En 1975 su detención y posterior declaración a la Policía fue decisiva para la identificación y detención de sus compañeros terroristas del F.R.A.P
ASESINOS DEL TENIENTE DE LA GUARDIA CIVIL
Don Antonio POSE RODRÍGUEZ
FECHA: 16-08-1975
PROFESIÓN/CARGO: Guardia Civil
DESCRIPCIÓN DE LOS HECHOS: El teniente de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, Antonio Pose Rodríguez, nacido en la población de Almonacid de Zurita (Guadalajara) y criado en la localidad cacereña de Jarandilla de la Vera, de 49 años de edad, casado y sin hijos. A las dos horas y treinta minutos, de la tarde del sábado día 16 de agosto de 1975, una vez finalizado su servicio en las dependencias oficiales de la calle Sotomayor. Tras aparcar su vehículo en las inmediaciones de su domicilio, situado en el número 1 de la madrileña calle Villavaliente, (Colonia Virgen del Rosario, próxima a Batán). Cuando se disponía a entrar en el portal de acceso a su vivienda, fue abordado por unos jóvenes (José Luis Sánchez Bravo, Manuel Cañaveras de Gracia, Ramón García Sanz) que según testigos presenciales aparentaban edades comprendidas entre los dieciocho y veinte años. Uno de ellos (Ramón García Sanz) extrajo del interior de una bolsa de plástico una escopeta de cañones recortados y disparó a quemarropa (unos dos metros de distancia) contra el teniente Pose, que alcanzado en el pecho, cayó al suelo de bruces herido de muerte en el hemitorax izquierdo, con lesiones gravisimas en el pulmón y corazón. Mientras, sus agresores huían a través de un paso subterráneo de peatones cercano al lugar, arrojando abundante propaganda subversiva suscrita por el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista Patriota), arroyando a una mujer que caminaba por dicho pasadizo en compañía de su hija. Su esposa Adolfina Corrales Fernández, que se encontraba en el domicilio en compañía de su madre, escucho una detonación y supuso enseguida que se trataba de un tiro, asustada salió precipitadamente al balcón y observó a la entrada del subterraneo, un cuerpo tendido en el suelo, al observar que llevaba uniforme, comprendió horrorizada que se trataba de su marido. Inmediatamente bajo a la calle, donde ya se habían arremolinado varias personas, que no le dejaron acercarse al cuerpo que fue recogido en un vehículo policial y trasladado al Hospital Militar Gómez Ulla, donde ingresó cadáver. |
Para ir abriendo boca tenemos este interesante artículo de Minuto Digital publicado hace un unos de años donde se hace una disección la mar de acertada sobre el "Movimiento contra la Intolerancia", que es basicamente una red especializada en la captación de subvenciones. Concretamente:
El Movimiento contra la Intolerancia, anteriormente denominado Jóvenes Contra la Intolerancia, y presidido por Esteban Ibarra se ha especializado en el cobro de subvenciones de todo tipo, pese a carecer de una red de asociados que le permita una presencia más allá de los medios de comunicación. Se calcula que a lo largo de estos años percibió más de 300 millones de las antiguas pesetas en subvenciones de diferentes organismos públicos, entre los que se encuentran desde Ministerios hasta ayuntamientos. Esa cifra se multiplica hasta más de 150 millones a lo largo de los años que lleva funcionando.
Más interesante son, sin embargo, los antecedentes políticos de su líder:
Jóvenes Contra la Intolerancia se organizó entre 1990 y 1991 tras el fracaso de la emisora de radio Onda Verde, situada en el madrileño barrio de Arganzuela, concretamente en la plaza de Luca de Tena. Onda Verde estaba dirigida por Esteban Ibarra, aunque en la práctica la persona que llevaba el día a día de la emisora, según ha podido saber Minuto Digital, era su mujer Monse. Estéban Ibarra había sido miembro del Partido Comunista de España Marxista Leninista PCE(ML), organización que tras disolverse se reconvirtió en la Convención Republicana de los Pueblos de España.
Genial, verdades como puños sobre este tipo...
ResponderEliminarSaludos desde los blogs amigos
www.elheraldomontanes.wordpress.com
www.patriaespanola.blogspot.com
Interesante comentario, quien lohubiera dicho del amigo Ibarra, vaya personajillo sinverguenza
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