viernes, 5 de agosto de 2011

La cultura en el interior (por el calor) / Por Ricardo Díaz-Manresa

La ministra...pasando el verano


"...La noticia no ha conmovido al mundo taurino. Será por esperada, será porque no va a haber muchos beneficios de momento, será porque estamos en plena temporada. La valoración ha sido perfectamente descriptible..."

La cultura en el interior (por el calor)

Ricardo Díaz-Manresa
05- agosto- 2011

Los toros pasaron de Interior a Cultura, es un decir, en los días más importantes de vacaciones, con fin de semana y cambio de mes a la puerta o, lo que es lo mismo, los días menos propicios para fijar la atención en algo destacado. No he querido escribir del tema hasta ver la reacción del taurinismo y de los medios de comunicación. Todo fácilmente descriptible pues hubo alguna declaración congratulándose por este hecho, mas bien pocas, y otros, tampoco demasiados, tenidos por especialistas taurinos, dieron su opinión. En resumen, muy poquito.

En realidad los toros pasan administrativamente a Cultura en un ámbito muy reducido ya que la mayoría de las competencias las tienen las Comunidades Autónomas y siguen en Interior algunas de las funciones de orden público –no transferidas- como en todas las actividades de la vida nacional.
Todo lo escuchado, leído y visto converge en una opinión unánime : de Cultura se quedarán con el nombre. No esperen nada de reducción del IVA o subvenciones de promoción. Sólo llevar el registro de profesionales y pare usted de contar.

No soy optimista ni pesimista y, como siempre, habrá que esperar a que pase el tiempo para ver en qué queda todo. Reconozco que se ha conseguido una aspiración de muchos años y que estar en Cultura es muy importante como slogan y como reconocimiento de lo que es este espectáculo, de tantos años y de tanta raigambre en la sangre española. Es una manera de comenzar, un argumento de excelente defensa y el camino para conseguir muchas cosas, si se hace todo con cabeza, convicción y honradez.

A partir de ahí, si hoy día nos quedamos con la etiqueta oficial de cultura, mañana podemos obtener esa Federación con poderes que tanta falta hace para regular este lío y para la que no encuentro demasiada voluntad de los profesionales en conseguirla porque no parece que estén dispuestos a acatarla. Los estamentos del fútbol, aun con todas las corrupciones e injusticias, la aceptan y se dejan llevar por la norma. Y así les va bien.

Esa Cultura debería tratar a los toros como al cine, al teatro o a todas las Bellas Artes, pero se me antoja que queda aún bastante tiempo para ello. El caso es que hay un nuevo camino y que tenemos que recorrerlo para que sea muy beneficioso.

No comparto pesimismos -habrá que esperar todavía- ni hay indicios para grandes optimismos, pero nos han dado la guitarra que muchos querían y ahora hay que saber tocarla.

De momento, la cultura está en el interior, por el calor. Ese calor, ya saben, que echa a perder tantas cosas. Y con todos desperdigados por la temporada, que está en su meses cumbres.Después vendrá el frío y no podremos dejar que se congele. Quedarse de hielo es muy malo también.

Que los toros eran cultura lo sabía todo el mundo razonable y que ahora lo admitan oficialmente es un motivo para pensar en un buen futuro. Ha valido con luchar un poco.

Poquito a poco, sin estridencia y casi silenciosamente, se ha conseguido llegar a la meta. Ahora empieza la competición, que deseo brillante para profesionales del toreo y especialmente para beneficio de la afición, a la que tanto debemos cuidar y que sigue andando por ahí sin saber qué hacer.
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Avance Taurino.com


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