sábado, 12 de junio de 2010

PINTORES TAURINOS: PANCHO FLORES / Por Tercio de Pinceles

Pancho Flores, diciembre 1981.

“Un día, vi salir a hombros a Calesero y Procuna del Toreo. El sol se ponía y sus ternos tenían mil tonalidades que contrastaban con la masa informe que les llevaba en vilo. Siempre quise pintar ese cuadro. Y no me he decidido a comenzarlo, ¿sabes por qué?. Quizá no está ya fresco en mi memoria. Por eso digo que me gusta llevar expresiones ‘en vivo’ a mis telas…”
Hasta la llegada de Carlos Ruano Llopis a México, la pintura taurina en ese país carecía de tradición. De hecho, el gran artista levantino dio pie a la escuela mexicana. Fue a raíz de un encuentro con el genio valenciano cuando Francisco (Pancho) Flores (México, 1919 – 1984), se animó a dedicarse de lleno a la pintura.


Antes, aquel joven autodidacta y romántico en el concepto de su obra, dibujaba historietas y esbozaba maravillosos apuntes del natural. Su extraordinario dibujo, sin endurecer el movimiento de los lances como si estuvieran vivos toro y torero, dio paso a un estilo en el que daba muestras de no contentarse con plasmar figuras en el lienzo. Trataba de dar la mayor expresividad al rostro de los toreros una vez había llegado a sus almas como artistas.


- Capetillo -

La pintura taurina de Pancho Flores cumple a la perfección con aquella máxima de parecer hecha rápidamente sin congelar el movimiento. Algo que le hace un gran desconocido entre los más grandes.

(Imágenes tomadas del libro "La tauromaquia de Pancho Flores",
de Javier Ochoa).

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