lunes, 19 de julio de 2010

Toreros periodistas en sanfermines / Por Ricardo Díaz-Manresa

David Casas, Manuel Molés, Manuel Caballero,
Emilio Muñoz y Víctor Santamaría


Toreros periodistas en sanfermines

- Los eligen como comentaristas y, aunque no sirven, los quieren hacer periodistas. Esta es la ensalada de una profesión que está desapareciendo. Y después, el negocio de las retransmisiones es el negocio y todo queda supeditado a que sea lo más grande posible.Toreros periodistas en sanfermines -
por Ricardo Díaz-Manresa
Hasta que empezó la ensalada, había toreros, periodistas, periodistas-comentaristas y toreros-comentaristas. Queda al margen el desaparecido Juan Posada, que primero fue torero, buen torero, y después periodista, buen crítico tras pasar por la correspondiente Facultad, que es lo que tendría que hacer los que quisieran dedicarse a este oficio o profesión. Posada dio el ejemplo : primero fue torero, nada más y, después, crítico de toros, nada más. No hubo mezcla. Su saber torero, naturalmente, lo aplicó a su quehacer de cronista taurino profesional.
Ahora ya no, ahora todo ha cambiado, ahora todos los españoles pueden ejercer la actividad de informadores incluso siendo analfabetos. Hasta el punto de que insisto en mis charlas que, para mí, San Francisco de Sales, Patrón de los Periodistas, es también para mí Copatrón de España porque todos los españoles, aunque no quieran, pueden ser y ejercer como periodistas.
Viene esto a cuento una vez más tras los últimos sanfermines, en los cuales, el bigotes quiso elevar a la categoría de periodistas, de presentadores o de no sé qué a sus ínclitos Muñoz y Caballero. No tienen bastante con ser lo que son como comentaristas. Los puso a hacer reportajes, o algo así, bajo la manita de David Casas.
El primero de los cuales es un comentarista entre mediocre y sincero, sin voz adecuada y que parece que está comiendo papas cuando habla, y el segundo simplemente malo, que sólo dice lugares comunes o abiertamente triunfalistas y claramente perniciosos para el espectáculo. Y, como es lógico, profundamente toreristas ambos. Es lógico pero en la información sobran los fervores del corporativismo.
A Muñoz y a Caballero –además- nos los quiere vender como a dos figuras y de eso nada. Muñoz se convirtió en un buen torero que durante años alternó con las figuras, que sus variadas actuaciones en Madrid fueron penosas y que tuvo en su carrera momentos fulgurantes y muy felices. Reconoce abiertamente, y eso le honra, su fragilidad y escaso valor. Yo lo respeté siempre mucho como torero.
En cuanto a Caballero, empezó muy bien su carrera novilleril y parecía sonreírle un muy buen futuro, que se le quebró al poco tiempo y se retiró. Tuvo los arrestos para reaparecer y hacerse un sitio otra vez, pero de relleno. Los Lozano, lo ponían en Las Ventas, en su última etapa tres o cuatro veces cada temporada y era un muermo en todas las ocasiones.En realidad, que lección de afición les da Antoñete, que se ve que sufre por tener la edad que tiene y no poder torear, mientras a los otros dos, jóvenes, cada vez que les sugieren reaparición es como si les mentaran la bicha.
Los dos, sin saber por qué, fueron elegidos como comentaristas, quizá por las buenas, muy buenas, relaciones que tenían con su ahora mentor cuando ellos se jugaban la vida y el otro se pasaba la vida jugando a informador. Se les ve a gusto.
Ahora, los quiere enseñar a ser periodistas. En realidad, le importa un pito porque él llegó a este oficio o profesión para servirse de ella no para servirla. Y como es habilísimo y audaz además de otras cosas –supongo- lo consiguió y se mantiene. Y así estamos. Aguantando y aguantándolo. Como se ve, respeta poco una profesión que está en vías de morirse.
Lo de los toreros comentaristas empezó, o fue uno de los primeros, con Antonio Bienvenida escribiendo como crítico en el semanario Blanco y Negro. No cuajó porque era imposible. Imposibles fueron y son los escarceos de Rafael Peralta, Andrés Vázquez, Joaquín Bernadó, Cristina Sánchez etc con la excepción de Roberto Domínguez que lo hacía bien formalmente, con desparpajo, autoridad y buena dicción, pero cuando hablaba parecía que detrás del micro había una persona vestida de luces, lo que es normal.
Para desgracia de la profesión de periodista, que está desapareciendo a toda velocidad, pasa y, no sé si peor, en todas las especialidades. Ahí tienen el Mundial y nadie ha hecho una crítica de verdad contra Florentino y Valdano, los verdaderos vencedores y responsables del gran triunfo. Florentimo y Valdao, como les llaman, hicieron héroe a Del Bosque después de echarlo a patadas del Madrid y a Robben y Sneijder, medio regalados porque tenían a otros mejores… Triunfadores en sus Ligas, en las Copas de Europa y en el Mundial mientras los Cristianos , Kakás , Benzemas y demás camiseteros vagan como alma en pena… La primera etapa de la parejita fue nefasta – Floren huyó como un gamo tras hacer las torres en la Ciudad Deportiva- y la segunda lleva camino de ser peor, tras ser recibido como héroe. Este pueblo español…. Mientras, los informadores, o lo que sean, chitón.
Bueno, de verdad, de verdad, poca culpa tienen Muñoz y Caballero. El campo está acotado. Primero, la empresa correspondiente hace la feria, que la empresa Canal tiene contratada, sea como sea. Segundo, se ven locos para publicitarla y ganar abonados (como la horrorosa Pamplona 2010). Tercero, tienen que mentir y decir que es buena para poder vender el producto. Cuarto, cuando el producto está en el ruedo deben taparlo. Son absolutamente partidarios de conceder las orejas que no se han concedido –y se cabrean- y dicen poco de las regaladas. Quinto, cuando llevan a socios o colaboradores del negocio a “entrevistarlos” pues todo es ji-ji y jo-jo. Es lo suyo. Sexto, las “entrevistas” a los toreros en el callejón –actores del negocio taurino-televisivo- son de guante blanco : diga usted lo que quiera. Y séptimo, colocan en el palco de invitados –cada vez más- a toreros compañeros, que han toreado el día antes o lo harán el después y, claro, todo ha sido maravilloso o han tenido siempre culpa los toros. También es habitual que otros profesionales, a los que no conoce ni su padre, se muestren entusiastas con lo que han visto. Qué van a decir los pobres… O coba o exilio.
Este es el panorama en la única tv en la que podemos ver toros en directo. Hay más. Algún día lo añadiremos.

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