miércoles, 29 de diciembre de 2010

EL VALLE DE LOS SOBERBIOS / Por Aquilino Sánchez Nodal

 La soberbia es una forma particular de la incapacidad, 
que suele afectar a gobernantes, directivos, etc., etc....
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                       EL  VALLE  DE  LOS  SOBERBIOS

Por Aquilino Sánchez Nodal

 Madrid, 29, de Diciembre de 2010
     Algunos profesionales y aficionados taurinos rebosan de gozo en la esperanza del trasvase, interior a cultura, sin observar la dificultad que supondría revelar los secretos de ambos ministerios a favor de eliminar las corridas de toros. Desde otro punto de vista más romántico, las faenas que realizan los toreros, son artísticas en si mismas pero no existe una comparación con las obras realizadas en las diferentes artes reconocidas. Por lo tanto, no se pueden definir de forma absoluta, por ser arte espontaneo y vivo no generalizado, considerar todo lo realizado dentro del espectro del toreo, cultura. Aceptar las promesas de los gobernantes implícitos es una estupidez. La época que está atravesando la tauromaquia carece del encanto y brillantez de tiempos pasados. Ahora, todo lo taurino es metafórico con unas diferencias abismales en donde está inmerso el mundo del toro. El recuento de votos sopesa aficionados y antis y coloca a nuestros, “sin sustancia”, políticos, en una posición incómoda que como, en todos los demás asuntos, se inclinan por la destrucción de cualquier manifestación relativa a España. La fatalidad que concurre solo se puede salvar con una fuerte apuesta para conquistar la masa social taurina e informar del máximo peligro que acecha la Fiesta con acometidas de encubiertos intereses para mantenerse en el poder, sea como sea. La imaginación y la inteligencia creadora es lo único que puede salvar al toro. Por desgracia los directores auto elegidos, mesa del toro, para coordinar los esfuerzos carecen de intención, inteligencia e imaginación porque siempre han sido torpes, perezosos, envidiosos, corruptos y alineados con los políticos sin importarles el rumbo que tome el sector, excepto su propio beneficio económico. Durante décadas se han mantenido al frente de las asociaciones profesionales implicadas dificultando el cambio y la modernización del negocio taurino y ahora pretenden convencernos, a los aficionados, de que les demos otra oportunidad para hacer más de lo mismo y seguir en el mandurrio.  

     Otro nuevo error es su postura parta ampliar las diferencias de base que distancian las categorías de los profesionales: toreros ricos y pobres, empresarios acaudalados y modestos, subalternos protegidos y despreciados, ganaderos distinguidos y a extinguir, críticos consentidos y silenciados, políticos destructores y honestos. Está división es el fundamento del desastre taurino actual que deja a los aficionados en simples mantenedores, previo pago, de las corridas de toros sin más derechos que sufrir estafas y recortes de libertad.

     Invierno en España. Verano en Méjico. Llega a nuestro País un grupo de jóvenes toreros mejicanos con Carlos Lombardini y Pedro López al frente. Hicieron su presentación en Barcelona con gran éxito y recorrieron en triunfo las plazas españolas. Pero, aquella plaza de toros de Madrid que tanto pesaba en el pasado, de corridas grandes y duras, puso a los mejicanos en su sitio. No tuvieron la suerte anterior y aquel mal paso del 11 de Julio de 1.909 repercutió en las empresas taurinas españolas. El 10 de Octubre del siguiente año, Lombardini recibe la alternativa de Machaquito y Moreno de Alcalá se la otorga a Pedro López a la vez, en Barcelona. En el año 1.912, los dos matadores mejicanos renunciaron a sus alternativas y volvieron al escalafón de novilleros. Ya no existen ni el fino Lombardini, murió en México en 1.933, ni el excelente estoqueador Pedro López que había puesto fin a su vida en un ataque de locura, en el estado de Guadalajara bastantes años antes, el 4 de Noviembre de 1.921. Pero la historia de aquella lejana aventura tiene su epílogo: Con aquellos torerillos mejicanos llega un puntillero llamado, Macario Castelán “El Gallinito” que se afana en rematar a los toros con fulminante eficacia y precisión. Procedente del matadero del Rastro de Méjico, fue el que terminó con el primer toro que se corrió en la plaza del Toreo en su inauguración. Pero lo que pocos aficionados saben de “El Gallinito” es que fue sacado a hombros de la Plaza de Toros de Madrid ¡A ningún puntillero le ha sucedido nada igual!. Lo cuento para que no olvidemos las gentes del toro que existe arte y grandeza en todos los momentos de la lidia aunque sean “cosas” a ejercer por humildes personajes.

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