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domingo, 17 de octubre de 2010

Zaragoza: Partido de Resina, toros para toreros / Por Juan Lamarca


Plaza de Toros de la Misericordia de Zaragoza
Feria del Pilar 2010




 Toros de Partido de Resina 
Juan José Padilla
ovación y silencio tras un aviso 
Alberto Álvarez,
oreja tras un aviso y saludos 
I
ván Fandiño

saludos y silencio



Zaragoza: 

Partido de Resina, toros para toreros


Juan Lamarca

Domingo, 17 de Octubre de 2010
Ayer en el coso de la Misericordia nadie se acordaba de la ministra ni del ministro, bueno algunos sí, y de su familia también, quizás los pobrecitos del exilio catalán, los que tienen que ir peregrinando de plaza en plaza porque en una parte del territorio español han perpetrado otra fechoría como es la de prohibir los toros. Y los vieron, vaya si los vieron, toros como Dios manda, los antiguos pabloromeros que siguen pastando donde solían, en su Partido de Resina, bajo el mimo de un mayoral dinástico como Manolo Muñoz, el veterinario José Luis Algora, y el celoso empeño de la familia ganadera titular a la que únicamente los buenos aficionados agradecerán el esfuerzo empleado para la conservación de un patrimonio genético único de la cabaña brava.

En esta hora del acoso y derribo de la fiesta brava, cuando el apoyo y valoración del toro encastado e íntegro –sin los cuernos cortados, vamos-, es más necesario por suponer un puntal fundamental para lo esencial de la buena lidia y de la pervivencia de la corrida, es cuando vuelven a escarbar los conocidos pesebreros y matildonas, -el tiempo no pasa por las matildes-, en alianzas cibernéticas entre iletrados mostrencos sebosos, tocados con la guinda roja, naturalmente, de mundanos engañalosas víctimas de la carcoma moral inmersa en la nostalgia chekista.

En Zaragoza nadie reivindicó eso de los toros a cultura, los toros estaban allí hermosos, con cuajo y arboladura, con exuberante trapío, y los toreros….¡en toreros! frente a ellos sin chillar eso de ¡ya somos artistas! y no precisamente como Cúchares.

Fue la de Partido de Resina una corrida desbordante de romana, seria y desigual de hechuras aunque en el tipo de la casa, pero cuatro ejemplares fueron aplaudidos a la salida de chiqueros; seis toros de comportamiento distinto pero otros tres ovacionados en el arrastre. Allí no se aburrió nadie, allí no se vieron embestidas dóciles y previsibles de toros artistas, ni los espadas tuvieron tiempo para soñar el toreo; únicamente tenían que enfrentarse al TORO, al bueno, al malo y al regular, pero  haciendo honor al nombre que lleva su profesión, cuya sola invocación despertaba el asombro y respeto de todos ¡TORERO! Si Luis Miguel le hubiera dicho a Ava ¡soy artista….! a lo mejor no se hubiera comido ni una rosca.

Pues nada, que no hay quien pueda con esta localizada piara del puchero tomatero, relojero y otras hierbas, y hay que arremeter contra toda ganadería digna enjuiciándola con los mismos parámetros que aquellas otras que son un sucedáneo del toro de lidia, que están echando a los públicos de las plazas, y arruinando el espectáculo de la corrida.

Difícil habrá sido ver en toda la temporada española un toro como el primer pabloromero. Su monumental y bella estampa irrumpió sobre el albero como un estallido luminoso que recorrió el albero mostrándose orgulloso ante la ovación del público agradecido.
Acudió pronto a los capotes y Juan José Padilla lo aprovechó por ambos lados con repetidos lances a la verónica. En banderillas galopó al encuentro del jerezano persiguiéndolo hasta que tomaba el olivo. Tampoco estos bichos reciben la misma lidia que los toreros artistas aplican a los toros artistas. Ayer como los toros no “dejaban estar” y los diestros no estaban “mu agusto”, pues había que salvar el pellejo frente a su imponente fachada. Así que la lidia de este primero y casi todos los demás en el primer tercio discurrió desmesurada y a la defensiva.

Al Ciclón de Jerez se le va notando su larga y dura batalla frente al toro. Su tesón frente a la bravura de este gran ejemplar no fructificó ante la extraordinaria embestida a la muleta, especialmente sobre el pitón izquierdo que fue de taco. En el otro de su lote, cuarto de la tarde, de semejante trapío aunque con menos cara, anduvo afanoso con un toro a menos.

El lote se lo llevó el local Alberto Álvarez. El segundo de la tarde, paletón de cuerna, mostró su alegre tranco de salida y con su prontitud a los capotes afloraba ya su condición de toro bravo que mantuvo hasta su muerte. Muchos pases se llevó de este burel, con repetidas series por ambas manos bien ligadas por el de Ejea de los Caballeros, y con los consiguientes altibajos de este valiente mañico con la ilusión tan inmensa como escaso es su bagaje, y así no pudo redondear.

En el quinto la emoción subió de tono con otro bravo partidoderesina, espectacular en varas y al que le dieron de lo lindo –como a toda la corrida-. La entrega y el valor  de Álvarez no consiguió, ayuno de técnica apropiada, conducir limpias las embestidas de este encastado contrincante que fue desarrollando brusquedad y peligro, pero ahí estuvo la pelea emocionante entre la gallardía de un torero con limitaciones y la fiereza de un toro. Los paisanos, agradecidos por el arrojo del espada ante lo que tenía delante, le premiaron con una oreja. Ni torito artista, ni torero artista, sino un hombre y un toro frente a frente.

La suerte no estuvo de lado de Iván Fandiño, y su lote deslucido poco aportó para el lucimiento del torero vasco. El tercero con poca fuerza, corta y geniuda embestida desatendía una y otra vez los toques de la franela, y el sexto, el de menos presencia de la corrida que para sí quisiera algunos de los célebres indultados, rebrincao y sin pasar, sobre todo acusando el violento testarazo que propinó en banderillas a un burladero, y del que no se repuso. En ambos la emoción no falto por la decidida porfía de Fandiño.

El público salió contento, los de Barcelona no perdieron el viaje, ni tampoco los aficionados de otros puntos de España que acuden puntuales a estas citas con el toro, y si es en Zaragoza pues mucho mejor, ya que así pueden cumplir con otra cita obligada para orar a la Virgen del Pilar por la Fiesta y por España…..que falta les hace el manto protector de Nuestra Señora.




Padilla iniciando la faena del primero

domingo, 13 de diciembre de 2009

LA EVOLUCIÓN: DE TONTO A LISTO / Por Juan Lamarca

El Sr. Zabala de la Serna
entre el Sr. Faustino, a) El Rosco, y otro

La evolución: De tonto a listo


Juan Lamarca

Del toro al infinito Blogspot
Madrid 14 de Diciembre de 2009

Zabala, ¡tooontooooooo!

Este ha sido el grito de mofa coreado en la plaza de Las Ventas por los espectadores del tristemente famoso Tendido 7 de Madrid contra Zabala de la Serna.

El mérito no ha sido suyo, también es heredado de su padre Don Vicente, que en gloria esté, al igual que el de sucederle, a su muerte, en su tribuna taurina de ABC.

El agravio constante recibido, y otros escarnios, no han sido obstáculo para acabar en brazos de los enemigos de su progenitor contra los que ferozmente luchó en nombre de su propia dignidad y la de su familia, incluido el vástago evolucionado a listo.

La Asociación “El Toro de Madrid”, entiéndase Tendido 7, - lo borroko en la plaza y lo cultural fuera de ella, algo así como el proceder de Catherine Deneuve en la surrealista “Belle de Jour” del payo Buñuel- ha engullido a su otrora tonto objetivo para que les entretenga con calculados amagos de crítica a la empresa venteña “Taurodelta”, disipadores de cualquier suspicacia que despierte la posición del actual listo Zabala de la Serna, flamante Premio Taurodelta al periodismo taurino – 5.000 del ala-, y director del Seminario Taurino “Taurodelta” que se celebra en el Aula Cultural de Las Ventas del Espíritu Santo ¡ Ave María Purísima!

No se queda corto el listo, no. Ha inventado un frente nuevo “contra la empresa”, un leitmotiv fundamental para las aspiraciones del abonado: “El Batán es nuestro”.

Ha puesto a lo que queda de España en pie de guerra contra la empresa que le premia. No hay inquietud más candente ni necesidad más acuciante que la reapertura de la Venta del Batán para la Feria de “San Isidro”.

La Naturaleza es admirable, sí señor. Es de alabar el paso de conductas enfrentadas al fraternal abrazo, aunque este sea hipócrita –¿quién se va a percatar de ello?-, diálogo y consenso deben presidir los actos de todo buen demócrata ibérico; es el fruto de la ejemplar filosofía zapateril, que igual da montárselo con una boina que con un turbante.

No importa que los ataques a Don Vicente, que en gloria esté, por parte de conocidos elementos del “7”, despertaran la ira del buen hijo para llegar a la agresión física contra uno de sus chillones cabecillas, motivando la inicial intervención policial y posterior resolución de los tribunales de justicia, eso sí, pidiendo socorro a amigos de su padre para recibir “apoyo” y asistencia letrada oportuna.

Todo muy ventajoso por cierto. ¿No sería este el inicial eslabón determinante del proceso evolutivo de tonto a listo?

No se sabría, pero su sorprendente devenir sí que se conoce. De estupor resultaría su alianza con aquellos que amargaron los últimos años de vida a su padre Don Vicente, que en gloria esté, cuando abanderó con la Asociación “El Toro de Madrid” desde las páginas del diario más prestigioso ABC, la campaña contra la empresa de la Plaza de Toros de Las Ventas “Taurodelta” denunciando ante la C.A.M. supuestos incumplimientos del pliego de condiciones, ¡¡ 107 ¡!!; ni uno, ni dos, ni tres…. ¡¡¡ 107 !!! ¿por qué?

La burda estrategia no prosperó ante el Consejo taurino, pero si surtió el efecto perseguido de descrédito de los empresarios.

Y ahora le premian ¿Por qué?

Pelillos a la mar, la evolución se reafirma –qué maravilla- y las críticas contra la empresa desaparecen y se materializan en el bueno de Florito, haciéndole responsable de los “desafueros” de “Taurodelta”.

Al mayoral y veedor de la empresa lo pone en la picota en sus crónicas isidriles, sumiéndolo con su familia en la más triste congoja.

Sus abrazos con los antiguos enemigos, nada tienen que ver con la independencia y dignidad de las que presume, y que quedan muy por debajo de la línea que dibuja el arrastrado deslizamiento de las glándulas mamarias de una lagarta.

El respeto que nos merecemos los lectores del diario ABC, parece ser relegado en pro de tendencias personales, siendo “vox populi” la decepcionante impresión que produce la sección taurina que dirige, que más recuerda a la portavocía de algún torero de moda de “pétrea deidad”, que a la exigible información que obliga la deontología profesional.

Qué lejos queda ya aquel tonto entrañable, su evolución ha alcanzado tan avanzadísima fase que se ha pasado de listo.

Conociéndosele como se le conoce ya, no es fácil llegar a las razones o causas que han originado su sospechoso camino de Damasco, pero ¿podrían estar algunas de ellas en Ecuador?

Es posible que, como consecuencia de intensa vinculación al maravilloso país andino, la profunda huella grabada en su alma, trás la única y bien aprovechada visita efectuada, y que le ha granjeado - así lo manifiesta él mismo- hermanos varios, algún primo que otro, amigos para siempre, y ahijados, literarios en este caso, no como “El Cordobés” que apadrinó a una legión de ellos, le haya impregnado del “Efecto Darwin” anidado en las ecuatorianas Islas de Galápagos –solo faltaba este nombrecito-.

El espíritu darwiniano que flota entre la fauna y flora de este famoso archipiélago, resultante del estudio científico de Charles Darwin sobre plantas, aves y mamíferos que existen allá, desterró el soplo divino como origen de la creación animal para atribuirlo a causas de evolución natural de las especies.

¿Hasta qué punto la teoría de Darwin sería a aplicable a una persona en su paso de tonto a listo?

¿Se conocen causas o motivaciones naturales en este caso?

Fuera pensamiento maliciosos. Hay que confiar en la conducta movida por noble afán, lejos de intereses personales y dirigida al logro de los objetivos más legítimos. El diálogo, besos y abrazos, y el socorrido “me alegro verte”, no ha de descartarse para el logro del buen entendimiento entre personas.

Así que felicitémonos todos. Primero al listo por dejar el papel de tonto; segundo a la Asociación del Toro de Madrid, y a la empresa “Taurodelta” por ejercer de listos, como es natural, para conseguir tan interesante fichaje.

¡Hombre! No es Cristiano…..pero sí parece un buen Beréber, que es lo que cotiza en este próspero ambiente de Alianza de Civiliazaciones.

Ay si su padre, que en gloria esté, levantara la cabeza.

El cuarto mandamiento ordena “ honrar a tu padre y a tu madre”, a los dos, a los dos.


Esquema de la evolución de los pinzones de Darwin

Aspecto que presenta el Sr.Zabala de la Serna

en la portada de su blogspot



viernes, 20 de noviembre de 2009

SOLDADITO ESPAÑOL / Por Juan Lamarca

Manolo Bienvenida
Octubre de 1936: Real Mestranza de Sevilla- Magna Corrida Patriótica
SOLDADITO ESPAÑOL

Por Juan Lamarca

"..Padre, qué importa que nuestra familia esté peligro, cuando lo que está en juego es la vida de España..."
Así se explicaba el soldado Manolito Bienvenida ante Manuel Mejías Rapela, el Papa Negro.
Manuel Mejías Bienvenida ocupaba el trono del toreo aquel año de 1936, cuando el vil asesinato de Calvo-Sotelo descarga el toque de clarín que espolea a la razón frente a la barbarie, y la patria se divide en dos un 18 de Julio.
Manolo venía de cortar un rabo en Sevilla y dos en Madrid, además de rabo y pata bajo el capotillo de San Fermín, cuando la temporada española se trunca, toreando su última corrida de la España unida en El Ferrol, obteniendo los máximos trofeos.
Era este Bienvenida un héroe del toreo, y así comenzó a forjar su leyenda como héroe de la patria.

Suspendida su corrida en Córdoba por causa del Alzamiento Nacional, marcha al día siguiente a Madrid para unirse a su familia, pero allí todo es horror y terror, como cuenta la biógrafa de la dinastía, María de la Hiz: “Le persiguen como a un conejo”.–Esta noche vendrán a buscarte para darte el paseo –le informan confidencialmente.
Llama al Ministro de Gobernación, pero ya nadie controla nada, y tiene que ocultarse en una casa segura hasta que puede huir a Francia, y desde allí, a Burgos, donde se incorpora al Ejército Nacional ya en Octubre.
El soldadito Manolo Mejías Bienvenida torea en la liberada Sevilla una magna corrida patriótica “A beneficio de la ropa del soldado”, presidida por el general Queipo de Llano, al que le dirige un encendido y vibrante brindis ante un público enfervorizado.
Sobre el fondo bermellón de su muleta apareció un nevado VIVA ESPAÑA, tal que un banderín de enganche de sentimientos patrios. 
Por la noche, a través de las habituales y nada discretas arengas radiofónicas del general, el gesto del mayor de los Bienvenida anidó en el recuerdo de unos y azuzó el rencor de otros.
Manolo se enrola en el frente más activo y peligroso, el del Jarama, demostrando también aquí su valor y su casta, siempre de pie ante el toro de la guerra.–Mientras un hombre quede en pie, un Bienvenida no se tira al suelo –dice el general Sotelo, quien tuvo que arrestarlo en algunas ocasiones para que no se expusiera tanto. ¡Genio y figura!
Con su arrojo, a Manolito le invadía la tristeza: su madre y sus hermanos se hallaban presos por los rojos. Antes, su padre y su hermano Antonio habían logrado huir a Orán alegando que iban a torear a aquella plaza argelina; el esportón con los trajes y el fundón de los estoques que portaban fueron decisivos en la aduana para que la argucia tuviera éxito.
Doña Carmen Jiménez, esposa del Papa Negro, pone en marcha el plan acordado para reunirse con su marido. Llega al puerto de Alicante, con sus niños Ángel Luis, Juanito y Carmen Pilar, y cuando se disponen a pasar el control de viajeros y recorrer la pasarela de embarque son reconocidos por un miliciano iracundo que grita: “¡Estos son de la familia del Bienvenida que toreó en Sevilla!”
Inmediatamente fueron detenidos e ingresados en la prisión alicantina.. El patio de la cárcel era una tenebrosa caja acústica cuyo repetitivo sonido anunciaba el amanecer de cada día, siendo en uno de ellos donde le arrebataran la vida a aquél que ofreció cristianamente su sangre con el ferviente deseo de que fuera la última gota que se derramara.
Tras tensa y vana espera en el puerto de Orán, el patriarca Manuel Mejías Bienvenida logra averiguar días más tarde las desventuras de su familia, iniciando una dura peregrinación por Argelia y Marruecos para llegar a Sevilla y presentarse en capitanía ante el general Queipo de Llano e implorar ayuda para su esposa e hijos, detenidos por los milicianos.
La presencia del soldado Manolo Bienvenida fue ordenada por Queipo a su despacho.
Tras fundirse en un emocionado abrazo con el Papa Negro, éste le reprochó con su fuerte temperamento su clamorosa actuación y brindis en la corrida patriótica de Sevilla, poniendo en peligro la vida de su madre y hermanos.
La gallarda respuesta anudó la garganta del general e hizo aflorar las lágrimas del curtido torero artífice de la gloriosa dinastía.
César Jalón Clarito, con ocasión de un polémico debate sobre la valía de los jóvenes de la dinastía torera, sentenció:–Allá dónde veáis a un Bienvenida estaréis ante un torero.
Por entonces no se vislumbraba que el atributo de heroicidad también fuera propio de esta familia ejemplar. Eran otros tiempos, claro.
De nuevo la sonrisa brota en la faz de los Bienvenida. La familia cautiva en Alicante logra sortear los portones de los chiqueros rojos y llegar a Francia por la frontera de Port Bou.
Con anterioridad, y en varias ocasiones, el Papa Negro, en estado de desesperación, había sido estafado por atender distintos ofrecimientos para liberar a su familia a cambio de dinero.
En la última ocasión se le presentó un hombre misterioso prometiéndole desinteresadamente conseguir la libertad de los suyos si seguía determinadas instrucciones.
Esta persona providencial cumplió su ofrecimiento logrando lo que tantas veces el Papa Negro había implorado a Dios. Este enigmático señor desapareció en el momento del feliz reencuentro familiar y nunca más se supo de él, a pesar de su interés por encontrarle para mostrarle gratitud y amistad.
Ángel Luis Bienvenida solía acabar estos relatos con los ojos vidriosos y el rostro iluminado para decir que el Papa Negro, desde su profunda fe religiosa, siempre creyó que el misterioso hombre, en realidad, fue un Ángel enviado desde el cielo.
Ángel Luis también, como toda su familia.
Fuente: Blog Salmonetes y no nos quedan
http://salmonetesyanonosquedan.blogspot.com/2009/07/soldadito-espanol.html

martes, 3 de noviembre de 2009

NOS DEJÓ MANOLO CANO / Juan Lamarca


Nos dejó Manolo Cano, genial y genuino cordobés.


Juan Lamarca

Madrid 3 Noviembe 2009.

En la madrugada de hoy fallecía en la Clínica “San Camilo” de Madrid, rodeado de su mujer y sus hijos, Manuel Cano Muñoz, el querido y respetado Manolo Cano; hombre que ha hecho historia en la gestión y administración taurina.

Su permanencia en la gerencia de la Plaza de Las Ventas de Madrid durante las quince temporadas de los hermanos Lozano fue el colofón de un extraordinaria trayectoria profesional iniciada en su Córdoba natal con el apoderamiento de su primo hermano Manuel Cano “El Pireo”, con el que se mantuvo hasta su retirada tras una triunfal carrera en los dorados años sesenta.

Manolo ya no se apartaría jamás de la actividad taurina, entrando en el campo empresarial en numerosos pueblos de Andalucía y colaborando ya con los hermanos Martínez Uranga, los Choperitas.

Pronto llegaría su vinculación a la casa Lozano con la que permaneció casi cuatro décadas, constituyéndose en un elemento fundamental en la consolidación, expansión, y triunfo del, quizás, el más importante grupo profesional de la historia del toreo.

No obstante su dedicación a la gestión con los hermanos Lozano, Manolo siempre mantuvo en activo su propia empresa “Exclusivas Cano”, la única con la que ha operado toda su vida profesional, en toros y en espectáculos de arte flamencos por las plazas de España.

Fue el descubridor y lanzador del famoso Manolo Escobar. Glorias del cante hondo y de la copla, como Porrinas de Badajoz, Rafael Farina, o Fosforito, engrosaron el gran elenco de Manolo Cano con los Juanito Valderrama, Antonio Molina, o la Paquera de Jerez, entre otros muchos.

Su pasión por el cante se simbolizaba en su admiración por Manolo Caracol, al igual que en el toro su ídolo fuera su paisano Manuel Rodríguez “Manolete”.

Sus labores de apoderamiento no cesaron nunca, y así tuvo como poderdantes a Pedro Somolinos, Miguel Mateo “Miguelin, Curro Romero, Rafel de Paula, Agustín Parra “Parrita”, Julio Robles, “Niño de la Taurina”, Miguel Rodríguez, Oscar Higares, o Manuel Caballero, hasta una treintena que llegara a apoderar, rodeado de sus leales colaboradores como Emilio Buendía, Nicolás Varón, Pacorro, o Juan Hidalgo.

De las múltiples plazas de toros que regentó, de todas las categorías existentes, siempre recordó con especial cariño las de Cabra, Úbeda y Baeza, no pudiendo ocultar, dentro de su natural modestia, el hecho de haber formado parte de la gestión de la primera plaza del mundo, la de Las Ventas, con las dos únicas empresas con las que trabajó, los Lozano, y los Choperitas con los que cesó cuando los derrotes de la enfermedad comenzaron a quebrantar su salud.

Con su muerte, el mundo del toro pierde un gran hombre, uno de sus máximos exponentes, una persona de época que formó parte de una feliz y gloriosa etapa del toro y de España.

Su huella imborrable, por su ingenio, caballerosidad, y sentido ejemplar de amistad, dejará huella indeleble en el alma de los que le conocimos.

-Manolo Cano en el callejón de la Plaza de Las Ventas de Madrid-

domingo, 1 de noviembre de 2009

LOS TOROS ¿DÓNDE ESTÁ LA AUTORIDAD? / Por Juan Lamarca

Los presidentes de Las Ventas con el "7"
- Fotogragía sin desperdicio -
Los toros: ¿dónde está la autoridad?
Juan Lamarca

Madrid, 1 Noviembre 2009
Ni está ni se le espera, recurriendo a la cursilada de moda, por esos palcos de presidencia en las plazas de toros. Si acaso se buscara por almonedas cual antigualla arrumbada, podríamos encontrarnos con algún tendero sorprendido: Eso ya no se despacha, de eso ya no queda nada.

Compartiendo la preocupante inquietud del estridente vocinglero de Las Ventas, sobre el paradero de la autoridad, no cesan las pesquisas para su búsqueda y localización; aquel, desde su tendido “borroko”, sí que sabía entonces dónde se hallaba, dónde radicaba la autoridad, a la que trataba de “usurpar” en sus funciones.

La, no tan ardua, labor de análisis y valoración de la traslación paulatina de las decisiones de la presidencia a la voluntad populachera y demagógica del, tristemente conocido, grupo maniobrero dentro y fuera de la Plaza de Las Ventas del Espíritu Santo, y que se atribuye la exclusividad de legítima afición, la única y verdadera, concluye con la constatación de un colofón anunciado en forma de entreguismo, al comparecer dos presidentes festejos taurinos de Madrid, uno que lo fue y otro que lo es, en el cubil de tan selecta especie.

“Estamos abiertos al diálogo y a la cercanía con los aficionados”, dicen ante el comité estos dos directivos de la recién creada Asociación Nacional de Presidentes de Plazas de Toros de España (ANPTE), en su presentación oficial ante “la afición”, que no hay otra, claro está, la única y verdadera, amén.

Así que ...“el alguacil alguacilado”. Es lo propio en esta época zapateril.
No se sabe si los presidentes policías acudieron junto a estos hombres de paz con bandera blanca "gallardamente" enarbolada, o con grilletes en las muñecas, derecha con derecha, al igual de los detenidos por corrupción cuando se tratan de políticos opositores al régimen democrático popular.

En tan estrecha cercanía popular, estos presidentes, cada vez más presuntos, recordarían con alborozo cómo los históricos luchadores por las libertades venteñas, durante las reivindicativas tardes de toros proferían injurias, procurando escarnio y vejación hacia el palco presidencial, contra ellos mismos y sus compañeros, tratando de influir en el desarrollo y resultado del espectáculo, a modo de piquete informativo, sobre lidiadores y dependencias, espectadores y presidencia. ¡Pelillos a la mar… ¡

Tan fraternal reunión les daría la oportunidad de condenar la represiva acción de la autoridad, en otro tiempo, por sancionar a integrantes de “la afición”, única y verdadera, por infracciones reglamentarias cometidas, o emprendieran acciones para que fueran condenados por los tribunales penales de justicia, como así ocurriera en el caso del anfitrión de este glorioso encuentro en la cumbre.

Estos rutilantes usías anuncian como un objetivo primordial de su asociación, el de acabar con el oscurantismo que rodea a la labor presidencial: Fuera retrógrados de la presidencia.

Por ello, sería de agradecer se mostraran con claridad meridiana en su labor tanto en los corrales como el palco. De valor incalculable para la institución se estimaría todo esfuerzo para alejar la más mínima duda sobre un posible chivatazo policial a “la afición”, única y verdadera, de dictámenes veterinarios sobre las reses a lidiar, y otras decisiones en las operaciones reglamentarias previas al espectáculo.

Los maliciosos e infundados rumores de cesión de autoridad ante determinadas presiones, aceptación de recomendaciones, o adopción de favoritismos en los reconocimientos facultativos, así como en la concesión de trofeos, serian neutralizados por los efectos de la lógica, sencilla y responsable aplicación de la norma legal, que obliga al presidente a cumplirla y hacerla cumplir.

Hay que alejar toda duda del concepto de oscurantismo que tengan los presidentes, sí señor, y hacer creer que este no se identifique con la toma de decisiones condicionadas por cuestiones ajenas al mandato legal, o en connivencia con “la afición, única y verdadera, o con personas y colectivos que aparecen como partes interesadas. Hasta ahí podríamos llegar, por favor…

Lo tienen fácil, nada más opuesto al oscurantismo que la claridad de acción; nada más cercano a los aficionados y espectadores que el velar por sus auténticos intereses.

No obstante, también hay que comprender que el actual ambiente degenerado no es el más propicio para la aplicación de la legalidad en cualquier materia. La adopción de criterio “políticamente correcto” no debiera ser contemplado como norma de obligado cumplimiento y que, además, ello suponga aliarse con la sin razón.
La única alianza posible debiera ser con la Ley. A nadie se le obliga a presidir corridas de toros, ni los palcos son de titularidad privada, ni la función a desempeñar es aleatoria.

Hay que recordar que un presidente de festejos taurinos los es por designación oficial, con los requisitos exigibles en virtud de una norma con rango de Ley.
Que el presidente es la autoridad que decide en los reconocimientos facultativos, y dirige el espectáculo.
Que la integridad de las reses, y la rectitud y equidad de sus decisiones sobre deben garantizar la defensa de los intereses de los espectadores, y de todos cuantos intervienen en él.

Por ello no habrá que poner en duda que la apertura de diálogo ofrecida por los presidentes en su encuentro con “la afición”, única y verdadera, no obedecerá a las secuelas de un hipotético “síndrome de Estocolmo”, sino a la perentoria necesidad de hacerles saber la incuestionable prioridad de cumplir con su deber reglamentario, y que la anunciada cercanía con los aficionados estará motivada por su defensa, también en calidad de consumidores de un producto anunciado por el que pagan, preservándolos de toda posibilidad de fraude, y quedando bien claro que la defensa de los intereses de profesionales recaerá sobre los legítimos, y no sobre los ilegítimos. ¡Faltaría más….!

A todo ello, se presume que el espíritu redentorista de estos presidentes les lleva a mostrar una ingenua e ilusoria capacidad normativa para la reforma de las múltiples reglamentaciones taurinas existentes en este reino de taifas. Apriétese los machos el legislador…

¿No sería más plausible cumplir la vigente? Si se supone que son conscientes de que la clave del buen presidir no reside en la norma, sino en su correcta, decidida, y equilibrada aplicación, y, además, siendo comprensible y disculpable el error ¿por qué crear la duda sobre su adecuado ejercicio?

Hay que erradicar toda sospecha alimentada por la búsqueda de apoyos “contra natura”, y del “pasteleo” generalizado. El aficionado fetén, el buen público de toros, se ignora si la Administración también, gusta de gozar de la realidad de una presidencia con independencia de criterio, como autoridad de ánimo firme. De esta forma sería posible obtener el mejor resultado del precepto más defectuoso cuando se ejerce con rigor, al tiempo que razonable y razonado, con constancia y con mesura, consciente de que refugiarse en la denuncia de la norma, y propugnar su modificación, puede ser tan rentable de cara al público como en la plaza suelen serlo los “brindis al sol”.

Hala, todo arreglado, reunión en la cumbre, Consummatum est y sin mesías en medio.

El histriónico chillón, desde el tendido “borroko”, no volverá romper el silencio de los corderos, lanzando aquello de ¿dónde está la autoridad? ya no hará falta, ¿habrá cambiado de tendido?

Largos son los hilos del guiñol venteño….

sábado, 10 de octubre de 2009

EL TORO ANTE LA CRISIS: ¿IR CONTRA DIOS?


El toro ante la crisis: ¿Ir contra Dios?


Juan Lamarca

Madrid 10 Octubre 2009
Quizás sería una buena solución para el mundo del toro, ante la campaña antitaurina y la crisis económica que lo azota. Así acallaría a la jauría grana y hedionda que cada tarde acosa, en los aledaños de las plazas de toros, a los sufridos y pacientes aficionados; de igual manera la progresía mediática se tornaría tan adicta a la “barbarie toricida” como lo fuera el recordado Marino, tan leal a Las Ventas que, además de ir a todas, las pagó.

Ir contra Dios daría un impulso oficial a la Fiesta Nacional con derroche de ayudas por parte de la Bibiana, esa ministra del feto apuntillado, y demás cuadrilla zapateril, que devolvería al pueblo lanar a los tendidos regalados; a todo ello, honrados alcaldes, como el de Madrid, el llorón olímpico, nunca faltarían a las corridas de las ferias y fiestas de sus pueblos, ciudades, y villas que durante siglos vibran con el toro por sus calles y plazas.

Un ejemplo cercano y sangrante, nada que ver con la corridas de Don Bull, lo tenemos en los cómicos españoles, por decirles algo, a los que el trajín les va de cine.
Lo de a Alejandro Abenámar no lo supera ni su congénere Almodóvar, el silente y adinerado pacifista, en su egipcia y cacera pose.

Alejandro, ese vómito de armario, integrante de la banda titiritera, no se puede quejar, puesto que su ataque constante a Dios y al “fanatismo cristiano” en sus cintas repelentes de espectadores, ha batido todos los registros con el rodaje de su último estreno titulado “Ágora”, record no de ingresos por taquilla, ni soñarlo, sino por la cuantía del óbolo zapaterista dispensado gracias a las leyes protectoras del cine; no de los empresario autónomos quebrados, ni de las víctimas del terrorismo o del paro, ni mucho menos de la cultura y actividad taurina.

¿Que a cuanto asciende?

Como para fiarse de las cifras oficiales, pero en la prensa aparece la módica cantidad de cincuenta millones de euros.

Gallardón dice que la campaña pro “Madrid 20016” ha costado menos.
Y con mucho menos se conformaría el planeta de los toros, que ante las quejas de sus integrantes se les podría ofrecer una fácil solución: Los toros contra Dios.

Se empezaría por la supresión de las capillas en las plazas de toros y su sagrada imaginería, incluida la de Jesús del Gran Poder de Las Ventas que tras librarse de milagro de las requisas milicianas en la casa de "General Mola", fuera donada por la familia Bienvenida.
Es posible que a algunos les hicira ilusión formar una inmensa pira “imaginera” que iluminara la breve noche del solsticio de verano para disfrute y regocijo de la horda.

Los coches de cuadrillas habrían de tachar toda publicidad comercial en su exterior, y sustituida por el atractivo “Probablemente Dios no existe”, como reza en el “autobús ateo”, que circula por la dispersa geografía autonómica.

Si acaso, algunos profesionales que ya hacen gala de no rezar en la plaza, escribirían tajantemente que no, “que no existe Dios, que lo digo yo”.

Así se establecería el parque móvil ateo en España, con el autobús y el coche del torero.

Fuera rezos, y nada de santiguarse, eso se hace en la habitación del hotel, y a escondidas.

También hay que hablar con Justo Algaba, con Nati, o con Antonio, el de Fermín, para que, aunque se lo pidan rezando y de rodillas, no vuelvan a bordar en capotes y chaquetillas Cristos, Vírgenes, Santos u otras figuras perturbadoras.

En su lugar podrían ir pensando en la del Ché Guevara, o de la Pasionaria.

Ah, que no se olvide borrar del vaso de plata para el buchito de agua, la cara de la patrona o del nazareno; en su lugar, y para darle el besito después del trago, sería ideal grabar otra faz, a ser posible con aires satánicos e irradiaciones góticas. A falta de Dios padre, pues un “padrecito”, como Joseph…

Por si gana por la mano la publicidad gay en capotes y muletas, asunto ya iniciado, habría que asegurarse la rotulación de un espacio en las telas con inscripciones contra la Fe cristiana o contra la Iglesia.
Y si acaso el viento agitador, o la falta de templanza en las suertes, dificultara su visibilidad al público, la banda de las taleguilla de los toreros sería lugar apropiado para hilvanar frases con sentido defecador sobre el Altísimo, similares al título de aquella obra, que colgó durante tres años en la calle Alcalá, de la capital de la católica España.
Tal merecimiento fue recompensado con una multimillonaria subvención de la derechosa Comunidad de Madrid.

¿Y las madres? ¿Podrá rezar una madre en su casa mientras su hijo se juega la vida ante un toro?
En todo caso que Dios les guarde.
Amén



martes, 1 de septiembre de 2009

LA SERNA ESCARBA DE NUEVO

“La Serna escarba de nuevo”
Juan Lamarca
Madrid.-15.08.2009
Lo de este muchacho no tiene arreglo. Desde la tribunita en la red que le sufraga un conocido fervoroso tomasista, se empeña en escarbar nuevamente con el título de “Del Moral y los Bienvenida” y lanzar derrotes contra mi persona con manifiesta aviesa intención de enturbiar el entusiasta, nítido y alegre devenir de nuestro querido Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida, el cual se encuentra a salvo de estas arremetidas, no sólo por la insignificancia del personaje, sino por la solidez y cohesión logradas en una década de intensa actividad, por el respeto y prestigio de los que se ha hecho merecedor gracias al desinteresado esfuerzo y sacrificio de una junta directiva sin fisuras, y una legión de afiliados en bienvenidista comunión, presidido por un caballero como Don Fernando Claramunt, al que le precedió en el cargo el inolvidable Pepe Esteban, enarbolando siempre con orgullo y pasión el estandarte de los Bienvenida a fin de rememorar su ejemplar historia para la defensa, fomento y divulgación de los valores de la Fiesta Nacional, ante el disfrute y satisfacción del siempre querido Ángel Luis Mejías Bienvenida y sus hijos, nuestro Presidente de Honor desde que se fundó la asociación y confirmado a Perpetuidad desde su fallecimiento, quien manifestara con visible emoción en acto público: “Se me ha muerto mi hermano Juan, pero ahora tengo otro Juan, Juan Lamarca”.
Por tanto, no entramos al trapo insidioso de la Serna, y dejamos ya al Círculo Bienvenida ajeno a la trama en que pretende inmiscuirlo, e inmune a la pócima viperina que procura inocular. Así que recojo el guante a título personal y, como le dirían a nuestro entrañable “Socio de Honor” Manolo Navarro, “a lo negro, vamos a lo negro, maestro”.

No es casual la omisión del primer apellido Zabala para nombrar al desdichado cronista ¡del ABC!; con el segundo ya le basta. Vamos también a entrar en el juego de las conjeturas con las personas fallecidas a las que cita. Tuve el honor de conocer a aquel magnífico periodista y excepcional persona, Don Vicente Zabala Portolés; gocé de su amistad en sus últimos años de vida; en su seno recibí muestras de inquietudes que le turbaban y confidencias que reflejaban criterios y opiniones personales de toda índole y, en su virtud, podríamos suponer que estaría avergonzado de la conducta de su hijo y reprobaría el mal uso de su apellido. Además, parece ser que al niño no le disgustaría eludirlo, según la penosa impresión que ofreció públicamente en el Teatro “Muñoz Seca” al recibir el Premio “La Fábula Literaria Vicente Zabala” otorgada por el Círculo Bienvenida, cuando en su alocución, más que un reconocimiento y gratitud a la memoria de su padre, cuyo apellido, profesión y tribuna le transmitió, atribuyó en delirante cántico a la estirpe la Serna las virtudes, logros, y merecimientos de los que hizo gala como triunfador en la vida. “El punto de inflexión ha sido la sangre La Serna”, dixit. ¡Hay que ver!

Así que el muerto al hoyo, y el trofeo, para mamá, en postrado y edípico ofrecimiento. Ya lo barruntaba el llorado periodista en sus fraternales conversaciones sanfermineras con su amigo pamplonica Marcelo Jiménez, en su Museo Taurino de la calle de la Estafeta, lamentándose ambos de “lo que Dios les había dado” a los dos.

No es ningún secreto la amistad y cariño recíproco que reinó entre los Bienvenida y Vicentón: sus reuniones, tertulias, viajes, generaron cantidad de historias y anécdotas. La leyenda torera y familiar de la casa de General Mola solía recrear el fondo de innumerables crónicas taurinas de Vicente Zabala, también la de la dinastía de los Vázquez, mas nunca dedicó una línea al recuerdo de su suegro el gran matador Victoriano de la Serna; ello causaba extrañeza, pero Zabala, en privado, bien lo sabía explicar y tenía muy clara su opinión sobre la rama política familiar, la del futuro punto de inflexión.

El desventurado cronista ¡del ABC!, señoras y señores, en su expelido bodrio presume de familiaridad con los Bienvenida, y se estima, con hipócrita indignación, como depositario de los frutos de un camino recorrido entre ambas familias. Bien sabe que ese camino nace y muere con su padre, puesto que él sólo ha sido un aprovechado que no ha sabido corresponder a la decencia y caballerosidad de la familia Bienvenida (se quejaba Ángel Luis amargamente de que el niño nunca citaba en sus crónicas a los Bienvenida, como lo solía hacer su padre).

Con la misma vehemencia que Juanito y Ángel Luis se expresaban continuamente a favor de su “hermanillo” Vicentón, como cariñosamente llamaban a Zabala, así también conocíamos en el ámbito privado la opinión de desprecio que ambos tuvieron sobre su hijo Vicentín, y que el natural señorío de las Bienvenida les obligaba a no hacerla pública por respeto al apellido paterno. En una de las tertulias en el añorado Bar “Gitanillos”, regentado por el incomparable y genial Laureano, donde degustábamos su famosa “berza”, con Ángel Luis, Pepe Dominguín, Manolo Cano, Pepín Cabrales, Manolo Navarro..., referíamos con estupor la primera crónica en ABC de la Serna en la Feria de Cali, cuando fue a hacerse cargo del cadáver de su padre y, aún caliente, esbozó la sonrisa de la hiena “destrozando” al matador Javier Conde con términos insultantes. “Al niño no le conocéis, el niño tiene guasa”, decía Juanito, sumándose Ángel Luis con un “el padre, pobrecito, era otra cosa”.

La Serna sabe de sobra que tanto Juan Bienvenida como Ángel Luis “lo tenían calado”, y podría recordar cómo Ángel Luis Bienvenida eludió con su natural elegancia su asistencia al acto de entrega del premio que lleva el nombre de su padre (¡en qué hora se nos ocurrió!). Nuestro Presidente de Honor, hasta entonces había presidido todos los actos del Círculo Bienvenida, menos aquél, alegando tener fiebre que, quizás, ciertamente brotara en el cuerpo del bueno de Ángel Luis sólo con pensar que tenía que sentarse al lado de semejante ejemplar para bendecir un acto en su homenaje. Buenas dotes de interpretación tuvimos que emplear para mitigar el recelo del premiado cuando preguntaba con suspicacia: “¿Por qué no viene Ángel Luis?” Bien sabía la Serna el por qué...

Le gusta a este muchacho citar a testigos que abundarían en sus peregrinas patrañas. Tiene uno muy cerca en la persona de Laura Tenorio, magnífica periodista taurina, entonces en “La Razón” y también vilipendiada por este insultador desde las páginas del ABC, para dar testimonio de los gruesos calificativos de Ángel Luis Bienvenida contra él, irreproducibles por respeto a su señora madre, por el motivo anterior y cuando nos comentaba la respuesta descarada e irrespetuosa a su persona, chulesca y despectiva que recibió de la Serna al interceder por un torero amigo que estaba siendo continuamente objeto de vejatorio maltrato informativo. “A éste le conozco yo bien –decía Ángel Luís – ¡De la forma que hemos querido a su padre! Yo, que peino canas y que le he visitado en el hospital todos los días que ha estado ingresado... Juan – me decía –, tú ten cuidado con él”. Visto está que no hice mucho caso e incluso le defendí siempre en su ausencia ante las diatribas del entorno por él generadas. La memoria de su padre y el prestigio del ABC seguían obrando en su favor.

Este depredador del buen nombre del diario centenario ABC maquina arteramente para invocar una supuesta asociación conspiratoria integrada por Del Moral y Lamarca contra un torero de moda. Afirma el muchacho que el odio suele hacer extraños compañeros de viaje; los hay malos y listos, pero en este caso cualquier día se va a ahogar en su propia baba. El hecho de carecer de bondades y de cualidades virtuosas hace que ciertas personas cultiven el odio contra sí mismos, al verse irremisiblemente inmersos en sentimientos miserables y repudiados por todos cuantos le conocen bien. Desde esa perspectiva a la Serna le resultará muy difícil comprender que personas normales obren desde el respeto a los demás, y valorando la valía de otros muchos toreros, además de periodistas, entre ellos José Antonio Del Moral, cuya amistad, también compartida por mi padre, me honra desde los tiempos de la vieja plaza de Vistalegre y que no debe ser afectada por criterios u opiniones discrepantes como suele hacer este infeliz. Buenos tiempos aquellos en que eran de obligada lectura las primeras plumas de los medios nacionales, cuando aún la Serna no sabía hacer la O con un canuto, y, por lo que se ve, hace tiempo que perdió el canuto.

Sabido es que todo aquel que no comparta el pensamiento único que histéricamente propala este aspirante frustrado a digno titular de la sección de toros de ABC, incurre en anatema y lo convierte en objetivo de sus derrotes. Pero en honor al periódico que representa y a su noble primer apellido debiera tener más cuidado en el desbocado ejercicio de su profesión aplicada a medir con distinto rasero a profesionales del toreo, atribuyendo méritos a unos y procurando perjuicio a otros. El “caso Zabala” es la comidilla de las redacciones y del mundillo taurino. Es normal escuchar de boca de profesionales las maniobras a las que obliga a la intachable Rosario Pérez para dirigirla por el camino torticero y falaz de la información a su antojo y conveniencia. No es desconocida la despótica injerencia que ejerce sobre la sección de ABC de Sevilla dirigida por el ilustre periodista Fernando Carrasco que, con su natural prudencia y educación, evita cualquier incidente dentro de la casa.
Y todo por lo mismo, en la única dirección consistente en el ensalzamiento a toda costa de su “deidad pétrea”, cual grotesco portavoz de su gabinete de prensa, en claro y reprobable desdoro y menoscabo de toreros como Perera, Ponce o El Cid, emitiendo juicios maliciosos o equívocos para restarles méritos, ocultando noticias de sus triunfos, o imponiendo titulares a sus colegas de redacción, como en el penúltimo caso en la crónica de Carrasco de la corrida de Huelva. Esta perversión periodística, naturalmente, merece la reprobación de todos cuantos nos sentimos fieles lectores de ABC y respetables aficionados.

Así que se olvide este propagandista de los “odios que hace extraños compañeros de viaje para hacer campañas contra alguien”; que no invente coartadas; aquí, el único viaje palmario, por notorio y escandaloso, es el suyo, como conductor de un autobús publicitario en delirante itinerario.

Lo que haga este sujeto de tal calaña no importaría si no fuera por el prestigio histórico del medio donde trabaja. ¿Qué sería de la Serna fuera de él? Ya resulta lamentable, que su sección taurina sea empleada con aires de mofa y escarnio por su nefasto cronista, y en conexión directa con el blog de su propiedad –irónicamente conocido por la afición como www.tomasdelaserna.com–, donde el agravio y la ordinariez conforman el caldo de cultivo idóneo para su desgraciada expresión. El elemento básico unificador de ambos medios lo constituye el “agit prop” a favor de un torero naturalmente admirado por todo buen aficionado, aunque por él grotescamente deificado, menos mal que en piedra galapagueña, y que despierta la sospecha generalizada en el mundo del toro respecto a la ética de este periodista; está en boca de todos. Ése, y no otro, es su problema. Seguramente su empresa, me refiero a Vocento en este caso, lo permitirá al verse recompensada con los cuantiosos ingresos en concepto de publicidad que ello le reportará; la instalación en ABC digital durante un año de un video de la “pasión y gloria del torero”, o la colección de imágenes estáticas del “mesías divino”, no estará al alcance de la economía de muchos; mas no ceja el pollo en su empeño: desde primeros de Julio adorna su sección el recuadro promocional “del Apocalipsis animalista frente a la pasión tomista” sobre la corrida de Barcelona. No sería de extrañar, ante la tenaz y encomiable labor, que Vocento premiara a su probo subordinado por sus desvelos en mejorar el balance económico societario.

El prestigio del señorial ABC no se merece tantas suspicacias sobre un empleado a su cargo. Contaba Ángel Luis Bienvenida que el Papa Negro en cierta ocasión visitó a Don Juan Ignacio Luca de Tena en su despacho de la calle Serrano para presentar queja sobre el más grande del periodismo taurino, Gregorio Corrochano, por unas equívocas crónicas sobre sus hijos toreros, y no se sabe qué más. En consecuencia el director del ABC ordenó que el afamado cronista no escribiera más sobre las actuaciones de los Bienvenida, y al final acabó en el diario de Tánger, en el protectorado español de Marruecos. Ya sabemos que los tiempos son otros, y que el actual director del ABC no es Don Juan Ignacio, ni le va a decir al muchachito insultador que se conduzca conforme a los postulados de la deontología profesional. Tampoco el cronista actual es Don Gregorio, por favor, ni la morería anda como para pasaportar a la Serna a la otrora taurina ciudad marroquí; pero estando por ahí la Isla de Perejil…, se podría pensar en un plan de repoblación. Cabras, no faltarían.

Como siempre, recurre a burdas expresiones para hacer gracia –un gracioso sí que es– y alude, como remate panfletario, a perentorias necesidades diuréticas, aunque no especifica si las llevaría a cabo en pie o agachado.

Aunque estemos en época estival y las obligaciones cedan el paso al sano cultivo del ocio, me da la impresión de que con este retorcido estamos perdiendo el tiempo. Sin embargo, ante la vergonzosa actitud de este desagradecido, bueno es recordar una anécdota sobre el Conde de Romanones, entonces Presidente del Consejo de Ministros. Un diputado del Congreso le revelaba cómo otro de la Cámara le difamaba ante los congresistas, a lo que Romanones afirmó tajantemente que no lo creía posible. “¿Por qué?”, le inquirió el amigo. Y contestole: “Yo a ese individuo nunca le he hecho ningún favor.”

¿A quién quiere engañar Visentín? Además de embustero, NOLACO, como desía Pepín. ¿Qué significa eso? Y me respondía: “NO LA COnose, la vergüenssa Juanin, la vergüenssa.”