas veces, carecen de fundamento. Intentemos concretar cómo está la cuestión, al día de hoy, realmente, sin confundir —un vicio muy hispánico— los deseos con la realidad.

1/ Espectáculos taurinos incluidos: solamente los que constituyen la Tauromaquia como una disciplina artística y cultural; no los festejos populares, por grande que sea su tradición.

2/ Competencias: no podría asumir el Ministerio las que legalmente están transferidas a las Comunidades. Se centrarían en tres: registro de profesionales, realización de estadísticas y, sobre todo, fomento y difusión de la Tauromaquia.

3/ Ubicación administrativa: los profesionales pretendían la creación de una Agencia específica, dentro del Ministerio de Cultura, con el nivel de una Secretaría de Estado o una Dirección General. En la actual situación económica, el ministerio no lo acepta. En su defecto, proponían los taurinos su integración en el Inaem, algo que algunos han dado por hecho. No es así, ni administrativamente tiene sentido (¿cómo no se han informado mejor los taurinos?). Eso no permitiría su acceso a las líneas de ayuda del ministerio: el Inaem no tiene líneas genéricas sino unidades de producción propias (la Compañía Nacional de Teatro Clásico, por ejemplo) y una convocatoria pública de ayudas, en la que de ningún modo encajan los espectáculos taurinos. ¿Se imaginan una ayuda ministerial al empresario para organizar la Feria de Abril o San Isidro? La solución es que la Tauromaquia pase a depender directamente de la Subsecretaría.

4/ IVA reducido: no es un tema resuelto. El Ministerio de Cultura no puede, por sí solo, reducirlo, para la Tauromaquia. Sí podría solicitarlo a Hacienda, que tendría que conseguir la correspondiente autorización europea. Si no me equivoco, no piensa hacerlo (por el momento). Opina el ministerio que el IVA reducido es una reivindicación común a todos los sectores de la industria cultural y su prioridad se centra ahora en los contenidos culturales en la Red.

5/ Declaración como Bien de Interés Cultural: el ministerio es contrario. Aduce que, para ellos, los toros son ya cultura ( si no, no recibirían la Medalla de Bellas Artes los taurinos) y que esa declaración no existe en los casos de la danza, la música... Podría responderse que ninguna de esas artes ha recibido los ataques que sufre la Tauromaquia; quizá influye que ésa ha sido una propuesta del PP..
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6/ Nuevos problemas profesionales: los representantes de picadores y banderilleros, el sector mejor organizado, tradicionalmente, temen que el nuevo Registro permita el intrusismo profesional. Se discutirá esta semana dentro siempre del marco de las directivas europeas.

La conclusión que yo saco es clara: en esta negociación, todavía quedan bastantes temas básicos por resolver. Me temo que los taurinos no han sabido hacer un planteamiento jurídico muy adecuado, ni han luchado por crear un «lobby» de opinión favorable a la Tauromaquia.

En la radio escuché a un matador comentar lo que esperaba del paso a Cultura: subvenciones y reducción del IVA. Ninguna de las dos cosas están claras. Lo que sí puede y quiere hacer el ministerio es ayudar al fomento y la difusión de la Fiesta: por ejemplo, organizando exposiciones o eventos culturales y favoreciendo una campaña de comunicación, para que la sociedad española comprenda mejor los valores culturales de la Fiesta, su contribución a la ecología y la economía, su influencia en otras artes... Algo bastante diferente.

Hoy por hoy, creo, eso es lo que hay: conviene saberlo. Y recordar otra cuestión básica: si los toros formasen ya parte de Cultura, ¿se hubiera evitado la prohibición catalana? Respuesta tajante: no.
Para eso, habrá que luchar para conseguir que la Unesco reconozca a la Fiesta como Patrimonio Cultural: ésa sí que sería una auténtica coraza.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         

lunes, 14 de marzo de 2011

Con toros flojos no hay espectáculo / Por Andrés Amorós

Valencia, plaza de 1ª para ¿cuernos de 3ª?
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Con toros flojos no hay espectáculo / Por Andrés Amorós

A mi lado, un espectador poco avezado me pregunta:
«¿No deberían preocuparse los ganaderos, viendo estos toros, y buscar alguna solución?»


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lunes, 25 de octubre de 2010

Recordando a Marcial / Por Andrés Amorós

MADRID.-Día 25/10/2010
A los veinte años de su muerte, recuerdo a Marcial Lalanda: «el más grande», en la memoria popular, según su pasodoble. De ningún modo lo hubiera admitido él. El más grande, para él, fue, sin duda, Joselito el Gallo: su ídolo, su ideal permanente.
 
Seguía Marcial la línea magistral de José, que colocaba, en el centro de todo, la lidia, el dominio de cada toro, de acuerdo con sus condiciones. Pocos representantes más cualificados ha tenido la escuela clásica del toreo.
Había nacido en Vaciamadrid (Madrid), en 1903. Toreó en público por primera vez en 1914, a los once años. Le dio la alternativa Juan Belmonte, en Sevilla, en 1921. Se retiró en octubre de 1942, después de casi treinta años de profesión y de haber estoqueado más de 2.000 reses: por ejemplo, 67 toros de Miura y 71 de Pablo Romero. A pesar de ser un prototipo de «torero de Madrid», la Plaza donde actuó más veces, 127 tardes, fue la de Barcelona: así era normal entonces, aunque algunos hoy lo ignoren.
 
Subrayo dos tardes especiales: en Valencia, el 27 de julio de 1923, mató cinco miuras de 35 arrobas, en una corrida en la que fueron heridos dos matadores, dos banderilleros y cuatro picadores, además de morir una veintena de caballos. El 19 de octubre de 1930, en Barcelona, mató siete toros, cortó doce orejas y seis rabos, realizó 21 quites distintos...
No pudo tener grandes estudios pero, como otras figuras del toreo, poseía una inteligencia natural extraordinaria. Muy pocas veces he encontrado un juicio tan certero. Sus análisis de técnica taurina eran implacables.

Para Marcial, el toro era, siempre, el centro de la Fiesta; su evolución es lo que ha causado los cambios en el toreo. En sus últimos años advertía un creciente estilismo, veía que las suertes se habían depurado estéticamente pero echaba de menos lo esencial: el riesgo y las dificultades que plantea la lidia de un toro auténtico.Era inteligente, un castellano serio, educado, exigente, de trato exquisito.
 
Cuando publicamos el libro de su «Tauromaquia», viajamos juntos a muchas ciudades. Siempre, eso sí, en tren. (No le gustaba el avión). En los viajes, no parábamos de hablar: de toros, claro, el mundo que seguía apasionándole. Una vez, me dijo: «Ya le hemos dado una vuelta a todos los matadores importantes de la historia. Repasemos ahora a los banderilleros y picadores...» Hablar de eso, nunca le cansaba.
 
Una tarde, en Las Ventas, vio cómo el público enloquecía por un diestro de la línea que él llamaba estilista. A la salida, alguien le dijo: «Ha sido increíble, ¿verdad?» No advirtió la ironía de su respuesta: «Desde luego: increíble».
Su opinión era tajante: «Sobre las bases del toro auténtico y el toreo clásico nuestra Fiesta no puede morir, por su belleza inigualable». Dios le oiga.