Psicosis Tomasista (Crónica Domingo de Resurrección en Málaga)
Por Francisco Picornell
Málaga 4 de Abril del 2010. Domingo de Resurrección.
Seis Toros de Núñez del Cuvillo, Justitos de presentación, gatunos el 5º y el 6º. Todos faltos de fuerzas.
El Tato.- Palmitas. Saludos desde el tercio tras aviso.
José Tomás.- Saludos tras aviso. Vuelta tras dos avisos.
Castella.- Oreja. Oreja tras aviso.
He llegado a la conclusión de que lo de José Tomás tiene mucho de psicosis, de que el público se “lleva la faena hecha”. Se abre de capa y así dé una laya de mantazos, el respetable se lo aplaude. Si esos mantazos los dá otro cualquiera del escalafón, no le hacen ni puñetero caso… Pero como los dá José Tomás….¡¡hay que amortizar la entrada!! y salir diciendo por ahí que han estado en la plaza y que han visto al de Galapagar cortar diez orejas por toro.
El famoso diestro, hoy ha estado perfilero en el segundo de la tarde, con muchos enganchones. En casi todos los pases le tocaba el engaño. Al torear a píes juntos, la muleta se le quedaba retrasada lo que traía como corolario que daba medio pase y como no puede vaciar la embestida como si tuviera el compás abierto, la salida es más corta y le toca el engaño. Solo dio limpio un natural. Terminó con el animal de un pinchazo y estocada trasera y desprendida. Aviso. Saludos desde el tercio.
En el quinto, la cosa fue aún peor e hizo una faena a base de dejarse enganchar la muleta. Terminó con unas manoletinas que enfervorizaron al respetable hasta pensar este escribano que un espectador que a mí lado tenía, había perdido el humano razonar de lo entusiasmado que estaba ante los dichos pases de recurso o de adorno, como ustedes quieran, pero nunca toreo fundamental, que hoy brilló por su ausencia en la muleta de José Tomas. Pinchazo, estocada baja. Dos avisos. Vuelta al ruedo.
Reaparecía el Tato, al que le tocaron los dos mejores toros del encierro. Sobre todo el cuarto, que debía ser novicia conventual ya que tenía cara de monja para profesar. El que abrió plaza también tenía monjiles inclinaciones, aunque falto de fuerzas. Lo trasteó despidiendo la embestida para las afueras, previo cite con la muleta retrasada. Un monumento a la bastedad. Bajonazo que asoma por el lado contrario. Tímidas palmas.
En el cuarto, la ya descrita religiosa, siguió con la bastedad, citando fuera de cacho. Le brindó a su apoderado el Litri y digo yo, que a lo mejor es el que le dice como tiene que torear y.¡¡la fastidiamos!! Dos pinchazos, estocada caída. Aviso. Saludos desde el tercio.
No seré yo quien haga enfadar al buen prelado amigo de Tomás, que se sulfura y pierde la compostura que en todo momento debe tener un Ministro de la Iglesia cuando ve al Gabacho de atiplada voz, despedir a las reses para las afueras.
En el tercero parecía que empleaba un látigo en vez de muleta. Además de los referidos latigazos sufría muchos enganchones. Nada del toreo fundamental. Media estocada. Oreja.
Era manso y chiquito el sexto. Le doy el mérito de doblarse bien con el al empezar la faena. Mas luego, se decidió por el “arrimón” y ello originó una faena llena de enganchones. Aviso. Pinchazo. Oreja.
Lo dicho, creo que hay una cofradía del Tomasismo que lo sigue en profana procesión con el mismo fervor que el “Fandilismo” más obeso.
Un saludo.
El toreo de Tomás
Fuente: Blog Malaka Taurina
http://malakaespa.blogspot.com/
Fotografía:
Hugo Cortés, Burladero.com
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