jueves, 12 de agosto de 2010

Cuando no hay lo que tiene que haber

Franco junto a Manolete, Ángel L. Bienvenida,
Álvaro Domecq, Luis G. "El Estudiante
Plaza de Las Ventas, corrida de la Beneficencia en 1944.

Cuando no hay lo que tiene que haber
Por aldanum
No es que en Cataluña hayan prohibido los toros, que también, es que tienen prohibida España. En todo esto de la prohibición catalana de la tauromaquia los antitaurinos han adquirido titulo de cooperantes del separatismo, para que los animales no sufran hacen de palanganeros del separatismo, de los que odian a España. Si los antitaurinos eran muy raros tirando a más bien tontos ahora son ya de los malos, sin dejar de ser ni raros ni tontos.

Pero tontos hay también en el otro bando “hay pa jartarse, maestro”, que es lo que contestó a Rafael de Paula un subalterno una tarde en la Maestranza que andaba algo mosca el diestro gitano porque el astado no acababa de salir y llevaba el portón abierto un minuto interminable que le hizo preguntar en voz alta “pero hay o no hay toro”.
La argumentación de la libertad, la democracia y la tolerancia les ha servido para menos que poco y han quedado además ridículos y eso cuando se trata del arte de Pedro Romero es imperdonable, incluido paseíllos con barretina y señeras por doquier para ganarse la legitimidad catalanista. Hubo un dirigente creo de no se que asociación taurina que declaró en público que era defensor del la fiesta pero que también participó en la manifestación nacionalista en defensa del estatuto, pues que le aproveche.

Ha surgido, como no, la consabida alusión al franquismo, ahora para señalar que esta prohibición es como la de la dictadura. Supongo que esgrimieron esta comparación como prueba indiscutible de lo desacertado de la ley antitaurina; lástima que sea mentira porque Franco no prohibió los toros.
Franco lo que si prohibió fue el separatismo, el nacionalismo vasco y el catalán, al PSOE y a la Esquerra Republicana, con Franco estarían prohibidos Montilla y Carod Rovira y desde luego Zapatero.
Franco iba todos los años a las Ventas a presidir la corrida de la Beneficencia, no iba de militar sino de paisano, no se fumaba un puro porque no fumaba y no necesitaba vaciar la plaza ni llevar un batallón de escolta que le protegiera de la ira del pueblo sojuzgado porque ni el pueblo estaba sojuzgado ni había otra previsión de reacción popular que no fuera la devoción al Caudillo.

Esta foto es precisamente del año 1944, Franco vestido de traje gris entre toreros escucha atentamente las explicaciones de Ángel Luis Bienvenida, junto a Manolete en primer plano y Alvaro Domecq con traje campero flanqueado por el Estudiante. Buen cartel, si señor. Pues eso, que vivan los toros y los toreros y las hembras con mantilla y con tronío que van a la plaza y la orquesta que toca el pasodoble y los alguacilillos vestidos de negro y el tiro de mulillas con campanillas y banderitas de España y sobre todo, ¡Viva Franco!.
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