martes, 20 de julio de 2010

Parálisis en el Valle de los Caídos

Estado actual de La Piedad
Foto: Ernesto Agudo




Patrimonio Nacional no explica las razones, mientras el Valle está cerrado, parcialmente, a las visitas turísticas

Carlota Fominaya / ABC
Madrid, 20 de Julio de 2010.-La anunciada y polémica restauración del conjunto escultórico de La Piedad en el Valle de los Caídos se encuentra paralizada por completo. El proceso de desmontaje de la obra de Juan de Ávalos, que Patrimonio Nacional comenzó a finales de abril y que iba a durar, aproximadamente, 20 días, está en dique seco. Los técnicos sólo han colocado un pequeño andamiaje y han retirado el manto superior a la Virgen, dejando la figura en una situación de vulnerabilidad ante posibles lluvias y cambios de temperatura. Portavoces del organismo público no dan explicaciones sobre la parálisis del desmontaje, al tiempo que tampoco desmienten su evidente paralización.

Patrimonio Nacional anunció en marzo la retirada y desmontaje de la monumental estatua del frontispicio de la Basílica de Cuelgamuros, en el Valle de los Caídos, para proceder a los trabajos de rehabilitación. Alegaban que así lo aconsejaban sus informes técnicos para frenar su deterioro. La decisión no agradó entonces a la Fundación Juan de Ávalos, encargada de la conservación, mantenimiento y difusión del legado del escultor, que aprobaba la rehabilitación de la obra siempre y cuando se realizase «in situ». Su presidente, Juan de Ávalos, hijo del escultor, no comprendía la necesidad técnica de su «casi imposible desmontaje sin daños» y advertía de los «peligros de colapso y destrucción» que suponía el traslado de la citada pieza. «Una consecuencia del desmontaje podría ser la posibilidad de pérdida irrecuperable de la obra», dijo. El conjunto está formado por 151 bloques de piedra, pesa entre 120 y 150 toneladas, mide 6 metros de altura, 9 de ancho y 3 de fondo.

La decisión tomada por Patrimonio Nacional también tuvo otra consecuencia: el cierre a las visitas turísticas al conjunto del Valle de los Caídos. Desde el 7 de abril sólo se permite el acceso a las personas que se dirijan a la hospedería o para asistir a las misas de la comunidad religiosa (es necesario llegar antes de las 10.45 horas). El acceso a la basílica se efectúa a través de la abadía, «permaneciendo cerrado el acceso por la puerta principal de la basílica», según indica la web de Patrimonio Nacional. La Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos interpuso el 28 de marzo un contencioso administrativo contra el cierre parcial del recinto, que todavía no ha sido resuelto.
El «plan B»
Los técnicos de Patrimonio pretendían finalizar las labores de desmontaje bloque a bloque, tras un completo estudio fotográfico, en un plazo no superior a 20 días. Su intención era que las piezas se depositaran en un taller ubicado en la zona de la antigua cafetería del recinto monástico, para su posterior estudio y análisis. Después, llegaría la restauración.

La determinación era tal, que Patrimonio convocó el 26 de abril a los medios de comunicación a los pies de la figura. En ese acto, el jefe del departamento de Restauración del organismo público, Ángel Balao, explicó a pie de obra en qué iban a consistir los trabajos. Tras el desmontaje de la pieza se trataba de realizar una serie de pruebas con las que encontrar una técnica individualizada que garantizase el «estrés térmico» de la escultura. Después del estudio, se volvería a ensamblar la obra con fijaciones, y no mediante adherencia. Además, se sellarían todas las juntas por las que pudiese seguir entrando agua, nieve y suciedad que contribuyesen al deterioro de la obra, realizada en piedra de Calatorao. En aquel momento, Balao llegó a reconocer lo que muchos se temían: «Si no se recupera el conjunto escultórico, se colocará en su lugar una reproducción y el original permanecerá en un interior de la Basílica».

Además de explicar a los medios el «plan B», el jefe del departamento de Restauración de Patrimonio corrigió y amplió entonces las primeras previsiones dadas por el organismo de los plazos de trabajos. «En restauración tenemos la suerte de poder trabajar a demanda, conforme la pieza lo va indicando. Hay planificación, pero depende de lo que se encuentre en la piedra. Es posible que el desmontaje dure de uno a dos meses. A partir de ahí, no habría problema en abrir la puerta principal del templo».

Hoy, casi tres meses después, nada parece moverse en la zona, pero las instalaciones del Valle de los Caídos permanecen cerradas al público con el objetivo de evitar «futuros accidentes que pudieran ser fatales».

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