lunes, 8 de febrero de 2010

JOSÉ ANTONIO DEL MORAL SE ESTRENA EN EL DIARIO LA GACETA DE MADRID: La temporada 2010 ( I )

El toro espera...

GRANDES EXPECTATIVAS
PARA LA TEMPORADA 2010 QUE ACABA DE EMPEZAR

El estado actual de las principales figuras y de los que pretenden serlo. El momento de las ganaderías más prestigiosas. Y las polémicas más candentes



Por José Antonio del Moral
La Gaceta.-Madrid 7 de Febrero de 2010
GRANDES EXPECTATIVAS
PARA LA TEMPORADA 2010
QUE ACABA DE EMPEZAR


El estado actual de las principales figuras y de los que pretenden serlo. El momento de las ganaderías más prestigiosas. Y las polémicas más candentes

Por mucho que lo repitamos, es necesario insistir en que, una temporada tras otra, los toreros tienen el deber de conquistar – o reconquistar – a la afición plaza a plaza, traspasar o mantener el listón de la cotización impuesto por las empresas y competir con sus rivales porque el éxito de cada uno de ellos puede devaluar la trascendencia de los suyos por muy legítimos que hayan sido. Así pues, cada temporada, cada corrida, es un volver a empezar, retomar el miedo, la responsabilidad, la emoción, la incertidumbre de las primeras veces. Casi nada se repite. Los toros y los toreros entregan su vida en la lidia y los aficionados exigen en consonancia.

Más o menos fieles a estas incuestionables premisas, las perspectivas de la temporada que acaba de empezar en España mientras termina la Americana, presenta un panorama torero ciertamente alentador. Claro que todo va a depender en gran parte del momento que atraviese la cabaña de bravo, siempre tan oscilante como impredecible aunque también esperanzador en los casos de ganaderías que mejor y más regular juego dieron en las pasadas campañas y, sobre todo, en la del año anterior. Pero no siempre se cumplen los pronósticos porque de una camada a la siguiente, muchas veces hay sorpresas para bien o para mal. Ganaderías triunfadoras de un año no lo son en el siguiente y viceversa. De cualquier manera, siempre hay que confiar porque, en el toreo, la esperanza es lo último que se pierde y los grandes diestros suelen ser capaces de convertir el agua en vino. Esta capacidad en superar las malas condiciones de las reses de lidia y estar a la par o incluso por encima de las más bravas y nobles, es lo que en mayor o menor grado sitúa a cada torero en el sitio que le corresponde año a año. De ahí que la regularidad en los triunfos siga siendo lo que manda independientemente del estilo, de la personalidad y de arte de cada cual porque, aunque hay gustos para todo y salvo en escasísimos casos, lo que prima es el sentido más estricto de la responsabilidad profesional.

Vivimos un momento ciertamente esplendoroso, quizá uno de los más importantes de la historia de la Fiesta por lo que se refiera a la cantidad, calidad y variedad de toreros que componen la primera y la segunda filas sin olvidar a los que luchan por alcanzar gloria y rango entre los más jóvenes. La batalla, pues, está servida como podemos comprobar recordando lo que ocurrió en los años pasados, lo que acaba de suceder en las ferias y plazas americanas donde los más destacados ha seguido triunfando y a la vista de los carteles que ya se anuncian de los primeros ciclos importantes para la gran campaña que, ya mismo, se iniciará en la novedosa feria invernal de Vista Alegre en Madrid, en la inexcusable cita desde hace 20 años de Olivenza, en Castellón y, sobre todo, en las primeras grandes ferias de Fallas en Valencia, en la de Abril en Sevilla y en la de San Isidro en Madrid.

La cúpula

Los tres toreros que desde hace tiempo continúan arriba por categoría, maestría, clase y cotización son Enrique Ponce, José Tomás y El Juli. Ninguno de los tres parece dispuesto a ceder aunque cada uno desde sus respectivas circunstancias. Ponce, son veinte años consecutivos de alternativa en la cumbre y sin desmayos – su palmarés profesional es el más importante de todos los tiempos – afronta la nueva campaña en un lugar ciertamente privilegiado porque ya anda por encima del bien y del mal. Su historia está escrita con letras de oro y, aunque voluntariamente haya decidido torear cada vez menos, lo cierto y verdad es que su categoría no solo continúa intacta sino que últimamente se complace en regalarnos actuaciones verdaderamente sublimes y artísticamente reveladoras tras muchos años en los que sus faenas frente a toros complicados le separaron y aún le separan del resto de la grey torera cada vez que tiene que afrontarlos. Si Ponce no fuera tan irregular con la espada, la suma de sus trofeos apabullaría aunque, así y todo, muestra un nivel difícil de igualar.

José Tomás, en su cuarta temporada desde que reapareció, acapara la máxima expectación y fuerza taquillera por su excepcional personalidad y singularidad de su toreo aunque también gracias al impresionante y fructífero marketing que goza, incluido el incondicional apoyo que disfruta por parte de la mayoría de los medios escritos, hablados y visuales. Un plan perfectamente diseñado por su equipo que, con incesante publicidad, compensa los grandes huecos que se suceden en sus campañas por el escaso número de corridas en las que viene participando – no más de venticinco por año – y no en todas las plazas y ferias de primera como debería entre las que elige actuar según le convenga, como asimismo el ganado que elige, limitado a no más de cinco divisas de entre las más famosas por la nobleza que vienen mostrando y alternando en carteles casi siempre encabezados por matadores de bastante menor categoría y no siempre cerrados por otra figura que, por ahora, en casi ningún caso son Ponce ni El Juli. Algo que lamenta profundamente la afición siempre deseosa de ver competir a las grandes estrellas en todas las ferias y con el ganado que corresponde a las plazas de máxima categoría.

Una pena porque, como digo, Tomás también debería competir más con El Juli. Junto a Ponce, el otro gran maestro del toreo actual, indeclinable en su sentido de la responsabilidad, presente e imprescindible en todas las plazas desde hace más de diez años. Gran y largo lidiador, dominador de todos los tercios, purísimo en su interpretación muletera, versátil como pocos lo hayan sido frente a toda clase de ganado y seguro estoqueador, viene siendo ejemplar guía para todo el escalafón. Su precocidad le hace parecer mayor aunque esté en plena y fecunda juventud, lo que le permitirá durar mucho más tiempo del que ya lleva en la cumbre.

Los tres, sin embargo, vienen siendo más acosados - muchas tardes pisándoles los talones y hasta superándoles - por los más jóvenes valores del toreo actual. En cabeza, Sebastián Castella y Miguel Ángel Perera, ambos empeñados en tomar el cetro con un toreo basado en el valor sin tacha, la quietud, la cercanía, el temple y la intensa e inverosímil ligazón de las suertes, más inspirados por Paco Ojeda que por cualquier otro en su intento de superar lo insuperable en su síntesis de las revoluciones técnicas que han venido cambiando las maneras de torear. Los dos, protagonistas de sendas temporadas realmente históricas. Castella, la de 2006. Perera, la del 2008. El francés superando el bache que padeció el 2007, fue el triunfador de la pasada temporada, tanto en España como en Francia y América donde ahora mismo continúa triunfando a diario. Perera, solucionando sobradamente la para él dificilísima campaña de 2008 en la que volvió a sufrir varios percances.

Más acomodado por seguro de la gran clase e incomparable empaque que le son propios por nacencia y genes, José María Manzanares no va a la zaga tras convertirse en grandioso torero fiel a la línea que, en cuanto a estilo, marcaron sucesivamente el gran maestro Antonio Ordóñez y su inolvidable padre. Pero también descubierto como naturalmente valiente, poderoso y magnífico matador. El más seguro y eficaz del toreo actual en la suerte suprema.

Y más veteranos que estos últimos, Morante de la Puebla, figura asimismo imprescindible por fuera de serie entre los toreros llamados artistas, quizá el más valiente y regular que hayamos visto en sus creaciones con el capote – el mejor con mucho de la actualidad – y con la muleta, por más entregado y puro que sus antecesores del mismo corte. Un orfebre excepcional y por ello capaz de borrarlo todo en sus mejores tardes. Como también, aunque desde otro plano y a pesar de que en la temporada pasada no anduvo a la altura que se había ganado con incontestables méritos, El Cid. Este adusto sevillano de Salteras, está obligado a recomponerse física y mentalmente – ha sufrido muchos inoportunos percances – para volver a sitio que tuvo en las campañas anteriores. Especialista en “victorinos”, en la memoria de todos sigue primando su histórica tarde con seis de esta divisa en la plaza de Bilbao, así como sus grandiosas faenas en Sevilla, en Madrid y en tantos otros sitios.

En esta primera fila, no podemos olvidar a otro matador de toros realmente singular y personalísimo, El Fandi. Dotado de unas facultades físicas fuera de lo común, gran y variado capoteador, poderosísimo y espectacular banderillero – uno de los más grandes y desde luego el más regular de todos los tiempos en esta suerte -, muy seguro estoqueador y, aunque en su faceta muletera baje en calidad, que no en frecuente entrega, eficacia y temple – resuelve tanto o más que los que más lo consiguen -, no por ello destaca en el conjunto de todas y cada una de sus actuaciones por lo que viene encabezando desde hace cuatro años el escalafón por mayor número de corridas toreadas y trofeos cortados. El Fandi, por tanto, también es un líder y gran comodín en cualquier cartel porque, además, atrae a muchísimos espectadores por la casi infalible seguridad de sus espectaculares éxitos allá donde actúa.

Alejandro Talavante, un extraño Guadiana del toreo que empezó asombrando, medió decepcionando y, sucesivamente, desconcertando entre genial y eclipsado, tan pronto parece ser uno de los más grandes como otro de entre los más torpes y anodinos. Afortunadamente, el año pasado resucitó en septiembre. Veremos qué le ocurre en éste.

Los mediáticos

Cayetano Rivera Ordóñez, también presente y atractivo por nuevo aunque tardío matador, ha cubierto con demasiadas cautelas sus primeros años desde que tomó la alternativa, doctorado por su hermano Francisco, con menos calidad pero bastante más profesionalidad y ya con muy larga carrera que transcurrió desde muy arriba hasta ir declinando aunque todavía en los primeros puestos dentro de los toreros llamado mediáticos que también sigue encabezando con no poco mérito Manuel Díaz El Cordobés en el segundo circuito. Tanto o más famoso por sí mismo Cayetano que su fraternal padrino gracias a la alcurnia de los progenitores y parientes más directos de ambos (Ordóñez-Paquirri–Dominguín) y a sus encantos físicos, está por ver si a su personalidad y maneras - clásico y algo agitanado como su abuelo materno - añade la imprescindible destreza que le permita acceder al gran rango que ansía. Valor no le falta y clase tampoco, pero su sitio es demasiado inconstante. Arrebatador en sus mejores actuaciones, las anunciadas comparecencias de Cayetano en las grandes ferias que venía rehuyendo – Sevilla y Madrid sobre todo, y esperemos que también en Pamplona, Bilbao y Zaragoza – serán la prueba definitiva para que podamos considerarle a la altura profesional de los más grandes. Ojala que así sea.

Principales novedades

De entre los más recientemente doctorados, punto y aparte merecen el huracanado artista Daniel Luque, el supercapaz Rubén Pinar y siempre templado Miguel Tendero. Tres que vienen a por todas con gran velocidad y ya están instalados en muchas ferias. Pero de entre esta juvenil terna de ilustres aspirantes a la primera fila, quien más está apostando es Daniel Luque. Mucho que decir lleva dentro este sevillano malencarado por su indisimulable hambre de triunfo y de llegar a lo más alto. Este año mata en Las Ventas una corrida de solitario el Domingo de Resurrección y en la Feria de Abril actuará mano a mano con Miguel Ángel Perera. No se lo pierdan porque en el duelo maestrante saltarán chispas. Como también en las corridas que se anuncian juntos José Tomás y Sebastián Castella, en Málaga y Madrid. Observamos también con la atención que merece al mejor torero que, más recientemente, nos vino de América, el colombiano Luís Bolívar, figura en su Colombia y en trance de serlo en Europa aunque, por ahora, le está costando lograr.

Guerreros, estilistas y eternos que no rompen

El Fundi continúa en el primer plano de los especialistas en corridas duras y, últimamente, también en las más gratas cada vez que pudo entrar en carteles de fuste. Dualidad que le ha llevado a redescubrirse y a querer ser otro torero del que siempre fue. En tal tesitura, el pasado año fue repetidamente herido en sus precipitadas y sucesivas reapariciones tras el grave percance de equitación que padeció. En esta clase de festejos duros, también sigue instalado el siempre espectacular, desenfadado y simpatiquísimo Juan José Padilla. Pero más temprano que tarde, ambos tendrán que dar su venia a Rafaelillo y a Diego Urdiales, este último, también destacado aspirante a tener mayores y mejores ocasiones. También habrá que tener en cuenta porque lo merece, al cordobés José Luís Moreno, a la vista de cómo en el opuesto plano artístico siguen dando paso al buen aunque irregular intérprete Curro Díaz, al genial aunque aún más desigualísimo Javier Conde y, al tardíamente renacido aunque ni de lejos capaz de hacer lo que hizo en sus primeros años, Julio Aparicio. Finalmente, incluyo a dos toreros que llevan mucho tiempo tratando de llegar arriba por su gran concepto del toreo y nunca terminan de romper, el ya veteranísimo Uceda Leal y el más joven Matías Tejela.

Reapariciones

Reaparecen este año, Jesulín de Ubrique y El Tato. El gaditano, figura con muchísima fuerza en sus mejores tiempos por su gran capacidad, resistencia y, sobre todo, por su sentido del temple – su mayor virtud -, a pesar de las derivas populistas que protagonizó y que, a medio plazo, tanto de perjudicaron como torero formal. Cuando volvió a los ruedos tras un gravísimo accidente de automóvil que le puso al borde de quedar inútil, lo hizo en plan serio sin que le reconocieran sus muchos seguidores de anteriores ocasiones. Otra vez retirado, regresa este año, supongo que para ganar lo que todavía pueda y, ya veremos, si en broma o en serio, que es lo que deseamos.

Y en cuanto a El Tato, le deseamos mucha suerte en su nueva andadura tras pasarlo mal como apoderado durante su primer retiro y aún peor por salud y en lo personal, ya todo superado. Siempre recordaremos su gran faena con un “Victorino” en Sevilla. Quizá la más redonda que nadie haya cuajado a un toro de esta ganadería.

Rejoneadores

No quiero omitir a los mejores del rejoneo. También en esta especialidad vivimos tiempos de gloria. Uno sobre todos y lleva muchos años sin que ningún otro jinete logre apearle del altísimo e histórico pedestal que ocupa: El navarro de Estella Pablo Hermoso de Mendoza. Hay un antes y un después de su irrupción en los ruedos. Ni siquiera el más reciente e importante contrincante que le ha salido al paso con indudable valor, excepcional caballista y entregadísimo aunque gestualmente abusivo y hasta zafio en no pocos ademanes que tanto prodiga llevado de su irrefrenable entusiasmo, Diego Ventura. Ganador de todo lo ganable, pero no tan elegante ni tan absolutamente magistral como Hermoso de Mendoza. Y junto a estos dos líderes, los varios que engrosan este tipo de corridas a caballo que a tanta gente concitan: Fermín Bohórquez y Antonio Domecq, herederos directos de la mejor tradición, escuela y clasicismo, sin omitir a los que también más destacan en el modernismo a caballo, los más jóvenes Sergio Galán, Andy Cartagena, Leonardo Hernández hijo y los portugueses Rui Fernandes y Joao Moura hijo, muchas tardes en compañía de su magistral padre que persiste en seguir activo pese al paso de los años.

Todos estos son lo que más van a torear y en los que se basarán los carteles de la mayoría de las grandes ferias de una temporada que empieza tras dos grandes polémicas. El intento de acabar con los toros en Cataluña y los por qué del inviable mano a mano entre Enrique Ponce y José Tomás.

LAS GANADERÍAS

Respecto a la situación que atraviesan las ganaderías más importantes tras una temporada muy baja en el rendimiento de la mayoría (demasiados toros sin apenas fuerza para aguantar un levísimo puyazo y muchísimos descastados cuando no rajados), el año pasado sobresalieron tres: Núñez del Cuvillo (Osborne-Domecq), El Pilar (Domecq) y Victoriano del Río (Domecq). La regularidad de estas tres ganaderías fue sobresaliente. Las restantes han padecido mayor o menor desigualdad de sus productos cuando no preocupantes bajas en casos importantes. No obstante, entre las más fiables de este grupo principal, cabe destacar las de Alcurrucén (Nuñez), Puerto de San Lorenzo (Atanasio), Las Ramblas (Domecq), Garcigrande-Domingo Hernández (Domecq), Hermanos García Jiménez (Murube-Domecq), Daniel Ruiz (Domecq) y El Ventorrillo (Domecq). Y con camadas más cortas, las de El Tajo y La Reina (Domecq), Baltasar Ibán (Contreras-Domeq), Ana Romero (Santa Coloma).

Muy a la baja aunque, como siempre, con muy buenos toros sueltos e incluso algún indulto, las de siempre más vendidas y apetecibles de la familia Domecq por originarias de este más que extendidísimo encaste, Jandilla, Juan Pedro y Zalduendo a más de las vacadas de Salvador Domecq, Marqués de Domecq, Martelilla y Torrealta. Hay muchas más de estas mismas procedencias, cada una con su particular fortuna.

Entre las llamadas toristas, se mantuvo arriba Fuente Ymbro (Jandilla) aunque no con tantos éxitos como venía consiguiendo su criador, Ricardo Gallardo; Torrestrella (Nuñez-Domecq), últimamente mejorada aunque incomprensiblemente rechazada por las figuras; en notable alza, la de Dolores Aguirre (Atanasio-Conde de la Corte); bajón de la más cara y famosa de todas, Victorino Martín (Saltillo-Albaserrada); corta y muy desigual la de Samuel Flores (Parladé- Gamero Cívico); e inevitable permanencia de la más temida, la mítica de Miura (Cabrera) gracias a la historia de este encaste único.

Como bien se puede comprobar, el predominio del encaste Domecq es absolutamente irrefutable pese a la altas y bajas de unos y otros. Habría que homenajear a quien creó y crió este encaste, Don Juan Pedro Domecq y Díez
(q. e. p. d.), origen de la mayor parte de las ganaderías actuales que más y mejor embisten y, por tanto, base de La Fiesta desde hace ya mucho años.


EL PROBLEMA CATALÁN

Aunque por escasa diferencia de votos, una vez admitida a trámite la moción contra La Fiesta en Cataluña que ya tuvo lugar en su Parlamento y a la espera del momento definitivo, los diputados a favor cuentan con mejores y mayores apoyos y argumentos que los contrarios. Va a contar mucho la enorme reacción mediática con repercusiones mundiales que surgió al conocerse la deriva que estaba tomando la disputa y el entusiasmo de los muchísimos profesionales taurinos que ya han mostrado sus opiniones favorables, así como las de diversos estamentos aglutinados con cuantos quieran defender el toreo. Las opiniones manifestadas con notable eco de los intelectuales de varias naciones europeas y americanas con los de Francia a la cabeza, también pesarán lo suyo aunque se echen en falta más nombres. Y, en definitiva, la imparable actividad de los que van defender la permanencia de la Fiesta en Cataluña en el pleno de su Cámara Parlamentaria, contrastará con el progresivo deterioro de la imagen de los que están en contra tras descubrirse, gracias a una encomiable investigación del portal mundoto.com”, que quien maneja a los políticos catalanes y a los antitaurinos que pretenden acabar con La Fiesta en su región es un argentino que desde hace años viene medrando y asesorando al respecto a los partidos y organizaciones antitaurinas de toda índole, por lo que obtiene ganancias millonarias, única y verdadera razón que le mueve en su torvo empeño. Y, últimamente, por la detención del miembro de una de estas organizaciones que ha resultado ser miembro de ETA y, para colmo, anda metido en el narcotráfico. Pero todo va a depender de lo que voten libremente los diputados de “Convergencia i Unió” con las consecuencias que para este partido pudiera tener un resultado contario a los toros, al fin y a la postre por exclusivas razones políticas del ultra-nacionalismo, actualmente en el poder junto a los socialistas pese a que, según dicen, votarán en bloque y a favor del toreo. Veremos.


EL “INVIABLE” MANO A MANO ENTRE PONCE Y TOMÁS


Los intereses y temores de ambos impiden que se celebre lo que todos los aficionados desean fervientemente se produzca. La condición que esgrime Enrique Ponce para llevarlo a cabo es que estos festejos tendrían que ser televisados en directo. Algo lógico en su caso porque resolvería el muy caro presupuesto que supondría la organización de tales eventos y, además, evitaría la posterior manipulación mediática de los resultados al ser vistos por millones de telespectadores en todo el mundo, mientras que José Tomás viene negándose cerrilmente a la presencia de las cámaras no solo por razones económicas que administran los empresarios y los canales que los emiten, sino para no desgastarse ni que sus escasas actuaciones puedan verse en detalle desde la frialdad que supone la retrasmisión en vivo y en directo, sin la ayuda ambiental que tanto pesa en sus corridas vistas exclusivamente por espectadores in-situ, con infinidad de partidarios incondicionalmente radicales a su favor, muchas veces en contra de sus alternantes y, no digamos, de Ponce. Se arguye que José Tomás manda mucho porque lleva más gente que los demás a las taquillas y, por tanto, impone las condiciones que le vienen en gana sin que las empresas ni la mayoría de la crítica se lo reprochen. Pero también se ha de reconocer que Ponce es el torero que más tiempo seguido lleva tirando del carro, resolviendo infinidad de problemas a todas las empresas y dando categoría a todas las plazas del mundo, dejadose televisar en centenares de festejos sin plantear ningún conflicto - lo que no le ha perjudicado lo más mínimo como torero sino todo lo contario. Su impar carrera profesional y su permanente sentido de la responsabilidad merecen todo el respeto del mundo. Por estricto sentido de la dignidad también tiene derecho a exigir y hay que pagarlo.

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