miércoles, 30 de septiembre de 2009
LOS SILENCIOS DE LA MAESTRANZA: LA MEDALLA A RIVERA ORDOÑEZ AÚN COLEA
BARCELONA: FERNANDO DEL ARCO.....AL QUIEBRO
El trapío está fundado, por empírico, en mera práctica visual, es por tanto subjetivo en el mundo taurino, e incluso varía notablemente de una plaza a otra. Toro que en Barcelona presenta trapío para ser lidiado en su plaza de 1ª categoría, no pasa el reconocimiento en Bilbao.
Por definición del Diccionario de la Lengua Española el trapío puede ser: 1º) Conjunto de velas o trapos de una embarcación. 2º) Aire garboso que suelen tener algunas mujeres. 3º) Buena planta y gallardía del toro de lidia.
La edad es fundamental para que el trapío pueda adquirir todo su desarrollo, y también viene fijada , como el peso, por el reglamento vigente. Un toro de lidia debe tener más de 4 y menos de 6 años para que pueda ser toreado públicamente.
Fernando del Arco de Izco.
Socio fundador del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida de Barcelona
"VICTORINOS" PARA MADRID / FERIA DE OTOÑO 2009
EL CARTEL DE TOROS: MADRID 1895
EL CARTEL TAURINO (1)
PLAZA DE TOROS DE MADRID
Martes 11 de Junio de 1895
GRAN CORRIDA EXTRAORDINARIA
ORGANIZADA POR EL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE LA VILLA
A BENEFICIO de los náufragos del crucero "REINA REGENTE" y de los fallecidos e inutilizados en la guerra de Cuba
martes, 29 de septiembre de 2009
PAQUIRRI / JOSÉ UTRERA MOLINA
PAQUIRRI / PEDRO JAVIER CÁCERES
El 25 aniversario, no deja de ser el siguiente al 24 y el anterior al 26, pero “el cabalismo” da cobertura a todos los olvidos inconfesables anteriores y permite una redención a la desmemoria.
Al mismo tiempo una coartada de la más baja ralea, de corte soez, a todos los oportunistas que aprovechando que la SGAE no cobra derechos de autor por la utilización de artistas muertos cuya obra no controlen ni el Gobierno de la ceja auspicie y mime de forma sectaria.
25 años, se cumplieron ayer, de la desafortunada tarde de Pozoblanco en que Paquirri caía mortalmente herido.
Homenajes y recuerdos en exposiciones como las de Las Ventas, o artículos de calidad de ilustres escritores en los principales diarios, serios. Buen programa el de Tendido Cero de TVE.
Todo con la medida justa en espacio pero generosa en el respeto a la verdad y la desdramatización de los hechos como un tributo de un señuelo en tauromaquia para la reivindicación y fortalecimiento de su credibilidad de la misma, a costa de su vida. El sacrificio de los grandes asumido con grandeza de miras.
Otros miserables y ayunos morales, aunque sean de comunión diaria, Aletxu, por mucho que te confieses no creas que en el Cielo están muy contentos contigo, han hecho de su cinismo bandera para bajo la nomenclatura de “homenaje” rellenar con garrafa informativa espacios basura donde lo que menos cuenta es él, y si una serie de circunstancias deformadas en su planteamiento y desvirtuadas en su narración.
Todo, principalmente, en una Cadena, podía ser la antigua del wáter, que presume de promocionar la Fiesta con una página web dentro la de informativos, con un director de los mismos servicios, que mira para otro lado, incluso en la humillación de tildar, como ayer sábado el “especial” como informativo y por lo tanto de su jurisdicción.
Claro que aunque hilarante no te deja de sorprender por actuar la Cadena en “el tipo de la casa”.
Y que vas a esperar de conductas permanentemente abyectas, cuando ayer, sábado, los minutos de silencio guardados en Madrid, Barcelona, Pozoblanco…. no tuvieron su cuota en La Maestranza sevillana.
Y es que los Maestrantes, cofrades de la empresa, capillitas de la autoridad y fuerzas vivas del taurinismo de Sevilla- Dr. Vila, hay que estar más “al loro”-, toreros que por escupir al cielo les puede caer encima,…. curritos todos, son un “bluff” en sentimientos y sensibilidad.
lunes, 28 de septiembre de 2009
BARCELONA: DALÍ ¿TIENE USTED HORA? / J.R. Márquez
Lunes 28 de septiembre de 2009
BARCELONA, CRÓNICAS APASIONADAS
Y unos naturales a pies juntos
ZabaladelaSerna.com.-Lunes, 28/09/2009. En tardes de tanta emoción, en la condensación de sentimientos, siempre se queda algo en el tintero si se quiere describir verso a verso cada pasaje. Los versos sueltos de unos naturales de seda a pies juntos al quinto no salieron de la pluma a la crónica y quedaron flotando en el aire de Barcelona. Hoy los he encontrado en mi pecho al enfretarme al espejo.-
ABC.- Lunes 28 sptbre. 2009
Y José Tomás paró los relojes del mar
Aparicio, después de aquellas verónicas para recordar, se puso al hilo, y con la muletita retrasada cumplió con el buen primero. Después, en su turno y en el de Morante, el hombre no se encontró ni consigo ni con el toro. Bronca antes de la apoteosis final.¿Final?
Fotos de "El País" (a ver de quién van a ser)
VALENCIA-VENEZUELA: MORENITO DE MARACAY / ENRIQUE BARRIOS
La tarde torera de Morenito de Maracay
El público de Madrid se puso en pie entonces y ovacionó al torero con la misma fuerza y la misma emoción que en pasados fastos a maestros consumados. Pues el público de Madrid no tiene prejuicios, ni guían paisanajes, y lo mismo le canta glorias a un veterano del foro que a un venezolano de color, si interpretan el toreo con arreglo a los más puros cánones de la tauromaquia.
Torería
Qué transfusión de torería le haya hecho últimamente a Morenito de Maracay su apoderado, Luis Álvarez, constituye un misterio. El hecho cierto es que Morenito la llevaba ayer en la masa de la sangre y le rezumaba en los lances dichos, pero también en la brega, en la lidia perfecta que dio a sus toros. Por supuesto también en los pares de banderillas, de los cuales dos al quiebro fueron sencillamente sensacionales. Y en el toreo de muleta, mucho más cuando ejecutaba el natural que el redondo; mucho más aún en los pases de pecho, en los cambios de mano, en las trincherillas, en los desplantes.
Los Cobaleda fueron una preciosidad, paradigma del toro de lidia, que no requiere arrobas, sino el trapío inconfundible del ejemplar serio y bien rematado, empezando por las bien desarrolladas y astifinas defensas. Casi todos se dejaron torear.
Juan Antonio Esplá, que se alivió en banderillas y prendió bajísimos los pares, con la muleta marcó algún apunte de su buena clase pero no se decidió a fajarse con los toros.
domingo, 27 de septiembre de 2009
SEVILLA: LO QUE SE PERDIÓ "EL CID"
Oreja de pueblo a Castella y ruina ganadera de"Parladé"
Domingo 27/09/2009
Si hubiera seriedad en la Fiesta, después de la primera de San Miguel al aficionado bueno le gustaría saber que algunos taurinos han tomado algunas decisiones. Sería gratificante saber que los dueños de Parladé, la familia de Juan Pedro Domecq, han dado la orden de sacrificar las vacas que han parido a los toros lidiados y también a los sementales que las preñaron.
La tarde prometía. Se cayó El Cid, por cierto, uno de los triunfadores de la tarde, y la taquilla no se resintió. La Maestranza tenía el aspecto de las grandes tardes. La ilusión se palpaba en los tendidos. Todo se hundió conforme salían al ruedo los toros de la divisa amarilla.
BOCANEGRA: ACOSO AL "EL CID"
ACOSO A “EL CID”
Bocanegra.-
Esperemos que no lo derriben. Manuel Jesús viene demostrando que puede con “todo”, y en el logro de su sacrificado triunfo, nadie le ha regalado nada. Pero “lo pícaro” del toro no cesa y de su fondo cutre nunca consigue desprenderse.
El Cid, por su concepto de torero puro, responsable, sin trampas ni cartón, está pagando con sangre el triunfo por lo que tanto tiempo luchó; el toro está legitimado para dar cornadas, los que no lo están son los que, por el contrario, debieran protegerle, aquellos que están obligados a defender sus intereses, y a ofrecerle respeto.
El Cid sabrá lo que ha tenido que sufrir, convaleciente por las graves heridas de su último percance en los ruedos, por las presiones recibidas para no faltar a su cita con la corrida de abono de la Feria de “San Miguel” de Sevilla, y así quedar descartado un peligro para al empresa como es el de la devolución del importe de las localidades por causa del “caída” del espada anunciado.
¿Qué El Cid no está “pa torea”? Hay que recordarle que tiene cinco corridas para el próximo año, y que tiene que “h’asser un ejfuersso”, si no el palo a la taquilla va a ser serio.
El Cid, con la que tiene encima, sin un suspiro que consuele su ánimo, por sujetar el aire que se quiere escapar de su pulmón herido, se sentirá como la liebre cuando la sueltan en el campo en un concurso de galgos, ¡hala!...todos a por él.
Mientras tanto, en las vísperas, aparecían en los medios la argucia de hacer creer a la gente que El Cid iba a reaparecer, que se recuperación era cierta. Y El Cid en la cama.
El Cid no fue a torear, por Dios, como iba a hacerlo. Al final se libró de los “Parladés”, pero ¿se ha librado de los acosadores?, ¿jo…..qué tropa”!, por “dessir argo”.
sábado, 26 de septiembre de 2009
"POZOBLANCO:TOREROS Y TORERITOS", POR BOCANEGRA
El matador cordobés protagoniza una gesta lidiando como único espada una corrida de la ganadería de Victorino Martín, y logra un triunfo acorde al significado de la fecha conmemorativa de la tragedia de Paquirri, en el mismo escenario que quedara regado por la sangre del recordado torero de Barbate.
CRÓNICA DE LA CORRIDA
Tarde importante de José Luis Moreno en su encerrona con victorinos en Pozoblanco
El quinto, soso de salida, sacó complicaciones y se destempló el animal, sotando derrotes y echando la cara arriba, costándole pasar. Sin embargo, de nuevo Moreno se impuso tirando de una ferrea actitud y decisión que le hicieron dueño de las circunstancias. Cortó las dos orejas, algo excesiva la segunda aunque la petición fue fruto del conjunto de la tarde.
FICHA DE LA ENCERRONA DE MORENO EN POZOBLANCO
PAQUIRRI: 25 AÑOS DE POZOBLANCO
El llanto por la muerte de Francisco Rivera, no tuvo palabras.
Fue un silencio de lágrimas contenidas. Eran las doce de la mañana y no había sombras en el ruedo, como si la muerte hubiera huido de la plaza. El silencio atronaba los oídos de mil hombres puestos en pie, y los toreros parecía estatuas luminosas sobe el dorado allbero.
Fue una corrida soñada, que se lidió en Sevilla el 29 de Septiembre de 1984. La ausencia de claroscuro dio a la lidia un hálito de de desnuda sinceridad. Había muerto el barroco, que es un arte de atardecer, mezcla de mañana y noche, e infunde a la liturgia taurina ardides mágicos. Parecía una corrida campestre, como si la Maestranza fuera un templo matinal en el cielo. Nunca hubo en las plazas de toros un minuto tan sentido, un silencio tan gritado, una muerte torera con tantos aires de amanecida.
El éxtasis duró lo que el callar. Cuando la música atacó el pasodoble y disolvió el paseo, volvió el temblor humano que precede siempre a la salida del primer toro.
A Paquirri lo enterraron un mediodía de toros. Estaba escrito. Los carteles anunciaban la primera corrida de la feria de San Miguel: seis toros de Jandilla, para José María Manzanares, Tomás Campuzano y Espartaco. Pero esta tarde no hubo fiesta. La Maestranza había acogido al héroe muerto a la misma hora que se debió celebrar el apartado. La feria guardó luto ese día.
Manzanares, víctima de una fuerte depresión, no acudió. En su lugar acudió Pepe Luis Vázquez. ¡Qué contraste!: la multitud que acompañó a Paquirri hasta su tumba no quiso luego ir a los toros. En la Maestranza sólo estaban los cabales.
Lo maravilloso de aquella corrida de toros matinal fue que todos los toreros, absolutamente todos, se entregaron a la lidia con el más rotundo desprecio de sus vidas, y que los aficionados respetaron todos los lances de la corrida, sin dejar, por ello, de analizarla y degustarla. La fiesta de los toros está viva, porque la siembra la sangre de los toreros.
Los autores de este libro anduvieron a la salida como dos sonámbulos por las sinuosas calles del Baratillo. Llevaban el corazón partido por el amigo, por el torero muerto, y sentían el peso de más de mil corridas vividas en los infinitos osos de España. Pero la gallarda reciedumbre de los toreros les había devuelto el pulso firme de su afición. Aquella corrida vibrante y solitaria era una incitación a la vida, el triunfo del toreo sobre la muerte
----Tenemos que escribir un libro sobre todo esto. Se lo debemos a Paquirri y se lo debemos al toreo.
----Sí, tenemos que escribir un libro
----Conozco perfectamente la vida taurina de Paquirri, aunque me faltan sus orígenes. Le vi desde sus comienzos de matador, pero fue a partir de 1971 cuando le traté de cerca, a raíz de su noviazgo con Carmen. Mi amistad con la familia Ordóñez es antigua. Viene desde mi abuelo, que fue íntimo del Niño de la Palma. Naturalmente, al casarse Francisco con Carmen tuve la oportunidad de conocerle a fondo. Aunque nuestras relaciones acarreaban la dificultad de ser yo crítico y Paquirri matador en activo. La amistad es difícil así, o parece serlo para muchos. Sin embargo, me hice definitivamente amigo de Paquirri por mi condición de crítico. En 1975 tuvo una temporada pésima y le juzgué duramente. Mi sorpresa fue observar su trato. Carmen apenas me miraba. Paquirri seguía igual. Ni una mala cara. “José Antonio -me dijo-, yo sé mejor que nadie que estoy mal. No te preocupes. La amistad es una cosa y la profesión otra”. Años más tarde lo ratificó en un brindis que nunca olvidaré: fue en la corrida de Beneficencia de 1980, cuando mató seis toros en Madrid. Le regalé mi pluma, con una inscripción que repetía sus palabras: “Este no es un brindis de profesional a profesional. Es un brindis de cariño y amistad”.
----Yo no fui amigo de Paquirri. Le saludé en algunas ocasiones, e incluso compartí con él ese trance tenso de la habitación del torero en un día de corrida. Sí, le conocía en el ruedo. Frente a la superficial adicción a los toreros artistas, Paquirri era un lidiador de extraordinaria capacidad, que extraía de la lidia un discurso de amplio registro. Torear no es solo acoplarse al toro y rimar pases de embriagadora belleza. Es también un determinado comportamiento del hombre ante la muerte, que brota tan espontáneo como diferentes son los peligros que propone el toro. El toreo se asienta sobre una estrategia, una especie de ajedrez mortal, que exige al matador una inteligencia alertada, exteriormente geométrica –elección de los terrenos, sentido de las distancias, in tuición del “temple” que cada toro lleva dentro –e íntimamente sentida, como si el torero fuera espectador de sí mismo y se gustar toreando. A mi modo de ver, Paquirri era un lidiador excepcional y sustituía su ausencia de goce estético por un valor explicado con alardes y sustentado en el conocimiento. La belleza del toreo de Paquirri nacía de la razón y en el coraje. Creo que las faenas de Paquirri son tan memorizables como las de otros toreros más artistas, porque estaban llenas de contenido argumental. Reivindicar la figura torera de Paquirri me parece tan necesario como reivindicar la autenticidad del toreo. Por eso, el libro que escribamos no podrá ser sólo un canto ni un homenaje ditirámbico. Habrá que analizar su toreo, criticarlo, y buscar las relaciones que hay entre el hombre y el artista.
----Dicen que de toros nadie sabe nada. Si acaso los toreros. No sólo a Paquirri le debo lo poco que sé. La discusión con los toreros sobre la corrida, las condiciones de cada toro, sus cambios, sobre el cómo y por qué de cada lance, me ha enseñado a conocer la fiesta desde dentro. He recorrido miles de kilómetros con los toreros, en mi coche o en el de ellos. De ciudad en ciudad. Interminables noches de conversación apasionada. La observación atenta de la lidia, su análisis técnico y el campo han sido m i escuela. Con Paquirri después de cada corrida. Siempre le hable claro, y creo que a él le gustaba. En Valencia tras una mala tarde, subí a su cuarto y le vi callado. Estaba allí Carlos Corbacho tratando de justificar la agresividad del público. “Es que no has banderilleado --le decía--. Por eso la gente se ha puesto en tu contra””. Al marchar Corbacho, ya solos, le dije a Paco: “”No te engañes. La verdad es que hoy no te has cruzado con el toro ni una sola vez””. Paquirri dudó al principio. Pero luego, cenando en la Pepica reconoció mi versión
----Es curioso que cuando hablamos de Paquirri siempre terminamos por hablar de la entraña del toreo. Es decir que hablamos de la técnica precisa para que el torero entienda al mayor número de toros del valor necesario para que sea capaz a de desarrollar su inteligencia frente al toro; del sitio en que debe ejecutar las suertes para que el toreo sea, primero puro, y después, bello. Pienso sinceramente que Paquirri ha sido uno de los lidiadores más grandes de todos los tiempos, que negó el carácter de trámite a cualquier acto de la lidia y comenzaba sus grandes faenas en la misma puerta de chiqueros al abrirse el toril. Pero presiento que para cimentar todo lo que pensado ambos viéndole torear, y tú conversando muchas veces con él, hay que viajar al mundo dónde se nutrió el toreo de Paquirri, buscar los antecedentes en las dehesas, conversando con mayorales y vaqueros, con los toreros que fueron sus maestros, con los ganaderos que le <
----Es necesario. Además. Vamos a pisar el fondo. Sí, porque Sevilla, Jerez, El Puerto, incluso Ronda, son el brocal de un pozo hondísimo, cuyo fondo está en lo más bajo de Cádiz. Medina Sidonia y Vejer son dos faros que iluminan desde lo alto la comarca más profundamente taurina de España. Las gentes no saben allí de estadísticas ni de temporadas largas o cortas. Se cata, simplemente, la bravura y el toreo desde dentro. Porque allí el tiempo no existe. Solo el toro. Puede que Paquirri sea negado por los aficionados del asfalto, pero en el campo, dónde la destreza es la primera cualidad del torero, resulta incontestable.
Habíamos pasado la noche en La Barca-Vejer y la mañana con Álvaro Domecq en “”Mesa Baja””, una magnífica “tela” que sirve de corredero para el acoso y derribo, cerca de Benalup. Comimos al calor de una hoguera y al abrigo de unos árboles. Hubo tertulia con Don Álvaro, su hijo y varios jinetes jerezanos. Más tarde nos recibió Rafael Ortega, en “”Villagardosa””, una finca situada muy cerca del mar. En una rústica sala, coronada por impresionantes cabezas de toros, el maestro de la Isla evocó, junto a la chimenea, las andanzas de los toreros de la comarca, desde las marismas de Al-Ventus hasta las altas aldeas de la serranía de Ronda. Y recordó la forja torera de un Paquirri adolescente. Nuestras conversaciones habían tenido, inevitablemente, un tono crepuscular, rezumaban a pasado, como si la muerte de Paquirri planeara sobre este inagotable vivero del toreo. Pero el viejo torero nos contradijo: <
Un día después tuvimos ocasión de comprobarlos. Caía la tarde sobre la plaza del Puerto de Santa María y habíamos ido para tomar una copa con Luis Ortega, en el bar del conserje de la plaza.. Cuando nos asomamos al ruedo, el sol pintaba las gradas de rojo y el coso era una concavidad azul. Dos muchachos toreaban al silencia ante la piedra callada de los tendidos. “Esperen ustedes, que van a ver algo grande”, nos dijo el conserje. Y por el patio de cuadrillas salió alguien muy chiquito. Un crio de seis años, su hijo. Toreó el carretón con aires agitanados y talante de torero recio. La simiente seguía dando fruto.
Hemos pasado un día en Sanlúcar la Mayor, con Rafael Muñoz y su hermano Manolo. Y hemos conocido a José Antonio, el nuevo vástago de la familia. Tiene la muleta que estrenó Paquirri, el domingo de Resurrección, en Sevilla.
---- ¿Te has fijado? Manolo lloró recordando la muerte de Paco. Y el niño queriendo ser torero, a pesar del llanto de su tío. ¡Qué picadores más grandes! Me han impresionado estos hombres tan sanos. Lo mismo que Antonio Torres, descansando definitivamente de varios infartos en su casa de La Algaba, rodeado de sus hijos, todos universitarios, aficionadísimos. Y Andrés Luque, orgulloso del par de banderillas que brindó a Paquirri en su última tarde en La Maestranza. Y Pichardo, que ya no va a torear. Ponce, en Aznalcóllar, también se ha retirado. Pero lo que más me ha llegado es lo que nos dijo Alfonso Ordóñez en el Patio del Hotel Alfonso XIII: “Hay que sentirse orgullosos de estar ante el toro, independientemente de la categoría que se tenga. Hasta un monosabio puede hacer lo más importante de la tarde”.
Juan Luis Bandrés se volcó, emocionado, en Algeciras. Parecía mentira verle lloroso en su despacho de naviero. Dudaba en mantener la ganadería. Entre maquetas de barcos y cuadros de buques, confesó que hacía sus primeras y únicas declaraciones sobre lo ocurrido en Pozoblanco. También Corbacho nos contó sus experiencias con Paquirri. Y en el bar del Hotel María Cristina, José Luis Rodríguez nos puso un nudo en la garganta. Él había sostenido la cabeza de Paco en la enfermería, mientras los médicos luchaban por salvarle.
Recorrimos Zahara de los Atunes y Barbate, y nos pareció que Paquirri iba a nuestro lado. Le hemos visto de niño, de mozo. Diego Reina, en Chiclana, le ha descrito con una sencillez pasmosa. Su madre. Doña Candelaria, nos ha dado la foto más importante de este libro. Y en “Los Derramaderos”, la finca más visitada por Paquirri, dónde hizo sus primeros tentaderos, hemos completado el pasaje del nacimiento de un torero.
----Ahora tenemos que subir a Pozoblanco. Qué paradójico final de trayecto. Pozoblanco es un pueblo para vivir, un Edén ajardinado, más allá de la bravía sierra de Córdoba. En todo caso, podría ser el regreso a Itaca, el final de la desventura, un inevitable regreso a la tierra, acogedora, sentida como lecho propicio para una muerte placentera, nunca para encontrarla en el combate.
Cuando regresamos, hundiéndonos por el Valle de los Pedroches, parecía que descendíamos a las entrañas de la tierra. Tuvimos que detener el coche para contemplar la inmensidad de aquel espacio con rumos de mar, que fuerza a mirar hacia dentro y sitúa al hombre en el límite de sus relaciones con el cosmos. Mala ruta para morir.
Más que la ansiada llegada a Córdoba es un dantesco descenso a los infiernos. José Antonio me ofreció un cigarrillo y trató de recordar unos versos de Federico García Lorca, escritos sesenta años antes y que parecían pensados para expresar la agonía de Paquirri.
----Era “una canción de jinete” y Paquirri había sido un hombre de a caballo, que sólo descendió a la tierra para torear. A la memoria me vino como suspiraba la palabra <
Córdoba.
Lejana y sola.
Jaca negra, luna grande,
y aceitunas en mi alforja.
Aunque sepa los caminos
Yo nunca llegará a Córdoba.
Por el llano, por el viento,
jaca negra, luna roja.
La muerte me está mirando
desde la torres de Córdoba.
¡Ay qué camino tan largo!
¡Ay mi jaca valerosa!
¡Ay que la muerte me espera,
Antes de llegar a Córdoba
Córdoba.
Lejana y sola.
----Son las cinco en punto de la tarde. Los héroes no escriben epitafios. Ni siquiera el suyo. Hace años, en 1925, un periodista de Sevilla encargó a Ignacio Sánchez Mejías sobre las corridas que toreaba. Delicioso error. La calidad literaria del sorprendente torero sevillano no pudo tapar su incapacidad crítica. Si un músico tuviera que criticar su música, lo sensato sería que volviera a escribirla. Las críticas de Sánchez Mejías hablaban, naturalmente, de otras cosas; descubrían esquinazos inéditos del inagotable universo de los toros; entraban en un territorio vedado al escritor, que nunca podrá escribir desde el ruedo.
Esta preciosa incapacidad del diestro para ser bardo de sí mismo, fue absoluta cuando le tocó describir la experiencia íntima de la cornada, el trauma del dolor, el desasosiego técnico provocado por el error taurómaco, la espiritual recuperación del “sitio”. De Sevilla le llegaban a Ignacio apremiantes cables que le instaban al cumplimiento de su deber como periodista. No tuvieron respuesta. El torero herido cavilaba, intentaba traducir sentimientos a palabras. Pro cuando releía lo escrito, más insustancial y fallido lo encontraba. Perseguía la búsqueda de un concepto indefinible, la clave desveladora. Tenía que haber un principio situado más allá del dolor, clave de un desfondamiento tan hondo, que lo había precipitado desde una cumbre vibrante a un vacío sentido como náusea.
----Seguro que el valiente sevillano no sabía que el torero es el héroe joven por antonomasia, y que la juventud no cree en la muerte. El hombre sólo es inmortal cuando supone serlo y la juventud es el único estadio inmortal de la vida humana. La muerte, ausente del propio cuerpo, está más allá del horizonte, es una noticia sin eco. No existe. Antonio Ordóñez me comentaba un día que no temía a la muerte, porque no la conocía Y cuando llegara, tampoco. Sería tan rotunda que no le daría tiempo.
Era en Santander. Las olas se quedaron quietas en la bahía, caía el sol, el mar estaba silenciosos como un cuadro y Ordóñez hablaba imbuido del mismo bienestar: “La muerte no existe en el torero. La trae el toro colgada en sus cuernos. En la plaza nadie quiere creer en la muerte y por eso se mata a los toros. Ésta es la razón más oculta, la que de verdad anima el juego de los toros. Los toreros que creen realmente en la muerte, sólo deben hacer una cosa: retirarse”.
----Otro, Antonio Bienvenida, pensó en la muerte y meditó sobre el significado más profundo de la cornada: “Es curioso que después de haber sufrido tantas cogidas me haya puesto a pensar en ellas, a saber valorarlas ahora que me he ido de los toros. Menos mala que esta manía no me dio entonces. Siento como un miedo retrospectivo, como si al recordarlas pusiera en peligro mi vida. Me llega el olor a éter de la muerte. Los toreros no sentimos la muerte como algo real, porque nuestro cuerpo está fuerte. Caemos enfermos sin estarlo. Esto es la cornada. Una agresión injustificable. Y entonces te preguntas: ¿por qué a mí, tan en forma, con tantas ganas de vivir, con celo de triunfos y una sed tremenda de ganar dinero? Sientes que se cuela de rondón. La cogida es un azar a contra estilo, lo contrario de la suerte, la única enemiga del hombre”.
Recuerdo que Bienvenida me dijo que las cornadas son una muerte pequeña y que por eso los hombres son inmortales: sólo los mata el mundo, la muerte siempre viene de afuera. El torero es el hombre joven acostumbrado a la muerte pequeña, sujetada por el orgullo que confiere el traje de luces, menos intensa que la pasión de torear. Sé que este libro será, página tras página, revivir la vida torera de Paquirri. Tengo la impresión de que a través del toreo podremos también descubrir al hombre. Y, sin embargo, este viaje al fondo de Paquirri nos ha mostrado muchas puertas cerradas. Tal vez queden lagunas, incógnitas por descubrir.
----No te importe. Este libro lo vamos a escribir Paquirri, tú y yo.
(1) NACIDO PARA MORIR.- Espasa Calpe.- Madrid 1985
Autores: José carlos Arévalo y José Antonio del Moral
viernes, 25 de septiembre de 2009
1 OCTUBRE 2009: TROFEOS CÍRCULO BIENVENIDA
Se comunica a nuestros socios y amigos la próxima celebración del acto anunciado:
X “FÁBULA TAURINA”: Daniel Luque
II “FÁBULA GANADERA”: Toro “Camarito” de “Palha”
II “PEPE BIENVENIDA”: Pedro Gutiérrez “El Capea”
IX "BIENVENIDA A LA TORERÍA": Miguel Flores
VI "PAÑUELO DE ORO": Matías González Calvo
Tendrá lugar a las 15.00 horas del Jueves 1 de Octubre de 2009 en los salones del Hotel "Rafael Ventas de Madrid", situado en la calle Alcalá 269 de Madrid, dónde se servirá un almuerzo.
Antonio Martín.-Gabinete de Prensa
Madrid 15 Septbre. 2009
Confirmación de asistencia:
BOCANEGRA: "A DON BULL...POR EL BUL"
Algunos dirán que no importaría se ejecutara tan gallardoniano acto, porque, en todo caso, se protegería la zona de castigo con el socorrido parche de velcro que evitaría la onerosa y cruenta acción, al igual que la “toricida” en la ya tristemente famosa feria de Las Vegas.
¡Anda y que le den….!
¿Es eso es lo que habrán pensado los toreros españoles contratados para El Dorado taurino, después del ver el fiasco de las primeras corridas celebradas?
Pues ya lo podrían haber pensado antes, hombre; porque Don Bull no le ha puesto a nadie una pistola en el pecho, a pesar de la mala reputación de la viciosa ciudad americana que ya hace tiempo se tapó con su particular velcro para disimular su negra y cruenta historia, tan bien llevadas a la filmografía de Hollywood.
Desde un principio, la opinión generalizada de los aficionados, ampliamente difundida, catalogaba el espectáculo anunciado en Las Vegas como una charlotada, una grotesca simulación de la corrida, un atentado contra la esencia misma de la Fiesta, que erosiona gravemente su imagen, al tiempo de originar nefastas consecuencias como el de reforzar la causa de los movimientos antitaurinos en Hispanoamérica.
Los toreros que se contrataron voluntariamente en pos del famoso y cuantioso dólar no tuvieron en cuenta las buenas razones expuestas por el común de la afición y por voces muy autorizadas.
Con la “pela”, con cara de Lincoln, soñarían los cándidos españolitos cuando se comprometieron con Don Bull a pesar de todo.
Ya resulta paradójico que en la ciudad del vicio, dónde la mafia sangrienta ha cimentado un imperio en mitad de la arenas del desierto de Nevada, un estado forjado originariamente al son del Colt 45, dónde aún revolotean algunas plumas de bravos indios de piel limpia, sin un peto de velcro que la resguardara de la ira anglosajona, se exija como condición sine qua non para lidiar un toro, que no se le haga pupa: ”TOROS SIN SANGRE”, anuncian a clarín y timbal.
Ay la sangre en Las Vegas, la soga en la casa del ahorcado. Pedro Haces, alias Don Bull, ni cuelga de una viga, ni la ciudad, tabernáculo orgiástico, es su casa.
Pero no, Don Bull irrumpe en el ruedo y emplea todo su brío en organizar y rematar su obra, lo que es muy libre de hacer en el país del zaíno Obama.
Don Bull no se arredra, salva todos los impedimentos habidos y por haber, hace inversiones millonarias, convence a las autoridades salvaguardando su hipocresía con el carácter incruento del espectáculo, obtiene todos los permisos y…..tararí a las cinco de la tarde.
Resulta imparable este Bull, brave bull, para preparar una guasa a costa de la dignidad de la Fiesta Nacional Española.
Bueno es cumplir un contrato, pero no es de recibo que se formalicen para este bodrio taurómaco.
De Don a Don.