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martes, 16 de agosto de 2011

EL ALTAR DE MANOLO MARTINEZ / El Bardo de la Taurina

-Manolo Martínez-


XV – EL ALTAR DE MANOLO MARTINEZ - RIP

Adentrémonos en el túnel de la nostalgia para recordar que hace XV años se convirtió en cenizas Manolo Martínez torero para el que nunca hubo medias tintas, ni dentro del ruedo ni menos fuera y si no bastaría con recordar aquella noche en que expresó ante un puñado de ‘tíos’ ‘A mi todos los periodistas me la pelan’ lo que provocó que un ‘supuesto’ privilegiado replicara - ‘Yo no Manolo’ y sin más el regio le escupió en la jeta - ¡Dije todos!, ese era él ‘Maximino…. del toreo’ del que pocos saben que su espíritu inmortal esta presente en un ‘Altar’ en la Ciudad de México a cuya entrada se ve una placa que reza ‘Aquí Vive un Torero’ el hecho se antoja como caso único, pues quienes lo han visitado no recuerdan que se haya levantado un santuario para venerar a un Torero, altar en el que en la cúspide se aprecia una imagen gigantesca del Maestro a cuyos pies se hayan estatuillas que representan entre otras a La Santa Muerte enfundada en un terno grana y que en la mano diestra sostiene una bota de vino, sin que falte San Juditas con su mechón de fuego, ni el Niño de Atocha que para estas alturas ya esta bien crecidito, y en un lugar estelar, pero a los pies del altar se haya la Señora Del Tepeyac vestida para la ocasión en blanco purísima y oro, así mismo sobre lo que propiamente viene siendo la plancha del altar que está elevada sobre columnas de caoba macizas patinadas en hoja de oro al mas puro estilo imperial se encuentra un cristo que rememora al que fue testigo en la homilía fúnebre que en honor de Manolo se celebró en el albero monumental, una fina custodia resguarda el ‘Copón Eucarístico’ y a su lado las campanas que diariamente revolotean en honor de Manolo al son de las flamas divinas de las veladoras perennes, a manera de retablo se hayan una inmensa fotografía del ídolo ejecutando su milagrosa ‘Chicuelina’ teniendo como escenografía la Plaza Mayor retacada hasta el reloj, resalta una joya que broto de la genialidad del maestro Donaciano Botello y en la que se aprecia, que sobre un capote de luces emerge un cristo de marfil rematado por un estoque de colorados gavilanes, además que a ésta obra se unen las fotografías originales que se usaron para el libro ‘Genio y Figura’ y que representan los ‘Misterios’ las que también fue creación de Don Botello, al otro lado una imagen guarda el momento en que ‘El Supremo Regio’ era velado de ‘Cuerpo Presente’ sobre la arena de la Plaza México en la que predicó gran parte de su biblia taurina, no podían faltar las reliquias como un capote de lidia con las medidas reales de los que Manolo usaba pero que por ser conmemorativo y único, muestra el envés en fina trama en color negro catafalco y sobre la cara solferina fue pintado al óleo por el artista caribeño Celso Gonzáles, una obra de arte que tituló ‘Pasión Taurina’ y que representa un corazón del que brota un toro de cuya cornamenta se desprenden venas y arterias ¿Borrachón?, así mismo se encuentra dentro de un nicho el sombreo verde galoneado en plata que otro ‘Manolo’ dono y que fue el original que acompaño al insigne en su adiós terrenal.

Y ya andando en esto que mejor que traer a la palestra al inmenso compositor Marcial Alejandro quién regalara al mundo aquellas letras de y quién una tarde a pie de altar interpretó con voz del alma aquello que para la eternidad ha quedado instituido como ‘El Panis Angelicus’ del ‘Todo Poderoso de la Torería’

MANOLO MARTINEZ
( L : O. Chávez M. : Marcial Alejandro )

Martirologio de fuego
Almas que muerden la arena
Negro nubarrón de pena
Unida al placer del fuego

Esperando en alto ruego
La inolvidable faena
Maravillosa y serena
Antiquísima del ruedo

Rotundo temblor de vida
Tan espantada de verte
Instantánea, desprendida,
Naciendo con cada suerte

Espeluznante es la herida
¡Zámpale vida a la muerte!

A la muerte.

Y para quienes se pregunten que méritos o ‘Milagros’ llevaron a Manolo Martínez hasta ‘El Altar’ pues algunos al azar; Haber nacido para ser torero / Vocación indomable / Enjundia inquebrantable / Personalidad ardiente / Recio carácter / Rebelde ante la adversidad / Llenador de plazas / Imprescindible en su época / Arte a raudales / Maestría natural / Temple templado / Creador de suertes / Controvertido y admirado / Maestro de toreros / Primerisima figura / Mandón absoluto / Amo de la Plaza México / Ganadero triunfante / Empresario impulsor de la novillería / Leyenda creciente / Ejemplo para generaciones……. ¿Quién dijo yo?

Por eso pudo signar para la eternidad su encíclica ‘El Arte Soy yo’ y por ello en los muros del recinto sagrado penden rosarios, ‘corazones ardientes’ que en forma de ‘milagros’ los feligreses han llevado hasta el sitio místico y en donde desde luego quienes profesan la ‘Religión Regia’ rezan la Oración que en honor del Señor fue compuesta por Doña Griselda Garduño Valero;

Adiós Manolo Martínez
Arcángel de seda y oro,
Sombra y sol de los tendidos
Arte y valor confundidos
En tan soberbio tesoro.

A la fiesta tú legaste,
El divino Martinete,
Tu hermosísimo Desdén,
Arte y sentimiento puro
Bordaste en el redondel.

Lloren, lloren, Martinistas
Que llore la Plaza entera
Se fue Manolo Martínez
Torero de gran estrella,
Adiós Manolo Martínez,
Adiós esencia torera.

Y para quienes no somos inmortales en un extremo del altar se observa un lienzo de inmaculada seda blanca bordada con hilo de oro que con ‘Magia’ y maestría fue creado para resguarda la sacra cripta donde descansaran las cenizas de quien tiene la bendita misión de por siempre velar por el recuerdo del ‘El Maestro Mandón’.

Y por supuesto que los legionarios del martinismo en esta fecha tan significativa que nos recuerda la del 16 de agosto 1996 / 13.10 p.m., tendrán la dicha de poder refrendar la fe y quienes han negado lo innegable, podrán ser absueltos de pecado mediante el sacramento de la constricción y recordarles que; Nunca es tarde para ver la claridad aunque se haya vivido en los abismos de la oscuridad, del silencio, de la ignominia;
Más tener fe, que en el embrujo de un ‘Martinete’ y en el estallido de un ‘Desden’ esta la luz eterna que por siempre iluminara el firmamento torero.

Y sean bien aventurados quienes tuvieron la dicha de atestiguar las proezas del Maestro y alabados quienes a través de la palabra han recibido sus hazañas para trasmitirlas a las nuevas generaciones por In Saecula Saeculorum.
Versículo Bardiano 2011 / D’l Testamento del arte.

-Manolo Martínez-

Blog A los toros / El Vito

sábado, 13 de agosto de 2011

CANTINFLAS, 100 años de un genio / Por Rafael Dupouy Gómez



CANTINFLAS, 100 años de un genio

Rafael Dupouy Gómez 

Maracay, 12/08/2011.-
Cien años se cumplen hoy, 12 de agosto de 2011, del nacimiento de Mario Moreno Reyes “Cantinflas”. En el barrio de Tacuba, en la ciudad de México, vino al mundo para hacernos reír un montón, el 12 de agosto de 1911, siendo el quinto hijo del matrimonio de Pedro Moreno y Soledad Reyes. En sus comienzos quiso ser boxeador, participó en algunos circos y teatros de los bajos fondos como bailarín cómico, pero su auténtica revelación fue como torero bufo. 

“Cantinflas”, fue un genio de la comicidad mundial que incorporó en el cine su extraordinaria pasión por la Fiesta Brava, destacando en la gran pantalla su faceta cómica torera en películas como: 

“Así es mi tierra” (1937), “Ni sangre, ni arena” (1941), parodiando a la novela de Vicente Blasco Ibáñez y “La vuelta al mundo en 80 días” (1956), producida por Mike Todd, actuando como “Passepartout”, el asistente del famoso actor británico David Niven, durante su travesía por el mundo. “Cantinflas” en esta película, ganadora de 5 premios Oscar en 1956 incluyendo mejor película, realizó una magnífica interpretación del toreo bufo compartiendo cartel, nada más y nada menos, que con Luis Miguel Dominguín en la plaza de toros del pueblo español de Chinchón. 

En la película “El Padrecito” (1965), también realizó su toreo cómico, interpretando a un Sacerdote que organizó una corrida de toros para conseguir beneficios a su parroquia, pero como el matador de toros no se presentó ese día, “Cantinflas” tuvo que lidiar el toro con su habilidad y destreza. 

Mario Moreno “Cantinflas”, gracias a su éxito como torero cómico desde que debutara en la plaza de toros “El Toreo” de la capital mexicana el 6 de enero de 1938, entendió que su afición taurina lo catapultaría al triunfo por los ruedos mexicanos y del mundo divirtiendo a la gente. 
Su aspecto andrajoso, su diminuto bigote en los extremos, el pañuelo amarrado al cuello, los pantalones siempre caídos, su peculiar forma de caminar y su verborrea característica e insuperable por su sagacidad y oportuna ocurrencia, le hicieron aclamar por el público que supo valorar su talento. 
Se le podría catalogar como el “Chaplin Latinoamericano”. Si el primero tuvo éxito sin hablar en el cine mudo, el segundo hablaría hasta por los codos improvisando sus monólogos y diálogos con insuperable ingenio. 

“Manolete” participa en Festival con “Cantinflas” 
Luego de la inauguración de la Plaza de Toros Monumental de México, el 5 de febrero de 1946, con capacidad para 50.000 personas, donde participó Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”, cortando la primera oreja en ese coso, le tocó al “Monstruo” de Córdoba compartir un festival el 19 de febrero de ese mismo año con Pepe Luis Vázquez, Pepín Martin Vázquez y los diestros mexicanos Fermín Espinosa “Armillita”, Silverio Pérez y Luis Procuna. “Cantinflas” completó el cartel haciendo reír al público con su característica forma de torear y le brindó el novillo a “Manolete” quien no pudo aguantar su seriedad ante el genio de la comicidad. 

Mario Moreno “Cantinflas” junto al ídolo, Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”, durante su actuación en un festival, el 19 de febrero de 1946 en la Monumental de México. 
“Cantinflas”, el cómico universal, se dedicó muy cerca de San Luis de Potosí, a la cría de reses bravas en su finca llamada “El Detalle”, presentando sus toros con el nombre de “Hermanos Moreno Reyes”. Tuvo muchos éxitos como ganadero. 

“Cantinflas” en Venezuela 
En Venezuela Mario Moreno “Cantinflas”, actuó en el Nuevo Circo de Caracas, el 12 de octubre de 1947 con dos becerros de “Guayabita” al 
lado de los novilleros venezolanos Eduardo Antich y “Cerrajillas Chico” con reses criollas. 
El 15 de octubre de 1947, “Cantinflas” volvió a participar en la plaza “Arenas de Valencia” nuevamente con “Cerrajillas Chico”. 
Posteriormente, la empresa Barnum presentó a “Cantinflas”, en el Nuevo Circo de Caracas, el 22 de marzo de 1953 completando el cartel los novilleros venezolanos Sergio Díaz y Germán Regalado. 

La fortuna de conocerlo en New York 
El 17 de agosto de 1982, yo tenía 17 años de edad y me encontraba de vacaciones con mi familia en New York. Fuimos a almorzar al Restaurant “Sea Fare of Aegean”. Luego de elegir nuestra mesa, me puse a observar a las personas que se encontraban sentadas y me sorprendió ver a pocos metros de distancia al famoso comediante Mario Moreno “Cantinflas”. No lo podía creer, aquel ídolo de mi infancia, se encontraba con sus enormes anteojos negros, que siempre utilizaba, conversando con un señor norteamericano. 
Mi familia creía que era broma lo que yo les decía que “Cantinflas” estaba en el Restaurant comiendo. Al rato, el mismísimo Mario Moreno se levantó, caminó por nuestra mesa y todos reaccionamos exclamando a la vez: ¡Cantinflas! 
El genial cómico sonrió sorprendido y nos hizo señas de que regresaría en un momento, porque se dirigía al baño. Finalmente, apareció, se acercó muy amablemente a nuestra mesa, nos saludo cariñosamente y nos preguntó de dónde veníamos. Al responder que de Venezuela, se contentó muchísimo, puso sus manos sobre los hombros de mis abuelos Florencio y Elena, diciéndoles que los felicitaba por la bonita familia que teníamos. Estaban también mi madre y mis hermanos. “Cantinflas”, nos comentó su excelente amistad de tantos años con Amador Bendayán a quien había visitado, recientemente, en su programa “Sábado Sensacional”. 
Fue para nosotros un encuentro inolvidable. “Cantinflas”, nos firmó un autógrafo con una bonita dedicatoria para la familia. Lo recuerdo muy especialmente por su sencillez, amabilidad y gran calidad humana. 

Es oportuna la fecha del centenario de su nacimiento para brindar este bonito recuerdo al más genial y ocurrente de los cómicos que nos ha hecho reír haciéndonos la vida más feliz y divertida. 
Rafael Dupouy Gómez