lunes, 2 de noviembre de 2009

VENEZUELA: LA TOTUMOCRACIA / por Fortunato González

LA TOTUMOCRACIA

Fortunato González Cruz (1)

Por la calle real
Diario Frontera
Mérida-Venezuela 2/Noviembre/2009
No por jocoso deja de ser importante el discurso del baño comunista de los tres minutos pronunciado por el presidente Chávez; es más, es una de las intervenciones claves para comprender al personaje y a la revolución bolivariana.
El contexto es el palacio de Miraflores en sesión del Consejo de Ministros y transmisión mediática, con una crisis de energía eléctrica nacional causada por 10 años sin inversiones en generación ni en mantenimiento, crisis en el suministro de agua potable debido a la falta de energía eléctrica, al deterioro del ambiente y a la ausencia de inversiones en embalses y acueductos; además, el gravísimo estado de otros servicios claves como la salud y la seguridad ciudadana, un pésimo manejo de la economía y otros males que sería largo enumerar.

El presidente dijo: “…tres minutos es más que suficiente, tres minutos he contado yo y no quedo hediondo, se los garantizo: un minuto inicial, uno de jabón y uno para quitárselo. Es más, uno se puede bañar con un potecito de agua, una totumita y se hace sabroso…No estamos en tiempo de bañera ni jacuzzi… ¿Qué comunismo es ese?”
Mientras el Presidente, con tonillo cubano, decía estas cosas, los ministros reían y aplaudían. La frase es una cantera inagotable de ideas. Revela un pensamiento cínico, irresponsable y anacrónico. Cínico porque él dispone de la asignación para gastos personales más altos de la historia de Venezuela. 1.545 millones de dólares para 2010, superior a los ministerios de Alimentación, Agricultura y Tierras, Industrias Básicas y Minería, y la Cancillería. ¡Quinientos millones de bolívares en productos de tocador!
Viaja en uno de los aviones más lujosos de la flota de jefes de Estado, se hospeda en los mejores y más caros hoteles, sus ministros y sus amigos gozan de los privilegios más costosos.
Es irresponsable porque rehúye su obligación de asegurar el buen funcionamiento de los servicios, máxime cuando los ha concentrado en sus manos. Anacrónico porque en el siglo XXI nadie y mucho menos un Jefe de Estado puede hacer semejantes recomendaciones ni en chiste.
¡Volver al siglo XIX! Todo porque se empeña en montar una revolución que no es otra cosa que una gigantesca acumulación de poder y de riqueza por una élite malandrosa y bandolera sin importarle dejar el país es la ruina.

La Constitución Bolivariana establece en el artículo 3 como fines del Estado, entre otros, el bienestar y la prosperidad.
Que si en la atávica Sabaneta de principios de siglo se bañaba la familia Chávez con totuma, gracias a 40 años de democracia hoy es posible que la mayoría pueda hacerlo bajo regadera, prosperidad que ahora está comprometida porque el jefe del Estado y su equipo no pueden superar la mentalidad política primitiva, el regreso al conuco, al socialismo comunista de aquellos años de la Venezuela palúdica, analfabeta, caudillista y clasista, con un pueblo sediento y unas élites bañándose con champaña en bañeras de oro, como ahora lo hace la boliburguesía.
Lo suyo es una propuesta de retroceso que es lo que ha experimentado Venezuela en estos 10 años.

El discurso pone al descubierto las intenciones de ir por derecho al comunismo, que ya no es el diablo que asusta sino la amenaza armada que domina el poder en Venezuela.
Es una mezcla peor que la que le costó a la humanidad millones de muertos, cientos de millones de personas sometidas a la esclavitud, generaciones perdidas, un siglo XX que dejó dolorosas lecciones en la Alemania Nacional Socialista y los pueblos que doblegó, en la Rusia comunista y las naciones que sometió por 40 años, en la China que se mueve dentro de una economía de capitalismo salvaje y un sistema político de comunismo más salvaje aún, en una Corea del Norte donde gobierna una cosa parecida al hombre de las cavernas.
El modelo bolivariano quiere parecerse al libio, un esperpento medioeval, al fundamentalismo islámico y al tribalismo de Mugabe.

Este discurso lo redondeó en la semana siguiente cuando recomendó a los centros comerciales adquirir generadores eléctricos, es decir, la privatización del servicio eléctrico por los que pueden, y los demás que se defiendan con el pésimo servicio “bolivariano” o se alumbre con velas.
Aplíquese este discurso a la salud, a la seguridad ciudadana, a la seguridad social, a la vivienda y a cualquiera de las demás competencias públicas. Así se completa el cuadro explicativo del desastre nacional causado por la totumocracia, la versión vernácula del socialismo del siglo XXI.

(1) Fortunato González Cruz es Catedrático de Derecho de la U.L.A. de Mérida, Director del C.I.E.P.R.O.L, y Director de la Cátedra de Tauromaquia "G.Briceño Ferrigni" de la U.L.A.
Ver Video de la Totumita: http://www.wikio.es/video/1857723

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